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Emma Suárez: “Ahora, a una mujer que quiere ser actriz no se le exige ser un icono de belleza”

Tras 40 años de carrera y tres Goya, ha terminado con el rodaje de la nueva serie “Néboa" y acaba de recibir un galardón en el Festival Cineuropa por su trayectoria y su colaboración con el cine de autor.

Entrevista a Emma Suárez
Entrevista a Emma SuárezlarazonNasrin Zhiyan

Emma Suárez, una de las actrices españolas más internacionales, me recibe con una gran sonrisa en MASSUMEH, donde lleva cuidándose más de 20 años. Precisamente, hace más de dos décadas tuve el placer de conocer, gracias a Ana Duato, a esta gran actriz, madre, amiga y sobre todo persona, que hoy nos ha hablado de su trayectoria profesional y de cómo se cuida para mantener esa belleza natural que siempre la ha acompañado.

Y para empezar la entrevista, ¿qué estás haciendo actualmente?

Hemos estado trabajando durante 5 meses en la serie “Néboa”, que ha sido rodada íntegramente en Galicia, en escenarios naturales. Una serie de ocho capítulos para Televisión Española que se estrenará en febrero o marzo del 2020. Una producción de misterio con personajes singulares que arranca con el asesinato de una chica de 16/17 años en la isla de Negua. Ahí es cuando aparece mi personaje, Mónica, una teniente que envían junto a su hija adolescente desde la península para llevar a cabo la investigación. Ella llega con su hija, que es una adolescente.

¿Cómo ha sido rodar en una ciudad que no es la tuya?

Haber rodado en Galicia, donde nunca había trabajado, ha sido un descubrimiento para mí. Me ha impresionado muchísimo tanto su territorio, los lugares, la luz, el paisaje, como las personas que trabajan y viven allí. Me ha gustado mucho trabajar con ellos, con todo el equipo de la serie, que eran íntegramente gallegos. Ha sido una experiencia muy dura, pero gracias a nuestra ilusión y a nuestro esfuerzo hemos sobrevivido orgullosos y eso ha provocado que se hayan creado lazos muy estrechos entre nosotros.

Has recibido un premio en la 33º edición del Festival Cineuropa, ¿qué significa para ti este reconocimiento?

Sí, se trata del premio Cineuropa que me han concedido en Santiago de Compostela por mi trayectoria y mi colaboración con el cine de autor. Es un premio muy importante que han recibido también personalidades como Costa-Gavras, Arturo Ripstein y Ángela Molina, entre otros. Me siento muy agradecida por este reconocimiento y por haber rodado en Galicia, donde nunca había trabajado y que ha sido un descubrimiento para mí. Me ha impresionado muchísimo tanto su territorio, sus lugares, la luz, el paisaje, como las personas que trabajan y viven allí. Ha sido un proyecto que ha durado 5 meses, contando con las semanas de preparación. Yo me incorpore el 20 de mayo y estuvimos dos semanas preparando el vestuario, cómo iba a ser el personaje y ensayando. Tras esas dos semanas empezamos el rodaje y, el que todos los actores de la serie fuesen gallegos conocidos entre sí , que habían trabajado en series muy importantes como Fariña, permitió que la fusión de equipo fuese más fácil y rápida.

El inicio de rodaje de una serie siempre es duro, implica desplazarnos en la misma semana a localizaciones diferentes, que a veces están a una hora de viaje. Nuestra residencia estaba en La Coruña pero hemos estado rodando también en la zona de Ortigueira, que está en las Rías Altas. A pesar de ello, y de los cambios de horarios, estoy muy contenta y orgullosa de este proyecto que creo que es una serie muy interesante y de mucha calidad. La hemos cuidado muchísimo y creo que Televisión Española ha hecho una apuesta importante con el estilo, veremos como van estos ocho capítulos

Y a la hora de elegir un papel, ¿qué es lo que te motiva? ¿Buscas algo diferente?

