Crítica de cine
«La segunda mujer»: Mimbres de folletín
Dirección: Umut Dag. Guión: Petra Ladinigg. Intérpretes: Nihal Koldas, Begum Akkaya, Vedat Erincin, Murathan Muslu. Austria, 2013. Duración: 93 minutos. Drama.
El choque de herencia y modernidad suele ser tema predilecto de los melodramas familiares que lidian con la tradición musulmana. En ellos la mujer, como víctima del patriarcado pero también como reina del entorno doméstico, es la piedra filosofal, la que se rebela o la que se doblega, y de la que nace toda sabiduría. La ópera prima de Umut Dag presenta una situación que parece extravagante pero que, en su retorcido artificio, pone en juego las aristas de lo femenino en la cultura turca menos europeísta. Fatma, sufrida madre de familia numerosa, busca una joven que la sustituya en caso de que el cáncer pueda con su fuerza de voluntad. Para ello la casa con su hijo mayor cuando, en realidad, Aynsa será la esposa «de facto» de su propio marido. Si el planteamiento parece improbable lo que sigue entra en los dominios del culebrón. Es mérito de Dag rebajar el tono folletinesco desde la contención expresiva, pero los giros del argumento parecen demasiado forzados y no sabe cómo resolverlos, dejando en suspenso el destino de los personajes cuando lo que ha hecho es encerrarlos en la causa-efecto de la fatalidad.
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