América Latina

Venezuela prevé producir un millón de barriles de petróleo diarios a final de año

El gobierno de Maduro busca el fin de las sanciones internacionales sin condicionamientos

Un trabajador de la petrolera estatal venezolana PDVSA
Un trabajador de la petrolera estatal venezolana PDVSAlarazon

El gobierno de Venezuela tendrá una nueva oportunidad de acercar posiciones con la Unión Europea y otros países latinoamericanos en el Foro de París sobre la Paz que se celebrará el próximo 13 de noviembre en la capital francesa, cuya primera edición impulsada por el presidente Emmanuel Macron en 2022 supuso una apuesta clara para avanzar en la normalización de las relaciones entre los países europeos y Caracas.

El presidente Nicolás Maduro ha demostrado su sorprendente capacidad para superar las adversidades y recuperarse de la crisis política que puso a su gobierno contra las cuerdas en el pasado. Una mayor estabilidad interna y la mejora de la economía -Venezuela acabó 2022 con un crecimiento del 15%, según cifras oficiales y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- sitúan al país en una posición que el gobierno considera positiva para seguir ampliando su fortaleza como actor internacional clave en América Latina.

La presencia de Venezuela en la reciente cumbre europea con América Latina en Bruselas y el buen recibimiento que líderes europeos como Emmanuel Macro brindaron a la vicepresidenta Delcy Rodríguez evidenció el nuevo papel del país petrolero, cuyas autoridades están centradas en impulsar el crecimiento de la economía gracias a la mejora del mercado petrolero, la reducción de la inflación y la captación de inversión extranjera. Entre los objetivos de Maduro está integrar al país en el bloque de economías emergentes Brics, que incluye a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Una de las medidas positivas para atraer capital privado ha sido la creación de cinco zonas económicas especiales en Paraguana, Puerto Cabello-Morón, el estado La Guaira, Margarita y la isla La Tortuga, que disfrutan de incentivos fiscales y aduaneros, siguiendo el modelo exitoso adoptado en el pasado por China, Corea del Sur y Vietnam. "Es una clara señal que evidencia la apuesta por las capacidades productivas, el desarrollo regional y el comercio exterior con estímulos económicos y fiscales para la exportación de bienes y servicios”, dijo el diputado Vielma Mora.

Caracas está tratando de diversificar su economía con la exportación de productos no petroleros y el desarrollo de otras industrias. El presidente Maduro ha asegurado que Venezuela "comienza a ser un país productor que sustituye las importaciones por exportaciones”, con un incremento en la producción y exportación de acero y abonos químicos.

En el ámbito de la agricultura, el gobierno ha anunciado un incremento de 630.000 hectáreas de cereal en el primer semestre de 2023, lo que supone un 48% más con respecto al año anterior. La producción del maíz ha crecido un 52% y la del arroz un 21,7%.

El país también ha logrado avances en materia económica gracias a la apertura de la aviación comercial después de que once aerolíneas extranjeras reabrieran vuelos.

Sin embargo, Venezuela sigue confiando en su industria energética basada en la empresa estatal PDVSA. Pese a las sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea, la producción de petróleo del país aumentó en 10,65 por ciento en lo que va de año, según la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Esta mejora ha supuesto un aumento en la generación de barriles diarios, que ha pasado 732.000 unidades a principios de 2023 y a los 810.000 barriles registrados en verano. El ministro de Petróleo, Pedro Tellechea, ha asegurado que el país podría cerrar este año produciendo un millón de barriles diarios y hasta 1,7 millones en 2024.

Estas perspectivas se deben en parte a la reactivación de la actividad de la petrolera norteamericana Chevron, que ha obtenido licencia para ampliar sus operaciones en el país latinoamericano, lo que supone una inyección de dinero para la Hacienda nacional.

Con la guerra de Ucrania y las sanciones a Rusia, Venezuela se ha convertido en un actor relevante en los mercados energéticos en medio de la crisis internacional gracias a su condición de país con las mayores reservas de petróleo del mundo. El año pasado, una delegación de EEUU viajó a Caracas para ofrecer un plan al gobierno venezolano para reemplazar el crudo procedente de Rusia con el producido por PDVSA. “Venezuela está lista para recibir a todas las empresas francesas que quieran venir a producir petróleo y gas para el mercado europeo, para el mercado mundial”, le dijo Maduro a Macron hace unos meses.

Venezuela dispone muy cerca de la costa de Caracas de las segundas reservas de gas natural más grandes del hemisferio occidental. Hasta ahora, el país no ha exportado ni un solo metro cúbico de este combustible, algo que podría cambiar si finalmente se traza un mapa con los campos de gas y se certifica su potencial. Según Bloomberg, la ley venezolana permite que las empresas extranjeras de gas operen de forma independiente en Venezuela, lo que la hace más atractiva que la industria petrolera, que requiere asociarse con empresas estatales.

Con respecto a la situación interna, un reciente informe de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés) denominado “Seguridad alimentaria y nutrición en el mundo” revela que dos millones de venezolanos han mejorado su situación al salir de la condición de subalimentación en la que se encontraban hasta 2022.

Avances diplomáticos

Durante la reciente cumbre de jefes de Estado de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en Bruselas, la diplomacia comunitaria ofreció al gobierno de Maduro entablar un diálogo "constructivo" con la oposición que facilite un acuerdo entre ambas partes de cara a las elecciones de 2024 a cambio de levantar las sanciones económicas. El presidente venezolano ha rechazado cualquier intento de un país extranjero de poner condiciones a la política interna, y desde Caracas se insiste en que la reanudación del diálogo con la oposición en México sigue estando condicionada a la concesión de licencias para la venta de petróleo y la liberación de los activos venezolanos en el extranjero.

En América Latina los esfuerzos de varios gobiernos siguen remando en la misma dirección para que Estados Unidos y la UE eliminen las sanciones al país caribeño. El mandatario colombiano Gustavo Petro es uno de los más activos y en los últimos tiempos ha ofrecido una nueva reunión -aún sin fecha- entre el Gobierno de Maduro y la oposición. También ha contribuido a este nuevo escenario el espaldarazo de Macron, quien habló brevemente con Maduro en la cumbre del clima en El Cairo, donde ambos presidentes se emplazaron trabajar de manera bilateral.

En Brasil, el presidente Lula da Silva ha tomado la iniciativa para facilitar la vuelta de Maduro a los foros regionales y llegó a impulsar una carta secundada por Alberto Fernández en Argentina y Gustavo Petro en Colombia para buscar una salida negociada al conflicto con la oposición venezolana.