La escena mira al drama de los desahucios

Karlsruhe. Alemania. Julio de 2012. Una comisión judicial acude a casa de un parado de 53 años para hacer efectivo su desahucio. El propietario los recibe escopeta en mano, los retiene durante tres horas y, finalmente, los ejecuta. Acto seguido, se quita la vida. La realidad supera a veces a la ficción. La semilla de «Ejecución hipotecaria», el drama que esta semana llega al CNC-Sala Mirador, nació en los periódicos.

Tras estrenar el thriller sobre asesinato y mafias «Naturaleza muerta en una cuneta» y abordar los problemas de la enseñanza en «La charca inútil» y la corrupción política en «19:30», el actor y director Adolfo Fernández, con su compañía, K Producciones, regresa al terreno de lo social con esta obra de Miguel Ángel Sánchez. El argumento traslada a la realidad española la situación ocurrida en Alemania: Charly, el protagonista, recibe armado a la comisión que pretende echarle de su hogar. El dilema ético exigía reflexión: «Tenía dos posibilidades a la hora de abordar la atmósfera del montaje. Una fórmula naturalista o bien otra conceptual. Elegí la segunda porque me permitía mantener una creo que necesaria distancia brechtiana ante el conflicto ético propuesto», explica Fernández en sus notas. «El público asistirá como espectador pasivo a las consecuencias de la agónica desesperación de Charly. Y este público será el único cualificado para convertirle en héroe o verdugo».