Nueva York
La década que murió en Dallas
Maribel Verdú, Ariadna Gil y Emma Suárez, juntas en «Los hijos de Kennedy». José Maria Pou reúne a un reparto de órdago en una obra sobre la huella de los años 60
El 22 de noviembre de 1963 –parece mentira, hace ya casi medio siglo–, un francotirador (¿o varios? Sigue sin estar nada claro) acabó en Dallas con la vida de John F. Kennedy. El magnicidio dio carpetazo de forma prematura a una década, la de los años 60: se ha dicho que el siglo XX empezó en 1914, con una bomba en Sarajevo, y terminó en 2001, con dos aviones en Nueva York, así que, ¿por qué no iba una década a durar cuatro años? Al menos, su espíritu: la libertad, los cambios, los derechos civiles, la marcha sobre Washington de medio millón de americanos, Martin Luther King, la generación Beat, los sueños, la igualdad... Todo quedó desparramado en la tapicería de un descapotable para ser sustituido por Vietnam y el desencanto de un país que salió de la adolescencia de una bofetada para entrar en la «realpolitik». Así lo ven muchos. Y así lo vio Robert Patrick, un dramaturgo que retrató esa desilusión en una notable tragicomedia, «Los hijos de Kennedy». Ambientada una década después del asesinato del presidente, Patrick situó a cinco personajes solitarios en un tugurio del East Village de Nueva York: Sparger, un actor gay que vivió el nacimiento de la contracultura y el underground y que ahora busca la complicidad del público; Carla, una iluminada empeñada en mantener vivo el espíritu de la difunta Marilyn aunque sea convirtiéndose en un trasunto de su ídolo; Mark, un joven de la América profunda convertido en un hombre por la pesadilla de Vietnam; Wanda, una secretaria de una revista a la que el asesinato de Kennedy le marcó tanto que decidió dedicar su vida a mantener viva su memoria; y Rona, una chica que vivió a fondo el movimiento hippy.Para Patrick, los protagonistas son «antihéroes de una época dramática que prácticamente murió cuando comenzaba a vivir en noviembre de 1973» y el texto habla «del fracaso de los héroes, porque la gran tragedia de los años 60 es que buena parte de ellos murieron, fueron asesinados o se vendieron». Así lo explicó Patrick hace cuatro décadas. José María Pou, anglófilo y viajero habituado a rebuscar en el teatro de Londres y Nueva York, recordó las palabras del autor en la presentación a la Prensa de la nueva producción de «Los hijos de Kennedy» que levanta el telón en Madrid hoy con un quinteto sobre el escenario de esos que hará que la venta anticipada vaya como un tiro y que promete meses de éxito: Maribel Verdú, Emma Suárez, Ariadna Gil, Fernando Cayo y Alex García.
«He querido ver esta función como un gran requiem, un oratorio, pero también como un homenaje a cómo vivimos los 60. Buena parte del público lo recordará. Algunos no lo habrán vivido,pero tendrán información», explica Pou, que para ese viaje se ayudará con proyecciones, documentos y abundante música de una época pródiga en talento, de Dylan a Joplin, pasando por The Mammas & The Pappas. Una selección para la que tuvieron que elegir entre más de mil canciones que habían preseleccionado como «indispensables».
Cerca del documental
El proceso de ensayos ha sido, asegura Pou, «una auténtica inmersión en los 60» en la que no han faltado revistas originales de la época, commo «Life», encima de la mesa cada día. Y explica el director: «La puesta en escena es una forma de documental; mezclamos imágenes de entonces con historias de esos cinco personajes». Cinco personas a los que el director describe como «muñecos rotos, seres frustrados cuya única actividad es sobrevivir con lo mínimo y pasarse las tardes en un bar solos, consigo mismos». Ninguno, salvo Pou, vivieron aquel momento, pero la documentación es tan ingente que no les ha hecho falta. Además, explica Maribel Verdú con humor, «los actores tenemos la suerte de poder documentarnos de otras épocas que no hemos vivido. ¡Yo soy experta en la Guerra Civil española! Creo que todas mis películas o buena parte de ellas han transcurrido poco antes, durante o después de ella. Cualquiera está viva aunque no la hayamos vivido». Con todo, matiza el director, la función «es enormemente divertida, tiene una gran cantidad de humor, porque los personajes están de vuelta de todo». En quien mejor se aprecia es en Sparger, el cómico al que da vida Fernando Cayo: «Es un actor homosexual del off de Broadway y comparte con los espectadores ese tipo de relación: canta, bromea, se ríe mucho... Todo se cuenta con sentido del humor. Es un lenguaraz que se abre en canal. Es un espectáculo vivo, con energía», asegura el intérprete. Y añade Verdú: «Todos los personajes, excepto el de Álex, hablan con el público.¡A Fernando incluso le responden!».
El mundo de hoy
Aunque Pou lamenta «la ausencia de líderes verdaderos hoy», también cree que no se pueden establecer paralelismos: «La función no tiene como objetivo la crítica de la sociedad actual, sino revisitar una epoca, ver cómo fue y cómo el mundo se ilusionó alrededor de unas luchas, unos progresos sociales que parecía que iban a cambiar el mundo. Cada espectador es libre de atreverse a comparar con la época actual». Alex García, que da vida al soldado marcado por la guerra, lo tiene claro: «Fue un tiempo que cambió el mundo, y ahora nos toca cambiarlo a nosotros. La función me toca y me pone las pilas».
El detalle
EN FAMILIA: DE MARÍA LUISA MERLO A PEDRO LARRAÑAGA
La idea de estrenar este título fue de Pedro Larrañaga: el productor llamó hace tres años a José María Pou, ante la cercanía del 50 aniversario del asesinato de JFK en 2013, y se lo propuso. El director aceptó sin dudar. Ambos tenían una vinculación con el texto: para Pou (en al foto) supuso su primera traducción del inglés, en 1977, cuando se estrenó en España. Aquel montaje, dirigido por Ángel García Moreno, contó como protagonistas con Gema Cuervo, Paco Valladares, Marisa de Leza, Pedro Civera y... María Luisa Merlo, la madre del productor. Y Pou recuerda «cómo aparecían por los ensayos entonces Pedro y sus hermanos». Se refiere, claro, a Luis Merlo y Amparo Larrañaga.
- Cuándo: Desde hoy. De miércoles a viernes, 20:30 h. Sábados, 19:00 y 21:30 h. Domingos, 19:00 h. - Dónde: Teatro Cofidis. Madrid. - Cuánto: de 18 a 30 euros. Tel. 91 532 06 16.
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