Para mí es muy importante el director con el que voy a trabajar, que su punto de vista y su estilo, su forma de dirigir, me atraiga, me guste, que pueda empatizar con su lenguaje, y que me guste el guión. En este caso conocía al director, había trabajado con él y quería volver a hacerlo. Por otro lado, también me atraía mucho el hecho de rodar en Galicia, que era un lugar donde no había trabajado antes y acercarme un poco más a la cultura gallega y a ese paisaje tan misterioso que siempre provoca y te lleva al misterio.

¿Otros papeles que hayas interpretado recientemente?

También he trabajado en “Criminal”, la serie de Netflix, con Mariano Barroso, que aún se puede ver en Netflix. Me gustó mucho el papel que interpreto en esta serie, una mujer muy fuerte, con mucha personalidad, acostumbrada a mandar, a dar órdenes y capaz de conseguir lo que quiere cueste lo que cueste, a costa de lo que sea. Por otro lado y a pesar de esa fuerza interpreto a una mujer con una vida personal desestructurada. Es un personaje muy contemporáneo, muy actual y precisamente en este momento en el que se habla tanto de las mujeres, de su fortaleza y poder, también hay que hablar de la verdad, de que detrás de todo esa fortaleza, también se encuentra la fragilidad.

Hablando de mujeres ¿crees que el movimiento “Me too” en España, te ha perjudicado o te ha ayudado? ¿Has tenido que ser fuerte al enfrentarte a una situación similar?

Yo llevo trabajando muchos años. Empecé con 14 años, y cuando empecé, los equipos eran más masculinos. Aún no había muchas mujeres trabajando en los equipos. Había mujeres, pero en los departamentos de maquillaje y peluquería; en el departamento de montaje, la script solía ser siempre una mujer. De hecho, era extraño encontrarte con un hombre que desempeñara el cargo de script, eran puestos que estaban siempre ordenados y organizados de una manera. Hace ya años que esto comenzó a transformarse y es muy gratificante porque ahora hay muchísimos puestos dentro del cine que son desempeñados por mujeres. Pero obviamente he sufrido comentarios machistas o otros que dificultaban mi trabajo y en escenas en las que había un desnudo el propio pudor a veces no me dejaba pedir que en esa escena hubiera menos gente del equipo.

Ahora la situación ha cambiado y no hace falta decir nada, es el propio equipo el que se encarga de que en esas escenas haya el mínimo de gente posible y sobre todo de que exista un clima de respeto. Yo recuerdo una escena en concreto en la que varias chicas teníamos que bañarnos desnudas en el río, y en un escenario natural es más difícil crear cierta intimidad, pero en esa ocasión vino mucha más gente para rodar esa escena. En ese momento te sorprende porque no es justo que ahora que tengo que rodar esta escena, aparezcan personas que ni siquiera yo sabía que formaban parte del equipo. Creo que todo eso se está afortunadamente cambiando. Pero también es un ejercicio que nosotras tenemos que hacer cada día, porque, inevitablemente, tenemos en nuestra educación una cultura machista que exige que nosotras también tengamos cautela a la hora de hablar, porque a veces somos nosotras también las machistas. Lógicamente si yo veo a una compañera que se encuentra en una situación delicada la defiendo, pero ya no solo por el hecho de ser mujer, sino por una cuestión de solidaridad y justicia y que los hombres también deben ejercer.

¿Te sientes afortunada por las oportunidades que has tenido a lo largo de tu carrera como actriz?

