Mali

Los yihadistas bloquean Tombuctú y surgen nuevas discrepancias entre el gobierno maliense y los grupos de Azawad

La puesta en marcha de la retirada del contingente de Naciones Unidas da alas a una variedad de grupos armados para hacerse con el control del territorio

Rebeldes del grupo independentista tuareg Movimiento Nacional de Liberación de Azawad cerca de Kidal, en 2011.
Rebeldes del grupo independentista tuareg Movimiento Nacional de Liberación de Azawad cerca de Kidal, en 2011.STRAgencia EFE

Mientras los ojos del mundo se mantienen fijos en Níger y en una posible (y cada vez más lejana) intervención militar coordinada por la CEDEAO, en Mali, nación vecina y desgarrada por el yihadismo desde 2012, un reciente desarrollo de los acontecimientos hace temer el aumento de la violencia en el norte del país. Las Fuerzas Armadas malienses (FAMA) en colaboración con los mercenarios Wagner, han iniciado una operación que pretende desbancar de forma definitiva el movimiento independentista de Azawad, liderado en su mayoría por grupos tuareg pero asociado en algunas de sus vertientes a grupos terroristas vinculados a Al Qaeda.

Todo comenzó con la partida de los cascos azules de la misión de Naciones Unidas en el país (MINUSMA) de la localidad de Ber, ubicada a 56 kilómetros al este de la histórica ciudad de Tombuctú. Una partida motivada tras la suspensión de la misión en Mali por orden de la junta militar que gobierna el país desde el golpe de Estado de agosto de 2021, precipitada a su vez por los acontecimientos que están teniendo lugar en Níger. Pronto, varios grupos armados quisieron hacerse con la base recientemente abandonada, a saber: la Coordinación de Movimientos de Azawad (CMA), el ejército maliense y sus socios wagneritas, y el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM). La tensión era palpable desde que el convoy de la MINUSMA fue atacado en dos ocasiones por los terroristas a lo largo de su camino de regreso a Bamako.

El Estado Mayor maliense emitió la semana pasada un comunicado donde informaba que las FAMA habían conseguido hacerse con el campamento de Ber, después de que las fuerzas de la CMA se retiraran por razones estratégicas y sin ofrecer resistencia. Hacía diez años desde que el último soldado maliense pisaba la localidad. En vídeos posteriores también podía apreciarse la presencia de mercenarios rusos entre los nuevos ocupantes.

Casi en paralelo a la toma de Ber por parte de las FAMA, líderes del JNIM ordenaron a sus hombres bloquear las rutas de acceso a Tombuctú desde Mauritania y desde Argelia con el fin de ultimar los preparativos de un ataque a la ciudad, que hasta la fecha albergaba un generoso contingente de la MINUSMA. Según especificaban sus órdenes, cualquier transportista que incumpla el bloqueo será ejecutado. La ciudad se encuentra actualmente rodeada de elementos yihadistas y se teme la proximidad de un ataque.

Sin embargo, la presencia de los mercenarios rusos en el país está comenzando a cobrar factura a los yihadistas. Este lunes publicó el JNIM un comunicado donde indicaban que "el mundo ve hoy el avance de las fuerzas malienses hacia el norte, apoyados por la compañía rusa Wagner, en un paso agresivo que pretende restaurar su proclamada soberanía sobre las regiones del norte, cimentando su recorrido con masacres y limpiezas étnicas". En el mismo texto hacían un llamamiento a la población local a unirse a la yihad para expulsar a estos "tiranos corruptos". Todo parece indicar que el partenariado con Wagner, junto con la ayuda armamentística prestada por Rusia y China a los malienses en los últimos meses (y la compra de drones a Turquía), suponen una parte importante de la ofensiva que acaba de comenzar y podrían suponer un gran apoyo, guste o no en Europa, en la lucha antiterrorista en el Sahel tras la retirada francesa.

Descontento entre los movimientos de Azawad

Queda así claro que el mapa del norte de Mali se enfrenta a profundos cambios tras la partida del contingente de Naciones Unidas, que servían en cierta medida para mantener un equilibrio de poderes entre la CMA y las FAMA. Enormes extensiones de terreno quedan libres para que el grupo armado más rápido y mejor preparado las ocupe. Y no deja de resultar significativo cómo hace apenas un año desde que la junta militar de Mali anunció la integración de 26.000 combatientes de Azawad en sus filas, mientras hoy circulan vídeos que muestran las banderas de los distintos grupos de Azawad arrancadas de sus postes y pisoteadas por miembros del ejército maliense.

Aunque todavía no se han confirmado (pese a correr los rumores) enfrentamientos directos entre las FAMA y la CMA, líderes de Azawad ya han expresado su descontento por la violación del Acuerdo de Argel firmado en 2015 y donde el Gobierno maliense se comprometía a respetar la integridad territorial de Azawad con base a las diferencias socioculturales de los pueblos del norte del país.

Una posible ofensiva yihadista en Tombuctú, añadida a las tensiones actuales entre Bamako y la CMA, corre el peligro de aumentar los niveles de violencia en la región. Especial protagonismo a los ojos de Europa cobra el Grupo Wagner por su asociación con las FAMA. La presencia de la compañía de mercenarios, que hasta este verano se limitaba a las regiones de Mopti y Segú (en el centro del país) y a los alrededores de las localidades de Ansongo y Menaka (al este del país), se amplía entonces a nuevos territorios con su participación en los combates por el campamento de Ber, tan próximo a Tombuctú y donde hasta ahora no se había registrado su presencia.

El desarrollo del conflicto es complejo. La Coordinación de Movimientos de Azawad engloba una amalgama de grupos, algunos de los cuales se encuentran vinculados a Al Qaeda, mientras que otros abogan por la unidad territorial maliense dentro de ciertos límites y la colaboración militar con el Estado para expulsar a los yihadistas del país. Aunque todavía es pronto para saber cómo de deterioradas quedarán las relaciones entre la CMA y las FAMA tras la captura de Ber, ya comienzan a vislumbrarse las nefastas consecuencias que tendrá la partida de la MINUSMA del norte del país en términos de cohesión social y humanitarios.