Brasil
¿Y ahora qué? Paz social y lavado de imagen
El presidente deberá lidiar ahora con nuevas protestas, fruto del descontento de las clases más pobres
–¿Renunciará Rousseff antes de finalizar el juicio político?
–Presentar voluntariamente su renuncia sería un gesto que favorecería su imagen pública. Sin embargo, ella siempre ha dejado claro que luchará por su puesto presidencial hasta el último minuto. De hecho, Rousseff no está siendo acusada de corrupción, como sí está ocurriendo con muchos otros políticos en Brasil. El hecho de que gran parte de la clase política esté inmersa en este tipo de delitos es un reflejo del ataque que está sufriendo el sistema democrático en Brasil.
–¿Qué cambiará en el país con Temer como presidente?
–El nuevo presidente tendrá que enfrentarse a muchos desafíos. En primer lugar, deberá lidiar con el descontento que hay entre las clases más pobres del país –principal apoyo electoral de Dilma Rousseff– y que, posiblemente, desencadenará en las calles nuevas manifestaciones e, incluso, huelgas que afectarán a la ya crítica economía brasileña. Otro de sus retos será calmar la tensión social con el fin de construir un ambiente pacífico, al menos en apariencia, con vistas a los Juegos Olímpicos. Todo ello mientras trata de construir y consolidar una base de políticos aliados para gobernar y hacer frente a la oposición de Dilma y Lula. Y no sólo contra ellos, sino también para mitigar la presión ejercida por los países de América del Sur, que apoyan a Dilma y que consideran que está siendo víctima de un «golpe» similar al de Paraguay hace cuatro años.
–¿La inestabilidad en Brasil tambaleará Río durante los Juegos Olímpicos en agosto?
–Temer actuará como si nada hubiese ocurrido y todo marchará con supuesta normalidad esos días, dejará a un lado la crisis política en una maniobra momentánea de lavado de cara a nivel interno para que no se vea comprometida la imagen internacional de Brasil. Llegado el momento, tampoco la oposición planteará problemas. En todo caso, lo que sí se reflejará esos días será el aumento de la violencia y de la inseguridad, consecuencias de la crisis económica.
*Profesora de Relaciones Internacionales en la Universidad de Lisboa
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