Este siempre ha sido un oficio que ha formado parte de mí, desde que empecé tan joven, que me ha acompañado también en mi desarrollo y en mi crecimiento como ser humano a lo largo de mi vida, de mi evolución, antes de ser mamá. He pasado por momentos mejores en mi trayectoria y momentos más complicados o más difíciles pero es verdad que siempre ha habido una constante en el trabajo. Soy consciente de que no todo el mundo quizá ha tenido las mismas oportunidades que yo a la hora de trabajar, que hay gente con talento que se queda en el camino. Y muchas veces me preguntó, ¿qué habrá sido de esta persona que empezaba conmigo? Hay momentos en los que me recuerdos de estas compañeras o compañeros de los que no he vuelto a saber nada. Realmente es un acto de fe también, este trabajo tiene mucho que ver con la resistencia y el que resiste gana.

¿ Y crees que tiene algo que ver la belleza con las oportunidades?

Antes había un icono de belleza en el cine, en el que a las actrices se les exigía ser bellas. Yo creo que eso ahora también ha cambiado; ahora, a una mujer que quiere ser actriz, no se le exige ser un icono de belleza, ni que sea una mujer delgada o que tenga la nariz perfecta. Tiene más que ver con quizá la pasión con la que trabaja, con la entrega en su trabajo y obviamente con el talento, y con lo que proyecta. Tiene que enganchar a la gente, no se le exige tanto que sea bella, sino más profesional. Por ejemplo, hay una actriz americana que me fascina y que no responde a los cañones de belleza, como es Frances McDormand.

Pero claro que mantener tu cuerpo y tu rostro cuidado es importante. Creo que precisamente uno de los valores más importantes que hay en un actor es su rostro, que es su instrumento de trabajo, como su cuerpo; es importantísimo tener el cuerpo en condiciones y preparado para el personaje que vayas a interpretar. Tu cuerpo es tu elemento, tu vehículo de proyección, tu mirada, tu gestualidad, tus manos, tu sonrisa, tu expresión… para cualquier personaje. Además, desgraciadamente se han cometido muchos errores en muchas mujeres bellas que llegadas a una determinada edad se han operado y se nota muchísimo. Esto las limita a la hora de interpretar un personaje, porque su cara está diciendo algo que contradice lo que tienes que expresar.

Eso viene dado también por un momento social en que se exige a la mujer estar bella y la belleza se convierte en una presión. Y es que la belleza tiene más que ver con algo interno que todos tenemos y que hay que cuidar y proteger.

Hablando de belleza, ¿Cómo te cuidas?

Hago yoga todos los días y los lunes y miércoles voy a una escuela. Esta práctica comenzó con Maribel Verdú y con Ariadna Gil cuando hicimos juntas la obra de teatro “Los hijos de Kennedy”. Como queríamos seguir viéndonos, creamos un grupo de yoga con Ana Acha como maestra de yoga y para mí se ha convertido en una práctica imprescindible. El yoga te enseña a tomar conciencia de tu respiración y es algo que para los trabajos también es importante porque es como conectar contigo mismo, con tu esencia. Yo pondría clases de yoga a los niños en todas las escuelas para que formara parte de la educación. Creo que nos ahorraríamos muchos problemas.

En cuanto a mi dieta es difícil cuidarla con el cambio de horarios ya que en una misma semana puedes rodar un día de 9:00 a 20:00 horas y de 17:00 a 5:00 de la madrugada. Procuro cuidarme, pero tampoco soy una persona muy disciplinada en mis cuidados. También voy a MASSUMEH desde hace ya 20 años y para mí, eso es imprescindible. Digamos que MASSUMEH fue una de las personas que me enseñó a cuidarme y a tener una práctica constante en lo referente al cuidado de mi piel.

Al margen de la belleza un actor tiene que tener una gran memoria, ¿cómo haces para no olvidarte de las líneas? ¿Siempre tuviste una memoria fotográfica?

