Londres

El descuartizador es mujer

La huella del crimen está en la manera de matar
La huella del crimen está en la manera de matarlarazon

Dicen que se distingue el estilo del descuartizador por el corte. Y en efecto no es lo mismo el corte del que quiere simplemente deshacerse de un cadáver del que quiere amedrentar con un mensaje subliminal: acabarás así, si no obedeces. El pasado fin de semana fue encontrada la mitad inferior del cuerpo de una mujer en la calle Ana de Austria, en el barrio de Sanchinarro en Hortaleza, Madrid. Nada se sabe en detalle del corte, pero el hecho anuncia la aparición de un descuartizador misterioso. La eficaz actuación policial revela lo nunca visto: una posible descuartizadora.

Los restos humanos estaban en una bolsa entre dos contenedores. Los agentes investigaron por la zona y después de horas de rastreo dieron con nuevos trozos. En este caso, vísceras en un cubo de basura. La dispersión en un área amplia indica el afán de llamar la atención. La forma en la que fueron abandonados los primeros restos indican el poco interés en ocultarlos. ¿Y qué pretendía? Según las primeras investigaciones, se trata de una extranjera que liquida a su amiga al parecer por cuestiones económicas. ¿Pero por qué hacerla pedazos?

Es una mujer de clase media baja, obligada a trabajar en tareas sin necesidad de cualificación. Nada más que por este detalle pueden concluirse dos cosas: la mujer muerta formaba parte de algún colectivo oprimido y hay muchas posibilidades de que sea también extranjera. La presunta autora debe tener conocimientos forenses, porque intenta desprenderse del cuerpo del delito, pero no acierta cómo. La cosa es tan fácil que en cuanto completan el cuerpo desmembrado hallan a la presunta culpable. ¡Una mujer!

En la sala de la morgue se ha ido componiendo el cuerpo de la víctima: el lunes, en el vertedero de Valdemingómez fue hallada la parte superior de la descuartizada. En la fría mesa del Instituto Anatómico Forense de Madrid va completándose el puzle. Sobrepuestas las dos partes, se ve que coinciden. Y por el corte se sabrá con qué herramienta se ha profanado el cuerpo. Puede ser un cuchillo o un hacha y también una sierra de mano o una eléctrica. Del descuartizamiento de un cuerpo no se sale indemne. Si se lleva a cabo en una bañera, ésta tendrá rastros de sangre para siempre. Parece increíble que cinco litros y pico de sangre puedan manchar tanto. El descuartizador debe ser un tipo con estómago. El caso es que el descuartizador firma con su corte el estilo del desmembrado y puede ser que esto le lleve a ser identificado por un forense minucioso, que tome cumplida nota de los instrumentos utilizados, los cortes dados, el sitio de acometida y el «efecto salida», en pico o redondeado, de los cuchillos o armas que se manejen.

Una vez más los policías se han puesto las botas de siete leguas y se han paseado por la basura. El mérito de la investigación es del Grupo VI de Homicidios. La parte superior del cuerpo de la mujer conserva el torso, la cabeza y las extremidades superiores. Es una mujer de mediana edad, de raza blanca, fallecida cuatro o cinco días antes de ser hallada.

La autopsia dirá la causa de la muerte, pero sólo el corte identificará la mano del descuartizador, que suele ser el más truculento de los asesinos. Esta vez, con la sorpresa de que la principal sospechosa es una muer.