Israel
Una «reina» etíope y soldado
Los etíopes de origen judío han emigrado a Israel desde hace años. Son miembros del Ejército y combaten. ¿Pero pueden ser «misses»?
Cuando la joven israelí Yitish Aynaw («Titi»), de 21 años, fue elegida hace pocos días como «Miss Israel 2013» se convirtió en la primera belleza nacional miembro de la comunidad etíope. Varios meses antes, Belainish Zevadia también fue pionera: fue la primera mujer israelí de origen etíope en ser nombrada embajadora. Cuando en el pasado diciembre volvió como embajadora de Israel a la aldea de Etiopía en la que nació y de la que emigró hace 30 años, su llanto de emoción decía mucho.
«Lucho por la igualdad y por eso estoy aquí», dijo Titi en el concurso de belleza. «Para mí es una misión representar los distintos colores que conviven en Israel», comentó la joven. Sus posturas claras y firmes gustaron a los jueces. Esta ciudadana israelí llegó de Etiopía hace doce años. «No diría en absoluto que la sociedad en israelí es racista, sino que en su seno hay racistas, como en todos lados», dijo a LA RAZÓN la famosa cantante israelí de origen etíope Cabra Casay, lanzada a la fama por haber sido una de las más destacadas solistas en el conjunto de Idan Raichel, sin duda de las mayores estrellas de la canción israelí.
El problema es la combinación entre las dificultades propias de la comunidad, el choque de culturas y los errores cometidos por las autoridades encargadas de elaborar una política de absorción de esta comunidad, que, al abandonar Etiopía y llegar a Israel, no sólo se mudó de país sino que hizo un salto en el tiempo.
Durante muchos años hubo discusiones sobre el derecho de los etíopes de inmigrar a Israel como judíos, en el marco de la Ley del Retorno (que da ciudadanía automática a todo judío o hijo o nieto de un judío, que desee instalarse en el país), debido a las dudas acerca de su judaísmo. En 1976 el gran rabino sefaradí Ovadia Yosef determinó que son parte del pueblo de Israel, «Beta Israel», y que por ende hay que hacer el esfuerzo de traerlos a Israel.
La mayoría de la comunidad llegó en dos grandes operativos, «Moisés» y «Salomón», que trajo a Israel 84.000 etíopes. Otros 40.000, nacieron en Israel. En 1996 se acordó que había terminado la inmigración de Etiopía, pero diversas organizaciones judías, tanto en Israel como en el exterior, dijeron que habían quedado en Etiopía miles de familiares que no habían podido venir, por lo que tuvo que organizarse otros operativo. Posteriormente se creó un comité, encabezado por el juez del Tribunal Supremo Meir Shemgar, que ordenó traer a todos los judíos de Etiopía a Israel.
Eli Cohen, que fue jefe del Departamento de Inmigración de la Agencia Judía, recuerda las manifestaciones de familias quebradas. «Hubo casos de familias separadas, de hijos que vinieron y padres que se quedaron en Etiopía. Los gritos "queremos a papá", "queremos a mamá'' no eran para las cámaras, sino reflejo de una realidad», rememora. «Hace dos años, finalmente, se decidió que se traería a los 8.000 que habían quedado allá, que eran de los Falash Mura, que son quienes se alejaron del judaísmo y se convirtieron al cristianismo y dijeron luego que la conversión les había sido impuesta». Desde 1996, todos los que llegaron a Israel son de los Falash Mura.Se estiman que son en total unos 20.000. La mayoría ya está en el país.
Si vales, puedes
«Hay muchos motivos para criticar la política de integración», dice Eli Cohen. «El sistema educativo con clases sólo de alumnos etíopes es un problema. Los alumnos, que son el cuatro por ciento de la comunidad, tienen problemas para integrarse plenamente. Creo que se dedican muchos recursos a la integración de la comunidad de origen etíope, pero está claro que hay todavía mucho por hacer».
Sin embargo, Eli Cohen, que conoce el sistema desde dentro, responde categóricamente al preguntársele si hay una falta de voluntad de integrar a esta comunidad. «No, en absoluto. No creo que haya malas intenciones. El problema es que no se logra conseguir una integración plena». «Hay problemas en la sociedad que deben ser solucionados, pero yo creo que parte de la culpa está en mi propia comunidad etíope, algo que me enoja», comenta la cantante Cabra Casay. «Hay que saber no sólo defender los derechos, sino también empujar hacia adelante... porque con quejarse no se llega a ningún lado».
El mayor Shato Matakie, oficial en las Fuerzas de Defensa de Israel, está convencido de que todo depende de cómo desempeña cada uno su trabajo, de qué forma sale adelante. «Yo siempre les digo a mis hermanos menores que si ellos son excelentes en lo que hacen, serán respetados. Depende de ellos..., no hay que esperar a la aprobación de otros, sino hacer lo máximo para hacerse respetar, para llegar a ser sobresaliente en todo lo que uno hace». Él, a los 35 años, casado desde hace un tiempo («con una mujer blanca», dice riéndose, como queriendo aclarar que ella dudaba no por su color, sino porque él le lleva varios años), no tiene dudas de que la sociedad permite avanzar si uno lo vale.
También Natmar Hillel es consciente de los problemas y ella misma se ha topado con incidentes puntuales, pero cree que todos pueden abrirse camino. Y no lo dice por haberse casado con un blanco, ni porque Ari, su esposo, sea hijo del ex presidente del Parlamento israelí Shlomo Hillel, sino porque su condición de asistente social le ha mostrado repetidamente que la educación abre puertas.
Oficial del ejército y empleada
Yitish Aynaw, de 21 años, se ha convertido en la primera etíope en ganar el concurso de miss Israel. Fue coronada en el Centro Internacional de Convenciones de Haifa. Se inscribió en el concurso por un amigo, a pesar de no tener ninguna experiencia como modelo. En respuesta a la pregunta de uno de los jueces, dijo: «Es importante tener una primera ''miss'' de la comunidad etíope. Israel tiene muchos grupos étnicos y muchos colores, y es importante mostrárselo al mundo». Aynaw (segunda por la izquierda en la fotografía) llegó a Israel con su familia cuando tenía 12 años. Yitish sirvió como oficial en el Ejército israelí durante su servicio militar y actualmente trabaja de encargada en una zapatería.
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