El yihadista de París grabó un vídeo previo al ataque, como ordena el Estado Islámico

De nuevo, y ya se ha perdido la cuenta, un atacante yihadista es presentado ante la opinión pública como un trastornado mental. No es que no lo sea, porque nadie en su sano juicio sale a las calles de una ciudad y se dedica a acuchillar a los primeros que encuentra. Otra cosa, que quizás debería ser estudiada a la hora de considerar estos casos judicialmente, son las motivaciones de quién actúa.

En la noche de ayer, un tal Armand Rajabpour-Miyandoab, un francés nacido en 1997 de padres iraníes, fue arrestado en París después de matar a una persona (un turista alemán) con un cuchillo y atacar a otras dos con un martillo.

Este individuo era conocido por los servicios de inteligencia y justicia por sub relación con el Islam radical y, asimismo, por trastornos psicológicos. Habrá que determinar si lo segundo prima sobre lo primero, pero hay un detalle que no se puede olvidar. Actuó según los patrones del Estado Islámico (Daesh, Isis) y, antes de perpetrar la acción criminal, grabó un vídeo en el que contaba lo que iba a hacer. Su motivación: Vengar la muerte de palestinos. En cualquier caso, la Fiscalía Nacional Antiterrorista tomó conocimiento de los hechos y ha abierto una investigación por asesinato y tentativa de asesinato en relación con una empresa terrorista y por asociación criminal terrorista.

En julio de 2016, este mismo individuo fue detenido por la DGSI (Dirección General de Seguridad Interior). Se sospechaba que quería cometer un acto violento con un arma blanca. Por estos hechos, fue condenado ese mismo año a cuatro años de prisión.