Psicología

¿Por qué deberías llorar más?

Las lágrimas son buenas para nuestra salud, ya que alivian el dolor y reducen el estrés. Descubre todos los beneficios que tiene un buen llanto para tu salud.

Nacemos llorando, pero desde nuestra adolescencia llorar se asocia como algo negativo y aprendemos a reprimirlo. Es más, muchos varones son educados desde niños como cantaba Miguel Bosélos chicos no lloran”. Como si las lágrimas diluyesen la hombría o fuésemos menos profesionales por mostrar nuestra fragilidad.

Y sin embargo, el japonés Hiroki Terai está triunfando en Tokio con sus sesiones de terapias de llanto, en las que destaca que llorar es un medio muy valioso para liberar las emociones y mejorar el estado del ánimo. Para Terai es un acto catártico “Se ha dicho que una gota de lágrima tiene el efecto de aliviar el estrés durante una semana”.

Se puede llorar de tristeza, de frustración, de alegría… es un acto innato de las personas y paradójicamente, una de las reacciones de las que más nos avergonzamos. Llorar es fundamental para nuestro desarrollo como personas. Las lágrimas nos permiten transformar la negatividad en algo tangible que podemos manejar y lidiar y ese es el primer paso para solucionar muchos problemas. A veces incluso, son más efectivas que las palabras sobre todo cuando queremos comunicarnos y no sabemos ni cómo transmitir lo que sentimos. No en vano se habla de las “lágrimas liberadoras”.

Efectos positivos del llanto

Las lágrimas tienen muchos efectos positivos, no solo para liberarnos del estrés sino para conectarnos con nuestro sistema parasimpático por lo que nos permite relajarnos y modular las tensiones. Dependiendo de nuestro estado de ánimo, la composición de las lágrimas es distinta; por ejemplo, cuando estás triste y lloras, el cuerpo segrega hormonas que funcionan como analgésicos naturales y te hacen relajarte y dormir. El llanto libera dos tipos de hormonas, la oxitocina y otra del grupo de los opiáceos que tienen la capacidad de calmar, aliviar, procesar y superar el dolor. De ahí viene esa sensación de alivio y renovada confianza, que solo un buen llanto puede garantizar.

Cuando contenemos el llanto porque queremos ser fuertes o para no preocupar a los demás vamos acumulando en nuestro interior unos sentimientos que pueden transformarse en bloqueos emocionales y provocarnos depresión, estrés o ansiedad. Además, llorando eliminamos adrenalina y noradrenalina, dos sustancias tóxicas para nuestro organismo.

El llanto ayuda a descargar los nervios, bajar la presión y gracias a la lisozima, a eliminar impurezas y bacterias. Esta encima también se encuentra en la saliva y sirve para despertar nuestras defensas inmunológicas. Con las lágrimas también liberamos manganeso, un mineral que cuando se concentra en nuestro cuerpo nos hace sentir ansiosos, irritados y tristes.

Otro beneficio que tienen las lágrimas en nuestro cuerpo es que mantienen los ojos hidratados, combaten las bacterias que se acumulan en la zona y oxigenan la córnea. Las lágrimas lubrican los ojos, lo que es un factor útil para mantener una buena visión en todo momento sobre todo en esta sociedad que vivimos pegados a pantallas.

José Saramago escribió una vez que "hay circunstancias en las que moriríamos si no lloramos " y es que llorar fortalece la intimidad y la empatía con los demás. Las personas no son indiferentes a las lágrimas de los que nos rodean y responder al dolor con compasión es natural. Compartir emociones y sentimientos es beneficioso para el ser humano y necesario para socializar.