Groenlandia

Una aventura contra el tiempo

En primavera de 2014 realizarán la primera circunnavegación de Groenlandia, un recorrido de 5.000 kilómetros que quieren hacer en 45 días. Su segundo desafío, recorrer la Antártida en 2015 o 2016

El trineo del tiempo Infografía J. Maluenda/LA RAZÓN
El trineo del tiempo Infografía J. Maluenda/LA RAZÓNlarazon

¿Por qué tener bases científicas costosas en el Polo Sur si se puede acceder y tomar muestras a bordo de un trineo a un precio más económico? Ésta es la pregunta que se hicieron años atrás los exploradores polares Ramón Larramendi y Juan Manuel Viu, y ese mismo planteamiento es el que, tras realizar tres expediciones a Groenlandia y dos a la Antártida, les adentrará a «lomos» de un nuevo y más sofisticado trineo de viento a navegar en la próxima primavera a Groenlandia, donde por primera vez en la historia circunnavegarán la isla más grande del planeta. Y todo ello gracias a un trineo movido por el viento y con unos 10 ó 12 metros cuadrados de paneles solares fotovoltaicos (casi 1 kW de potencia) para cubrir las necesidades energéticas de la tecnología a bordo.

A lo largo de este recorrido de 5.000 kilómetros, los cinco tripulantes a bordo recogerán muestras del aire y la nieve que permitirán conocer los cambios del clima de los últimos 20.000 años (por los isótopos de la nieve que recogerán a un metro y a 30-60 kilómetros de profundidad), así como la presencia de sustancias contaminantes en una zona en la que, aunque en principio se piense que no debería haber sustancias como los compuestos orgánicos volátiles (COP), los hay.

Pero ese viaje, además de suponer todo un hito geográfico, servirá de ensayo para su siguiente expedición: la primera circunnavegación geográfica por la capa de hielo de la Antártida, un recorrido de 7.000 kilómetros y 100 días de duración que realizarán durante el verano austral de 2015 o de 2016, afirma Larramendi. «La expedición a Groenlandia es un paso intermedio entre nuestra última travesía y la Antártida. Nos permitirá conocer a modo de prueba y error si la logística planteada para esta expedición es suficiente y aplicar estos conocimientos a la Antártida, un desafío más costoso», explica Larramendi.

En concreto, el trineo de viento con el que atravesarán Groenlandia tendrá 10,5 metros de largo (tres metros más que su última expedición, Acciona Winderpowered Antártica, pero 5,5 metros menos que el trineo que utilizarán en 2015 para circunnavegar la Antártida) y permitirá casi duplicar la carga al poder llevar entre 2 y 2,5 toneladas de peso, de las cuales casi una tonelada, una vez concluido el viaje, corresponderá a las muestras de aire y de nieve recogidas. Para ello, el convoy se dividirá en tres trineos: locomotora, carga y habitabilidad.

Durante los 45 días que durará la travesía, los cinco tripulantes tendrán que enfrentarse a temperaturas gélidas y a cualquier desagradable sorpresa que pueda acontecer.No hay tiempo para el cansancio. Salvo inclemencias meteorológicas extremas (entre un 25 y 30 por ciento no se podrá navegar por el tiempo), se viajará de día y de noche y sólo descansarán cinco horas al día para poder, entre otras cosas, comer. Las cuatro o seis baterías grandes y numerosas pequeñas «nos permitirán acumular la energía solar generada durante el día para recargar ordenadores y demás tecnologías por la noche».

Si todos los cálculos son correctos, el trineo que con más tripulantes (seis) les llevará a la Antártida les permitirá tomar si cabe más muestras, hasta 1,5 toneladas. Dos viajes, dos desafíos y un mismo objetivo: estudiar el clima de forma menos costosa (en vez de seis millones de euros, Larramendi estima que el desafío a la Antártida costará entre 750.000 y 850.000 euros) con una logística más sencilla al no tener que llevar convoys oruga para el combustible y todo ello sin emitir ni un gramo de CO2. Bueno, salvo el del hornillo que les permitirá tras todo el día viajando una pequeña alegría para entrar en calor.