Entrevista a su alcalde
"Vilna apoyará a Ucrania hasta el último día de la guerra y celebrará la victoria sobre la Rusia de Putin”
El alcalde de Vilna, Valdas Benkunskas, explica en una entrevista el porqué del gran apoyo de sus ciudadanos a Ucrania. "Nadie quiere perder su condición de Estado y, desde luego, nadie quiere formar parte de Rusia"
El alcalde de Vilna, Valdas Benkunskas (Silute, 1984), asumió el cargo recientemente, tras ganar las elecciones este mes de marzo. A los desafíos habituales como regidor de una capital europea se añadía la importancia de la cita, esta semana, de la celebración de la cumbre de la OTAN en su ciudad. Benkunskas reconoce que llegó al cargo, ya se han asfaltado 20 km. "Las obras continuarán y no perderán impulso. Si las obras se desarrollan según lo previsto, en cuatro años habremos reparado unos 500 km de calles". En su opinión, era importante que Vilna "estuviera lista al 110%. Hoy puedo decir con orgullo que lo hemos hecho todo a la perfección y hemos conseguido recibir a los invitados de todo el mundo totalmente preparados. Han venido casi 3.000 diplomáticos y políticos, no sólo de Europa sino también de otros países, y unos 2.000 representantes de los medios internacionales".
¿Qué se siente al ser el alcalde del mundo libre, al menos durante estos días?
Por supuesto, la sensación es estupenda, pero no podemos ignorar lo que está ocurriendo a unos cientos de kilómetros: en Ucrania sigue habiendo una guerra brutal. Estamos colaborando estrechamente con Ucrania en materia de ayuda y, como seguramente habrán notado, la ciudad está llena de muestras de apoyo: banderas, flores amarillas y azules, carteles a favor... Queremos que los líderes del mundo libre recuerden una vez más que no todo el mundo es libre. Ucrania está luchando con todas sus fuerzas para ser libre y formar parte de la OTAN lo antes posible. Quiero que uno de los mensajes más importantes –que Ucrania se convierta en miembro de la OTAN– sea escuchado por todos. También es necesario pedir a los países de la Alianza que proporcionen todo el apoyo armado posible a Kyiv, tanto aviones como sistemas de misiles tácticos. Es importante transmitir que Vilna apoyará a Ucrania hasta el último día de la guerra y, al mismo tiempo, celebrará la victoria sobre la Rusia de Putin.
Lo cierto es que el apoyo unánime es visible en las calles de Vilna con las alrededor de 30.000 banderas desplegadas por la capital. ¿A qué se debe?
La guerra está muy cerca, así que naturalmente no podemos ignorarla. Otro aspecto es el pasado histórico similar entre nosotros y Ucrania. Lituanos y ucranianos vivimos la pesadillesca y difícil época soviética, y, cuando vimos que supuestamente Rusia intentaba recuperar su territorio, nos lo tomamos de forma muy emocional y personal. Nadie quiere perder su condición de Estado y, desde luego, nadie quiere formar parte de Rusia. También hay muchos refugiados de Ucrania en Vilna, y queremos demostrarles que también estamos con ellos. Y cuando llegó la cumbre de la OTAN, decoramos la ciudad e invité personalmente a residentes, empresas y diversas instituciones a izar la bandera ucraniana para mostrar nuestra solidaridad.
¿Cuántos refugiados han recibido desde el comienzo de la invasión rusa?
No hay estadísticas exactas. Según los datos disponibles, puede haber unos 20.000 ucranianos en Vilna, pero es posible que algunos ya se hayan marchado.
Una cuarentena de mandatarios internacionales -así como periodistas extranjeros- hemos viajado hasta aquí esta semana. ¿Ha sido la cumbre de la OTAN un buen escaparate de Vilna al mundo?
Sin duda es un gran reconocimiento, nunca habíamos tenido un acontecimiento de esta magnitud en Vilna. En primer lugar, resulta extremadamente valioso desde el punto de vista de la seguridad nacional y regional, y en segundo lugar, es una oportunidad para mostrar al mundo que Vilna es una ciudad segura y moderna, con un pueblo occidentalizado que está contento de formar parte de la OTAN. Por último, la reunión contribuirá a situar a Vilna aún más en el mapa mundial y -creo- atraerá aún más la atención de los medios de comunicación, así como del mercado turístico. La reunión de la OTAN es una oportunidad para que Vilna muestre la cara de la capital, disipe mitos y apoye a Ucrania en la actual situación geopolítica.
Hoteles, logística, medidas de seguridad... ¿Cómo fue la organización de la Cumbre en su ciudad? ¿Cuál fue el principal reto?
Los preparativos para esta reunión, por así decirlo, empezaron desde el primer día, cuando nos enteramos de que se celebraría en Vilna, en noviembre de 2022. Por supuesto, empezamos a prepararnos con más fuerza esta primavera, cuando pudimos comenzar las primeras obras. Entre ellas, asfaltar las calles, limpiar los territorios de la ciudad, preparar información sobre el evento para residentes y empresas, y desarrollar una campaña informativa. También se ha trabajado mucho con los socios, tanto autoridades públicas como diversas iniciativas.
Inevitablemente, este acontecimiento también ha requerido del mayor esfuerzo de la última década debido a su seguridad, escala e intensidad. El reto era enorme en cuanto a cambios en la movilidad urbana, pero nos hemos preparamos intensamente para ello.
Para Vilna y Lituania, esta reunión es una oportunidad histórica de mostrarse en la escena internacional. No habíamos tenido antes un acontecimiento de esta magnitud, por lo que era natural que nos fijáramos en otros países que han tenido la oportunidad de organizar reuniones. Durante la última década se han celebrado cumbres de la OTAN en Varsovia, Madrid, Bruselas, Londres y muchas otras ciudades. Todas estas cumbres han implicado las máximas medidas de seguridad y restricciones de tráfico acordes con los protocolos de seguridad de la OTAN, como el cierre de calles importantes del centro y otras partes de la ciudad, el desvío de autobuses y otros vehículos, restricciones de tráfico y aparcamiento, y el uso del transporte público por parte del público. Se identificó a todas las personas que se encontraban en zonas restringidas para evitar comportamientos potencialmente peligrosos.
Todas estas prácticas se están aplicando en Vilna y, en algunos lugares, estamos tomando nuestras propias iniciativas. Hemos comunicado qué calles están cerradas, y también hemos preparado una compensación por las molestias ocasionadas a los residentes de Vilna los días 11 y 12 de julio, en los que habrá transporte público gratuito durante esos días.
En resumen, el principal reto ha sido organizarlo todo directamente. Me gustaría dar las gracias al personal municipal que ha trabajado tan duro para que la cumbre se celebrara y para que Vilna fuera cómoda para todos y cada uno de los invitados.
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