La columna de Carla de la Lá

10N: Descubra aquí si es usted liberal o progre

El liberal es socarrón. El progre es virtuoso... con ese virtuosismo que eleva al imbécil a los cielos de la superioridad moral, porque es el virtuosismo del tonto

Mad Men
Mad MenlarazonMad Men.

“Soy progresista” suena balsámico, el progreso… ¿a quién en su sano juicio le disgusta ese concepto? “Ser progresista” suena a colonia de limón fresquita, a paseo por la playa, a conciencia tranquila, a deber cumplido, a ganancia antropológica, casi como la promesa de un mundo mejor… Técnicamente, no es así.

En la última época del franquismo, los progres eran una minoría moderna y necesaria, personas con inquietudes intelectuales y ganas de libertad. Música, filosofía, cine de autor, denuncia social... Mis padres fueron absolutamente progres, la gente abierta, valiente y en muchos sentidos transgresora que hoy conocemos como liberal.

Pero no nos engañemos, ahora el progre es la hegemonía, el ciudadano medio, donde no queda nada de revolucionario, ni de adelanto, ni diría yo siquiera progresismo. El movimiento progre en España nos dirige hacia un mañana más regulado, controlado y hacia la reducción de nuestra libertad, ¿es eso lo que realmente queremos? Repasemos, amigos, en esta jordana de reflexión, las diferencias entre progre y liberal:

- El progre es incoherente. Su ideario es como una ensalada repleta de variadas frutas y verduras de temporada, aunque difícilmente combinen entre sí, por eso no es raro que se refugie fanáticamente (con tintes apocalípticos, mesiánicos) en campos que no tienen nada que ver los unos con los otros como el feminismo, o la ecología, por citar algunos.

- Los liberales hacemos lo que creemos que está bien y a veces lo que sabemos que está mal; los progres hacen lo que creen que es correcto con arreglo al protocolo de los distintos movimientos progres donde consideran que se encuentra la virtud. Lo bueno y lo malo son irrelevantes.

- El liberal es socarrón. El progre es virtuoso... el virtuoso del buenismo vacío, de la paz, del respeto, del diálogo... y todos esos conceptos que alimentan la sensibilidad del obtuso... con ese virtuosismo que eleva al imbécil a los cielos de la superioridad moral, porque es el virtuosismo del tonto.

- Los liberales viven y dejan vivir, los progresistas tienden a censurar y regular; quisieran destruir el mundo tal como lo conocemos, vaciarnos y desdoblarnos y ver nacer una nueva era, una distopía que imagino pavorosa, donde se controle no ya lo que hacemos sino lo que pensamos.

- Los liberales defenderemos el derecho a opinar de todos, aun estando en desacuerdo. El progre, defenderá su derecho a silenciarte.

- Los liberales son transigentes, benévolos, los progres, seres hiper-alerta, prestos a ofenderse sobre los extremos más prosaicos, que considerarán pecados capitales, o al menos transgresiones imperdonables con arreglo a la nueva moral.

- El progre no ha madurado afectiva ni intelectualmente, no sabe quién es y se afana en pertenecer a un grupo donde la identidad del conjunto lo vence todo, donde no hay individuos ni diferencias entre hombres y animales, entre hombres y mujeres, entre niños y niñas; cuando hayan destruido todas las imprescindibles diferencias que nos hacen complementarios, cuando tengamos tanta igualdad imposible que nos desdibujemos y nos convirtamos en un ente dócil y obediente, en un peón sin rostro de sus dictatoriales ideas, entonces tendremos un poco más. Nos guste o no.

- El individuo liberal está abierto a nuevas perspectivas. Para un progre no existe otro punto de vista además del suyo, fuera del cual los demás pertenecemos inexorablemente a la extrema derecha. Los que no coincidimos con la totalidad de su discurso, somos el enemigo y seremos denigrados. Si no convertimos la ideología de género en la columna que vertebra nuestras almas, somos machistas; si no proponemos a nuestros hijos que elijan una opción sexual como quien elige entre sandía o melón, homófobos; si pensamos que los flujos migratorios deben ser ordenados y eficientes, racistas.

- Para un individuo liberal el lenguaje es una herramienta con la que se divierte, relativiza y desdramatiza. El progre no tiene humor y para él el lenguaje es un arma donde el significado de las palabras no importa siempre que puedan ser utilizadas como instrumentos de control.

- El progre es aburrido, incluso para otros progres como él ya que siente en todo momento el derecho a acallar las opiniones que no aprueba para que nadie pueda escucharlas. Es un don, una gracia que reciben de nacimiento.

- La persona liberal es condescendiente y amigable en general. El progre sólo simpatiza con aquello que socave a la familia y a la cultura cristiana occidental, “capitalista. Asimismo, se complace en todo lo que pueda vulnerar la integridad territorial o moral de España, venga de donde venga y todo el que no comparta su extraña inquina a su país es franquista.

- Además, el progre, siempre tiene razón.

- Como dice mi querido Felipe, si el ideario político progre pudiera describirse cinematodemagogicamente sería así: Franco, Franco II parte, Franco contrataca, El último franquista, En busca del Franco perdido, Francoestein, Sueños de un franquista, El planeta de los franquistas; Lo que Franco se llevó; La Bella y Franco; Tarzan & Franco, Franco al desnudo… _El progre está convencido de que es una persona culta y puede triunfar en las discusiones o debates, no por su argumentario, ni su dialéctica, sino precisamente por su falta de empatía, rigor y delicadeza. El progre no tiene una sola duda razonable.

- El progre no es sexy. Para mí, ¿eh?