Cuando tengo que estudiar, por ejemplo en teatro, o para algún monólogo, es cuestión de estudiar, estudiar y repetir y repetir y se me hace más sencillo si lo escribo, porque integras más el texto. Otras veces practico con gente o mi hija y mi madre me ayudan a repasar el texto. Si que tengo buena memoria para estudiar el guion pero, sin embargo, para los nombres de las personas, no. Muchas veces me pasa con nombres de actores reconocidos que no me vienen a la cabeza, sé quiénes son y hasta con quién han trabajado pero no me viene el nombre. O sea, que la memoria es muy juguetona por no decir traicionera. De hecho, alguna vez pasa que se te olvida una línea o te quedas en blanco y, por ejemplo, en el teatro no hay segundas tomas en el momento en que el actor sale al escenario y comienza el viaje hasta que se termina la función. En ese sentido digamos que el riesgo y el desafío en el teatro es mayor por el directo. Pase lo que pase tú y tus compañeros estáis ahí para resolver cualquier situación que surja.

Dicen que no se es actor si no has hecho teatro…¿qué opinas de eso?

Bueno, hay muchos actores que no han hecho teatro y yo creo que también son actores, o sea, son medios absolutamente distintos, el cine y el teatro. Creo que eso depende de cada uno y de las ganas que uno tenga, pero vamos yo creo que siendo actor, es una experiencia que no deberías perderte.

Yo recuerdo cuando empecé, la primera obra de teatro que hice con Irene Gutiérrez Caba, una maestra, y con Encarna Paso. En el día del estreno yo tenía 18 años y le pregunté a Encarna y a Irene si no se ponían nerviosas, e Irene me dijo que ella cada vez se ponía más nerviosa. Yo no lo entendía, pensando que cada vez tienes más experiencia. Pero la responsabilidad cada vez es mayor también. De todos modos, yo procuro engañarme a mí misma diciéndome que no me pongo nerviosa, que estoy tranquila.

Has ganado tres premios Goya, dos de ellos en la misma noche, ¿cómo viviste esas galas?

Mi primer Goya fue por una película preciosa que es “El perro del hortelano”, dirigida por una gran mujer y una gran directora como era Pilar Miró. Fue muy especial ese Goya ya que esa película, hasta que fue terminada, paso por muchísimas aventuras. De hecho, nos llegaron a cortar el rodaje porque se quedó sin presupuesto. Jamás pensé que me fueran a dar a mí ese Goya porque estaba nominada junto a Concha Velasco nominada, y obviamente, pensé que se lo iban a dar a una maestra como ella. Respecto a mis otros dos premios Goya fueron por dos películas muy importantes para mí. Una con Julieta de Pedro Almodóvar y la otra con La Próxima Piel, de Isaki Lacuesta, para la que estuvimos 10 años buscando financiación, y que solo tenía esa nominación.

¿Y Hollywood? ¿No te atrae?

La verdad es que mi hijo siempre me dice, mamá, ¿por qué no te has ido nunca a Hollywood? Lo que pasa es que estoy muy afincada en la ciudad en la que vivo, tengo aquí mi familia, supongo que ya me he hecho más mayor y marcharme fuera a trabajar, no está dentro ahora de mis expectativas. Solo de pensar en irme allí me entra como un sentimiento de soledad, me da como miedo. Hay algo que rodea esa industria que me transmite frialdad. Respeto muchísimo y me parecen muy valientes actrices como Penélope Cruz, que ha trabajado duramente y admiro su trayectoria y la manera en la que está luchando, porque es una guerrera. Ha ido consiguiendo lo que buscaba en su vida.

Para acabar, ¿hay algún papel en concreto que te apetezca hacer?

En los últimos trabajos siempre me llaman para hacer personaje muy intensos, complejos, con un perfil más dramático, quizá personajes atormentados o desestructurados, mujeres que han sufrido una pérdida y me encantaría hacer algo como alta comedia. Me gustaría porque me lo pasaría muy bien y por la diversión que implica un personaje asi, porque además soy una persona que sonríe mucho, muy optimista y positiva en la vida y sin embargo me llaman siempre para dramas. Así que me encantaría poder hacer una alta comedia y jugar en otro registro. Nunca se sabe.