Gastronomía

5 restaurantes asiáticos muy diferentes (en Madrid)

5 restaurantes asiáticos muy diferentes
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Después de una chinofobia alarmante, y aunque el turno de cierre de fronteras sea para España, y con cierta prudenia, no debemos dejar de consumir. No sé si para esta semana o para cuando esta aparente pandemia cese, en el top-five de #LaCataDeKaty de esta semana he seleccionado 5 restaurantes de cocina asiática-fusión muy diferentes entre sí. Desde un estrella michelín (Yuyo The Bunker), pasando por locales de moda como KaButoKaji que celebró la semana pasada su sexto aniversario, hasta restaurantes con mucha personalidad como Monsieur Suhita de Velázquez, o la cadena Miss Sushi como una fórmula de democratización de la cocina asiática sin perder la calidad (a domicilio inclusive); y el restaurante ‘take away’ con su filosofía de ‘bueno-barato-bonito’ (y rápido) de la cadena Maki repartidos por todo Madrid.

1. Yugo The Bunker: probablemente la mejor hamburguesa de España

Nada más entrar nos recibe un olor a madera intenso. Iluminación cálida, sorprende un pasadizo que parece una cueva que debe de reconducir a uno al club privado que da sentido a la segunda parte de la marca comercial (‘The Bunker’): un búnker japonés inspirado en la Segunda Guerra Mundial. Nosotros nos disponemos a disfrutar en el salón de una experiencia única y diferente, digna de inmortalizar en stories.

Yugo The Bunker (C/ San Blas, 4) es uno de los pocos ‘japo’ que pueden presumir en Madrid de contar con estrella Michelín. Se trata de cocina fusión entre la japonesa y la mediterránea. Detrás de toda esta maravilla está el genio y figura Julián Mármol (con quien tengo pendiente una entrevista). Sushiman de primera, ha ideado un menú de los más exquisito, basado en la calidad de los productos y la originalidad que le aporta ese punto mediterráneo tan nuestro y tan suyo (las gyozas son un guiño a su “frustración” con los guisos). Y es que empezamos probando un surtido de sashimis; después pasamos a los sushi (maki -neguitoro- de ventresca con cebolleta; un tartar de lubina con salsa de plancton y lima -keffir-, así como una rica y curiosa crujiente de alga -códium-; y los niguiris de salmón king, serviola, toro y sardina). Entretanto, las gyozas mencionadas con un caldo muy particular. ¿Para finalizar? Una hamburguesa de carne de wagyu. Probablemente la mejor hamburguesa de mi vida.

No puedo encontrarle una pega a este restaurante: la atención ha sido muy agradable; el local, muy cálido; y la comida, de infarto. En lenguaje de emociones Yugo podría ser algo así como un orgasmo de sabores que llenan de vida la vida, y recuerdan que hay quienes comen para vivir y quienes viven para comer. Yugo es una oda a esto segundo. Yugo es un homenaje a la pasión de las cosas bien hechas. Yugo es vida después de la vida, y es arte efímero que no se desvanece: parte del paladar y llegar hasta el alma. ¡Ganas de repetir!

2. KaButoKaji y su sexto aniversario

KBK de Pozuelo (Calle Pico del Nevero, 4), liderado por Patricia Carbajosa, celebraba el pasado jueves con mucha ilusión y glamour su sexto aniversario, rodeada de numerosos rostros conocidos que se han dejado caer por el local. Desde Cristina Castaño, pasando por Antonio Najarro o Lorenzo Sanz. Y es que Patty, para los amigos y en Instagram, ahora que estamos en el mes de marzo de la mujer, demuestra cada día su empoderamiento como empresaria y propietaria de un imperio gobernado por la (también) fusión entre la comida mediterránea con el arte culinario japonés.

Mujer enérgica, empresaria, madre, y, sobre todo belleza personificada, rinde homenaje a las “mujeres inspiradoras” con una vajilla, pintada a mano, protagonizada por mujeres de bandera como Penélope Cruz, Marilyn Monroe, Frida, Audrey Hepburn, Hedy Lamarr, Coco Chanel, entre otras. No me voy a detener mucha en la cocina, pues ya mis lectores la conocen de sobra, de otras recomendaciones anteriores en este mismo espacio. Hoy quiero centrarme más en aplaudir el hecho de que un local tan importante rinda homenaje a las mujeres.

3. Monsieur Sushita: las Mil y Una cenas en el Barrio de Salamanca

Cada Sushita es de su padre y de su madre, como diría el refrán. Y en este caso concreto se aplica perfectamente. En plena milla de oro (Velázquez, 68) he podido disfrutar de una cena impresionante. Llama la atención la puerta en color rojo adornada con flores que invita a entrar a cualquier. El interiorismo está inspirado en los diferentes viajes que realizó Monsieur Sushita alrededor del mundo. Influencias de Marruecos, Francia y Japón que se plasman en sus paredes, sillas, mesas, vajillas, cojines y fotografías. Las lámparas que reciben al comensal son piezas únicas de cristal de Murano, y provienen del antiguo Café de Nápoles, en Positano, la mayoría de los muebles y apliques son piezas únicas compradas en el sur de Francia y el suelo ha sido también realizado de manera artesanal y pintado con pigmentos naturales por artesanos de Marrakech.

