La columna de Carla de la Lá
Lo que más nos ha cambiado en esta década sin nombre
No soy la que era hace diez años y espero lo mismo para ustedes queridos amigos. Entonces, no tenía perro y estaba casada con otro señor, tenía dos hijos menos, vivía en otro barrio y era una atea militante. En estos diez años me he divorciado y vuelto a casar, he creado una gran familia, montado mi propia empresa y por si fuera poco, me he convertido al Protestantismo (lo más antisistema que haga en mi vida, supongo).
Para mí, ya lo ven, esta década sin nombre (¿cómo se llama?), no ha sido precisamente de relax, analicemos juntos, lo que el periodo 2010-20 ha supuesto para la sociedad y para el mundo:
1) Adiós blogs, hola Facebook, Instagram… La década anterior fue indiscutiblemente la de los blogs. Yo tuve uno tremendo, muy divertido y seguido (“Que se mueran los…”) donde me exponía locamente en todos los sentidos y por el que incluso llegaron a entrevistarme en varios medios. Cuando nació mi primer hijo, en 2007, lo dejé por falta de tiempo y porque sentí que había terminado un ciclo y así fue. Poco después abandonamos el consumo de blogs y nos echamos en brazos de las redes sociales. Primero Twitter (llegué a tener 20k muy rápido y me aburrí, lo dejé a la deriva hace años); luego Facebook, que trae consigo un nuevo género literario indiscutible y valiosísimo; después Instagram, el selfie compulsivo y la realidad completamente artefactada.
2) Smartphones. La democratización de los teléfonos inteligentes, de internet y la conectividad han cambiado radicalmente nuestra manera de desenvolvernos en el mundo. Me imagino conduciendo un coche de alquiler a través de un sistema montañoso extranjero, con mis hijos, en busca de la casa donde vamos a pasar las vacaciones y me pregunto (sin hallar respuesta) cómo viajábamos antes del gps y google maps.
3) No llamen, es de mala educación. Este fenómeno será objeto de estudio con el paso de los años. Una maravillosa (y peligrosa) aplicación gratuita que nos permite hablar con quien queramos por escrito o mejor, a través de audios grabados que cómodamente escucharemos cuando nos parezca oportuno. Whassapp ha hecho evolucionar nuestras relaciones amorosas, amistosas y laborales y desde luego ha convertido la llamada telefónica en un hecho invasivo cuya única redención es la noticia trágica o la confesión (aún más trágica).
4) El Streaming. Netflix, HBO, Amazon Prime Video, Movistar, Filmin… entre otras plataformas, han modificado radicalmente nuestros hábitos culturales y de entretenimiento pero también los familiares. ¡¡Los matrimonios que han salvado las series…!! Mi queridísima Blanca Soto, dijo un día que su marido y ella no veían series y azorada le pregunté qué hacían por las noches, ¿hablar? No creo que sea positivo hablar tanto con nadie (excepto claro está, con Dios).
5) MeToo. Las redes sociales no (solamente) han servido para entretener y generar memes y selfies, sino sobre todo para propagar reivindicaciones. En esta década han destacado triunfado (y alcanzado la categoría de neurosis) las de los grupos feministas, ecologistas y LGTB. El movimiento #Metoo, por ejemplo, surgió como denuncia y protesta por los abusos del productor, Harvey Weinstein, sobre diversas actrices y uniría a más de medio millón de personas contra la impunidad de los que agreden sexualmente a las mujeres.
6) Amazon, AirBnB, Uber, Tinder, Spotify… las aplicaciones nos han cambiado la vida esta década que finaliza: casi cualquier cosa que necesites te la puede llevar la empresa del estadounidense Jeff Bezos (el hombre más rico del mundo) en tiempo record. Airbnb ha democratizado el turismo aún más de lo que lo hicieran hace años las compañías aéreas low cost y Tinder, ha facilitado, vulgarizado y desvalorado el mundo de la cita y las relaciones íntimas tanto como spotify la música. Recuerdo cuando había que esforzase un poco… cuando de pequeña, lograba ahorrar mil pesetas para un disco y que me hacía inmensamente feliz…
7) Multipartidismo en España. En esta década surgieron también los partidos que han terminado con cuarenta años de bipartidismo: entre otros… Podemos y Vox. Considerados por muchos como peligrosos, radicales, populistas, de extrema izquierda y derecha, han recogido el voto de los desencantados y los más críticos, pero sobre todo han venido a poner límites a los de siempre, absolutamente fosilizados y a veces envilecidos. ¡Y bien que han hecho! (Aunque no estemos de acuerdo con parte de sus programas). El poder que se reparta y ¡cuantas más voces mejor!
8) Trump. El presidente más polémico del mundo políticamente correcto en el que vivimos fue elegido por los estadounidenses en 2016. “Piensa en grande y patea traseros en los negocios y la vida” este es el título de uno de los dos libros escritos por Trump donde podemos encontrar las bases de toda su filosofía, o mejor dicho, de su proceder. Trump triunfó porque probablemente no ha parado de triunfar desde la guardería_puedo imaginármelo pateando traseritos con pañales y masticando con ansia los mejores chupetes como quien se fuma un habano carísimo echándole el humo al de al lado. Y nada... pateando traseros, porque pateando traseros se llega a Roma... “podría ponerme a disparar a la gente en la quinta avenida y me seguirían votando” y diciendo cosas como estas llegó a la Casa Blanca el candidato del exabrupto, del acoso sexual y de la xenofobia. Y sigue ahí, donde además lo han acompañado el crecimiento del PIB y la bajada del desempleo.
9) Juego de tronos. Reconozco que toda esa fantasía pseudomedieval desbordante de chicas en paños menores depiladas hasta las cejas (en los 7 reinos no existe una gorda peluda) y hombres con armadura escupiendo sangre no me atraía demasiado. Sin embargo, hay que reconocer que la serie de HBO presente durante toda la década ha sido el único fenómeno capaz de poner de acuerdo a casi todos.
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