Invitado por Arabia Saudí

Zelenski visita por sorpresa la cumbre de la Liga Árabe de la rehabilitación de Asad

El presidente ucraniano trata de recabar apoyos en un foro que no ha sido especialmente cálido para Ucrania y entre los que hay aliados tradicionales de Rusia como el propio "rais" sirio

Invitado por la monarquía saudí y por sorpresa, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, visitó ayer la cumbre anual de la Liga Árabe celebrada de Yeda para lograr apoyos para su país en la cita de la readmisión de Siria. El régimen de Bachar el Asadestrecho socio de la Rusia de Putin, a la postre fundamental en su supervivencia durante la última guerra civil- había estado ausente de la organización de los Estados árabes desde 2011, cuando la represión de las protestas antigubernamentales de aquel año forzaron su exclusión.

El mandatario ucraniano pidió a los integrantes de la Liga Árabe “independencia” en relación a la guerra en su país y lamentó que haya Estados miembros que “hacen la vista gorda” ante “las anexiones ilegales” de Rusia. Ante un foro internacional no especialmente cálido para Ucrania durante los quince meses de agresión rusa, Zelenski se refería veladamente a la recién admitida Siria, uno de los cinco países que votaron en contra de la resolución de condena de la invasión de Ucrania de octubre de 2022 en Naciones Unidas, junto con Bielorrusia, Corea del Norte, Nicaragua, Eritrea y la propia Rusia.

Zelenski recordó que Ucrania tiene ya “una experiencia positiva con Arabia Saudí respecto a la liberación” de detenidos por Rusia, en relación a la intervención de Riad en el intercambio de presos entre Moscú y Kyiv en septiembre del año pasado. La mediación saudí permitió la liberación de diez prisioneros de guerra extranjeros que habían sido condenados a muerte por las milicias prorrusas.

Mediación

Por su parte, el país anfitrión de la cita, Arabia Saudí, expresó ayer a través del príncipe Mohamed Bin Salman su voluntad de cooperar en la resolución del conflicto. “Reafirmamos la disposición del Reino a seguir mediando entre Rusia y Ucrania, y a apoyar todos los esfuerzos internacionales destinados a resolver la crisis políticamente de manera que contribuyamos al logro de la seguridad”, aseguró en el discurso que abría la cumbre el heredero al trono saudí.

Hasta ahora las monarquías árabes del Golfo han tratado de mantener una posición neutral ante la invasión rusa de Ucrania a pesar de las presiones occidentales para que contribuyeran al aislamiento de Moscú. En octubre de 2022 y abril de este año, los países de la OPEP+, incluidos Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, anunciaron sendos recortes de la producción con vistas a “estabilizar” los mercados, una decisión duramente criticada por la Administración Biden.

Además de por la visita de Zelenski –que viajará este fin de semana a Japón también invitado a la cita del G-7-, la cita anual de los jefes de Estado de la Liga Árabe –la 32.º de su historia- será recordada por haber culminado la rehabilitación regional de Bachar el Asad tras doce años de aislamiento y un largo historial de atrocidades perpetradas antes y durante el conflicto civil en Siria.

Saudi Arabia Arab Summit
Saudi Arabia Arab SummitASSOCIATED PRESSAgencia AP

Gracias al apoyo militar clave de Rusia y de la República Islámica de Irán–que está vinculada al régimen sirio por filiación religiosa, ya que el clan Asad pertenece a la secta alauí, próxima al islam chiita predominante en Irán-, la dictadura de Damasco ha sido capaz de sobrevivir al ascenso yihadista y la implantación del califato del Estado Islámico, derrotado definitivamente a finales de 2017. Clave a la hora de culminar el proceso de rehabilitación del dictador ha sido el acuerdo alcanzado el pasado mes de marzo entre la monarquía saudí y el régimen iraní.

Las imágenes del dictador sirio, sonriente entre los líderes de Egipto, Túnez o la propia Arabia Saudí, ponen de relieve lo caluroso del recibimiento dispensado a quien estuvo vetado –y combatido- por los gobiernos de la región más de una década. Tras haber apoyado a las milicias contrarias al régimen durante años, Riad había anticipado su cambio de postura hacia la autocracia de los Asad el pasado mes de febrero al proporcionar ayuda humanitaria a las autoridades sirias tras el terremoto, que costó la vida a 8.000 personas en el norte del país.

El acuerdo irano-saudí, clave en el regreso de Asad

Fundamental en la rehabilitación regional del régimen de Bachar el Asad ha sido el reciente acuerdo alcanzado por la monarquía saudí y la República Islámica, apoyo clave de la dictadura siria, gracias a los auspicios chinos. Los dos regímenes, archienemigos durante años en cada uno de los conflictos por interposición en Oriente Medio y el Norte de África –Riad como líder del mundo suní y Teherán como patrón del chií- y competidores en los mercados de los hidrocarburos, sellaban la paz el pasado mes de marzo anticipando un nuevo orden regional post-estadounidense. Pocas fechas después de que las dos potencias regionales anunciaran el restablecimiento de relaciones diplomáticas, Arabia Saudí y Siria decidían reabrir sus respectivas embajadas tras más de una década de ruptura.