Adentrarse en Monsieur Sushita es embarcarse en un viaje por lo mejor de Oriente y Occidente, una auténtica terraza interior con vegetación colonial que recuerda a las mil y una noches gracias a un amplio local de dos plantas. Pudimos disfrutar de la clásica tempura de gambón rojo al chile dulce, la torre de Maki roll y la pastela de pato confitado con coulis de manzana. ¿De postre? Una de las mejores tartas de mi vida de zanahoria (cien por cien artesanal y realizada en el restaurante). Una auténtica explosión de sabores, en conjunto.

Sushita nace en el año 1999, de la mano de Natacha Apolinario y Sandra y José Manuel Segimón. Pionera en España en platos preparados de comida japonesa, sus productos están presentes en 720 puntos de venta de las más importantes cadenas de alimentación. Ofrece un concepto nuevo de comida rápida saludable, basado en la cocina asiática. En su centro de elaboración y distribución en San Sebastián de los Reyes, producen cada día, 5.000 bandejas de sushi, woks y dim sums. También ofrece un servicio de catering a medida, con barras de sushi, y cuenta con varios puntos de venta ubicados en Madrid y Palma de Mallorca.

4. Miss Sushi: las motos eléctricas que llena de Sushi la ‘España-sushiadicta’

A precios inferiores que los anteriores, pero aun manteniendo personalidad y estilo, Miss Sushi (Vías de las Dos Castillas, 33. Pozuelo de Alarcón) regala pasión por el sushi, los arroces y tallarines, y los tartares (¡Y por toda España!). Decorado con una estética inconfundible (colores rosas por doquier), Miss Sushi se ha convertido en el local preferido por muchas influencers. ‘Fresh & Chic’ como filosofía, destacan ‘leyendas’ de la cadena como el teriyaki y sésamo rojo, el Ceviche de Gambón Salvaje “à la minute” con aguacate y zumo de limón y un toque de kimchi, sin olvidar los California Rolls, Nigiris, Combos, Ensaladas, deliciosos Pokes y diferentes elaboraciones de carne de vacuno de gran calidad. Además, uno de los puntos fuertes de esta cadena son las famosas ‘motos rosas’ eléctricas que hacen la labor de acercarte el sushi hasta donde uno quiera. Ya sabéis que dice el refrán, si Mahoma no va a la montaña… La montaña va a Mahoma. Aunque puede que a Mahoma le guste más la playa. Por eso, si no vas a Miss Sushi, Miss Sushi va a tu casa. ¡y los vegetarianos no tienen excusa!

Acompañada de Teresa Haering, una missushi-adicta, y vecina de Pozuelo, además de compañera mía, compartimos un sabroso tartar de salmón maridado con un fresco verdejo. Precios más que asequibles, calidad óptima, servicio mayoritariamente agradable y decoración llena de erotismo comedido. En lenguaje de emociones, nunca un bocado de sashimi había sido tan fácil.

5. Maki: ¿carbonara a la china?

Maki lo descubrí en Instagram. Un día me empezó a seguir José, el propietario de este local (y de otros 7 Maki-s-). Después de animarme a ir a conocer un Maki, me pasé por el que tienen en La Moraleja Green, un sitio que visito con cierta frecuencia para hacer la compra en Sánchez Romero. Ahí, al lado de New York Burger (¿os acordáis que recomendé hace un mes una hamburguesa de angus?), se encuentra un pequeño local de comida asiática, regentado por José y su mujer de origen chino. Ellos son el alma de esta cadena, propiedad del matrimonio cuya gestión empresarial y culinaria combinan, por si fuera poco, con la gestión de 4 hawaianos (tarea pendiente).

De entre muchas opciones, con mi madre de fiel compañera, catamos unos peculiares tallarines chinos con salsa de carbonara y su bacon respectivo. ¿Os lo podéis creer? Me encanta además que tengan en sus locales agua de la marca AUARA, un agua ecológica y solidaria, cuya recaudación se destina a proyectos de acceso a agua potable en los países más necesitados. No importa dónde viva o trabaje uno, pues siempre habrá un Maki cercaL: barrios como Malasaña, Chamberí; también Paseo de la Castellana, Méndez Álvaro, Montercarmelo, Vallecas, Pozuelo de Alarcón (en el Zielo), y la Moraleja, entre otros que seguro que me dejo en el tintero (o en la soja), dan de comer a medio Madrid.

Maki además ofrece todo tipo de niguiris (salmón y pez mantequilla flambeados, huevo de codorniz con trufa, toro…), entre otras delicias que operan a precios de risa. Maki es el fiel reflejo de la pasión por la hostelería, por la honestidad con los productos y el respeto por el cliente. Mi máxima admiración.