Terrorismo
¿Terroristas o delincuentes comunes?
Los hermanos de Boston son un ejemplo de inmigrantes que parecen integrados, pero mentalmente no lo están
El 15 de abril dos explosiones interrumpieron dramáticamente el Maratón de Boston. Durante las primeras horas, los hermanos Tsarnaev lograron sus objetivos: muerte, confusión y, sobre todo, alterar la cotidianidad. Sin embargo, un mes después tenemos más sombras que luces: ¿estaban realmente?, ¿tuvieron contacto con Al Qaeda?, ¿actuaron solos?, ¿cuál fue el papel de Suni Tripahi? Aunque estas dudas parecen difíciles de resolver, hay otra pregunta que destaca sobre las demás: qué tipo de terroristas eran los Tsarnaev: lobos solitarios, terroristas chechenos vinculados con Al Qaeda o simples criminales. Este artículo tiene por objetivo arrojar alguna información para resolver estas cuestiones.
1) El tipo «lobo solitario» podríamos datarlo en los 70 con Franklin y Unabomber. Se trataría de individuos inteligentes, creativos y peligrosos sin apoyo exterior y que no forman parte de ninguna organización. Otro de los elementos característicos es la no necesidad de apoyo social. Incluso, en ocasiones buscan todo lo contrario, es decir, el rechazo social. Para ello, suelen hacer publicidad de sus acciones y reivindicaciones vía prensa, internet, etc..., lo que en algunas ocasiones –como ocurrió con Unabomber– puede convertirse en un arma de doble filo y propiciar su identificación. El perfil del «lobo solitario» se corresponde con un hombre joven con gran capacidad intelectual y alta formación que se inspira en ideas racistas. En la actualidad, el caso más claro es el del noruego Breivik, que asesinó a 77 personas.
Terroristas chechenos
2) Vinculación con Al Qaeda. El terrorismo checheno ha castigado con dureza y crueldad a la sociedad rusa. Desde comienzos de los años 90 se han ido sucediendo ataques contra objetivos rusos. Sus atentados están llenos de alusiones simbólicas e incluso de elementos fetichistas. Cabe destacar todos los ataques contra el aeropuerto de Domodevo, el metro de Moscú o el Teatro Dubrozka todos ellos iconos de la ciudad. Mención especial merece el macabro asalto a la Escuela de Beslán, en Osetia del Norte, territorio desde donde se han lanzado históricamente las ofensivas rusas. Generalmente, el terrorista checheno era alguien que había sufrido la represión rusa, pero éste no parece ser el caso de los Tsarnaev. Entre las razones para atentar en Boston no se encuentra la situación de los chechenos, aunque sí las de Afganistán o Irak. Un dato más: ni siquiera adoptaron nombres de chechenos ilustres como hizo Shamil Bassayev que se inspiró en el mítico Imán Shamil, héroe de la resistencia en el siglo XIX.
Respecto de la vinculación con Al Qaeda, es evidente que los chechenos han mantenido contactos con la organización. Durante algunos años, en la República de Ickheria mantenía un batallón de árabes liderados por el jordano Khattab. Además, se especulaba con que la guardia de Bin Laden estaba compuesta por chechenos. Es decir, este elemento internacional sí encajaría con los hechos de Boston, aunque es cierto que los chechenos nunca han atacado en el exterior. La única referencia fue la detención de un grupo checheno en Hamburgo, al que alguien escuchó: «Mañana nos reuniremos con Alá».
Otro elemento del terrorismo checheno que tampoco encontramos en los Tsarnaev es su ánimo suicida. Tanto en los atentados contra el Teatro Dubrozka como en Beslán y sobre todo los cometidos por las viudas negras, los chechenos han demostrado que están dispuestos a morir. Sin embargo, el caso de los Tsarnaev es radicalmente distinto.
3) Delincuentes comunes: tras este breve recorrido por los tipos de terrorista, lo que sí cabe pensar es que los hermanos Tsarnaev podrían ser considerados delincuentes comunes que en un momento dado se radicalizaron. Recientes informaciones han aludido a los problemas que tuvieron con la Justicia con anterioridad a los atentados de Boston. Tamerlán habría sido denunciado por violencia doméstica por una joven. A su vez, Dzhokhar habría estado vinculado al mundo del menudeo de droga.
De modo general, los Tsarnaev son un caso claro de falta de integración en las sociedades de destino. Los terroristas disfrutaron del estatus de refugiado, fueron a la universidad y vivieron el sueño americano. ¿Qué los llevó a abandonar una vida cómoda por otra ilegal, marginal y abocada irremediablemente a la tragedia?
La respuesta no es sencilla y encontramos otros casos similares como Jihad Jane, Arif Uka o Nidal Malik Hassan. Personas, como los Tsarnaev que, aunque aparentemente están integradas, mentalmente nunca se sintieron parte de nuestras sociedades.
La guerra al terrorismo debe ser una combinación «Hard» y «Soft Power». A pesar de las victorias militares, estamos perdiendo la guerra al terrorismo, ya que nos vencen en las ideas y en los modelos. La muerte de Tamerlan Tsarnaev no debe acabar igual que la de su tocayo el Gran Tamerlán de Asia Central. Según la leyenda, aquel que molestara al Gran Tamerlán sufriría una maldición. El día que los soviéticos abrieron su tumba en Samarkanda los nazis lanzaron la Operación Barbarroja.
Alberto Priego Director Departamento de Relaciones Internacionales Universidad Comillas
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