Zelenski exige un camino claro a la UE

La UE vuelve a celebrar el 9 de mayo, día de Europa, con una guerra cerca de sus fronteras. Una contienda en la que pugnan dos modelos políticos y sociales antagónicos. En el día que se conmemora la declaración de Robert Schuman, en la que el entonces ministro de Exterior francés puso los cimientos del proyecto de integración europeo, el club comunitario ha mostrado su apoyo sin fisuras a Ucrania frente a las tropas invasoras de Vladimir Putin. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, realizó su quinto viaje a Kyiv para reunirse con Volodimir Zelenski, mientras el canciller germano, Olaf Scholz, se dirigió al hemiciclo europeo reunido en Estrasburgo en un discurso marcado por los ataques al mandatario ruso y en el que ha defendido una UE «geopolítica, ampliada y reformada».

Recordando las palabras del escritor británico Oscar Wilde sobre que el futuro pertenece a los que saben aprovechar las oportunidades antes de que se manifiesten, el político señaló que este futuro «no pertenece a los nostálgicos. Y desde luego no pertenece a los revisionistas que sueñan con la gloria nacional o ansían el poder imperial. Los ucranianos están pagando con sus vidas este delirio de su poderoso Estado vecino. A 2.200 km al noroeste de aquí, en Moscú, Putin hace desfilar a sus soldados, tanques y misiles. No nos dejemos intimidar por semejante demostración de fuerza. Mantengámonos firmes en nuestro apoyo a Ucrania todo el tiempo que sea necesario», ha asegurado el canciller para quien «una Ucrania floreciente y democrática» es el antídoto perfecto para los planes de Putin.

En la misma línea, Scholz ha abogado por impulsar la adhesión de los países de los Balcanes Occidentales, una vieja promesa de la UE que vuelve a debatirse con fuerza como modo de alejar a estos países de la influencia de China y Rusia, y también ha propuesto una reforma de las normas del club comunitario para que precisamente su engranaje pueda soportar la entrada de nuevos miembros. En este sentido, el canciller ha apostado por terminar con la regla de la unanimidad que rige en la adopción de ciertas políticas como la exterior o fiscalidad para no lastrar la toma de decisiones en el seno del club.

Mientras tanto, Von der Leyen desde Kyiv también defendía que el futuro de Ucrania pasa por pertenecer al club europeo y que este mensaje cobra especial relevancia en el día que se celebra la derrota de los nazis y los primeros pasos de la UE. Según Von der Leyen, Ucrania está realizando «muchos progresos» en su camino para comenzar las negociaciones como candidato a entrar al club comunitario. Zelenski le exigió más apoyo y más rápido, incluido un camino claro hacia la adhesión a la UE. Se espera un primer informe oral en junio y otro más completo al terminar el año. En junio de 2022, Ucrania obtuvo en un tiempo récord el estatuto de país candidato. En la misma línea que Scholz, Von der Leyen señaló que «en Rusia, Putin y su régimen han destruido los valores de la libertad y la democracia y ahora están tratando de destruirlos aquí en Ucrania», porque «tienen miedo de su camino hacia la UE».

Aunque a nadie se le escapa que lo que suceda en Ucrania marcará el equilibrio geopolítico de los próximas décadas, Scholz también se ha referido a otros retos de la UE en el incierto tablero internacional del S. XXI, en medio de una guerra fría entre China y EE UU. Si hace unas semanas las palabras del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre el seguidismo europeo respecto a EE UU en su posición sobre China y Taiwán levantaron polvareda internacional, había expectación por conocer las palabras de Scholz. El propio canciller fue muy criticado en el mes de noviembre por un viaje a Pekín, en el que se le acusó de anteponer los intereses de las empresas alemanas en sus relaciones con el gigante asiático a una posición unitaria europea y de estar repitiendo los mismos errores de su predecesora, Angela Merkel, respecto a Rusia y la dependencia energética.

Scholz ha sido prudente. Si por una parte ha definido a EE UU como el «aliado más importante» de la UE y ha subrayado la necesidad de mantener el vínculo transatlántico con una mayor inversión en seguridad y defensa, también se ha mostrado de acuerdo con la estrategia de la Comisión que apuesta por reducir la dependencia del gigante asiático, sin romper de cuajo la relación, ya que Pekín es «socio, competidor y rival sistémico». Para conseguirlo, Scholz abogó por la firma de nuevos acuerdo comerciales con otros países, lo que permitirá reducir la dependencia de materias primas respecto a China y menores problemas en la cadena de suministro. El canciller ha citado a Mercosur, México Indonesia, Australia y Kenia. La firma del acuerdo comercial con Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) es una de las prioridades de la presidencia española que comienza el próximo 1 de julio.