Estreno
«La cabaña en el bosque»: Terror deconstruido
Dirección: Drew Goddard. Guión: Drew Goddard y Joss Whedon. Intérpretes: Kristen Connolly, Chris Hermsworth, Anna Hutchinson. estados Unidos, 2013. Duración: 95 minutos. Terror.
Como si el doctor Mabuse se hubiera colado en un episodio de «Perdidos» (Drew Goddard dirigió algunos capítulos de la serie) o «Posesión infernal» fuera la pesadilla colectiva de cinco pirandellianos personajes en busca de autor, «La cabaña en el bosque» pretende erigirse en definitiva vuelta de tuerca metalingüística del género de terror. Es una película post-estructuralista que quizá Derrida no habría tenido ganas de ver. Es una deconstrucción en toda regla, casi en el sentido gastronómico de la palabra: los ingredientes están ahí, a la vista de todos, pero mezclados y agitados para aparentar un nuevo sabor que nos escuece en el paladar con el fin de que nos demos cuenta de que somos espectadores, a la vez víctimas y demiurgos de lo que vemos en pantalla. En los mejores momentos de «Scream» y «Scream 2», Wes Craven conseguía que la explícita reflexión sobre el género funcionara tan bien como las elaboradas «set pieces» propias de un sofisticado «slasher». Goddard y su cómplice dan un paso más allá haciendo que los comentarios a pie de página de un escenario típico de película de horror pertenezcan a otra dimensión, temporal y espacial, del relato. No desvelaremos nada más sobre el argumento, porque la eficacia del filme es directamente proporcional a la virginidad con que disfrutemos sus demenciales giros de guión. El problema no es lo divertida que es, sino lo lista que se cree siendo divertida. Si los guiños autoconscientes no compartieran plano con las escenas de impacto, es posible que el resultado final fuera más humilde y consistente, aunque no se le puede negar la brillantez a la idea de vincular lo micro (lo visceral) con lo macro (lo cósmico) con un solo golpe de ingenio.
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