La Razón del Domingo

El honor de las ruinas

El honor de las ruinas
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En 1995 se firmó un cuaderno particional de adición a la herencia de Don Juan. En él repartía partes de unos terrenos a su mujer y a sus hijos

En 1995 se firmó un cuaderno particional de adición a la herencia de Don Juan de Borbón. Según el documento, en poder de LA RAZÓN, dos años antes, al protocolizar el cuaderno de las operaciones particionales, se desconocía la existencia de una serie de propiedades de Don Juan y que también debían ser heredadas entre su mujer y sus tres hijos. Ese reparto de partes indivisas de diversas fincas de Aranjuez y Valsaín (Segovia) se formalizó en este documento. Don Juan era propietario de una tercera parte de esas fincas en algunos casos o de una sexta parte en otros. Eran terrenos que heredó de Alfonso XIII y de su mujer, Doña Victoria Eugenia Cristina de Battenberg, y que Don Juan compartía con otros.

En ruinas

Según la descripción que se hace en el cuaderno particional, los terrenos, a mediados de los noventa, no están en su mejor estado: en algunos casos se encuentran abandonados y en ruinas. Don Juan reparte entre sus herederos, por ejemplo, la sexta parte indivisa de un torreón en las ruinas del Palacio de Valsaín en Segovia. El documento lo describe: «Cubierto con pizarra a cuatro aguas, cuya construcción es de sillería almohadillada, en sus esquinazos jambas y dinteles de sillería plana con molduras de diversos órdenes y varios dinteles en el alero». Pero añade: «Actualmente se encuentra en estado ruinoso».

También le pertenece la sexta parte de un solar en el mismo lugar, «con una crujía destinada para habitaciones de uso ordinario, con varias ruinas del que fue Palacio de Valsaín». En Riofrío, en La Losa, dentro del bosque que pertenece al Real Patrimonio de la Corona, heredó la tercera parte indivisa de una casa. Sigue el documento de hace 18 años: «Actualmente en estado ruinoso».

En total, Don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII, dejó en el cuaderno particional unas propiedades que al sumar su valoración sólo llegaban a las 10.806.000 pesetas, que no llegan a los 65.000 euros. En la división que se hace de esta herencia, tanto a la viuda de Don Juan, Doña María de las Mercedes, como a sus hijos, Juan Carlos I, Doña María Pilar y Doña Margarita, lo que les queda son partes de esa parte indivisa.

Por ejemplo, de la primera finca de la que se habla en el documento, situada en Aranjuez –de la que Don Juan tenía una sexta parte–, a Doña María de las Mercedes se le adjudica, en usufructo, «una tercera parte proindiviso» o como aclara enseguida el documento «una dieciochoava parte indivisa de la finca total», valorada en 15.767 pesetas. Es decir: 90 euros. De esa finca al Rey le quedan una novena parte en nuda propiedad y dos novenas partes en pleno dominio. En total, una veintisieteava parte del total. Lo mismo que a sus dos hermanas

Para Doña María de las Mercedes se quedan en usufructo (que puede utilizar, pero no puede vender mientras que la nuda propiedad pertenece a los hijos) unas terceras partes de las fincas de Aranjuez y también de las fincas de Valsaín. En total, el documento valora la suma de lo adjudicado en 360.200 pesetas.

Para Juan Carlos I, el cuaderno particional afirma que le corresponde de nuda propiedad parte de las partes de las fincas con un valor total de 1.080.600 pesetas, mientras que de pleno dominio serían 2.401.333,33. En total serían 3.481.933,33, casi 21.000 euros.

La misma cantidad en fincas es la que les corresponde a sus dos hermanas, la Infanta Doña Pilar y la Infanta Margarita.