Lifestyle

Cómo te sientas en el sofá dice mucho de vuestra relación de pareja

La forma en que las parejas se relajan juntas podría convertirse en un termómetro de su vida en común. La comunicación no verbal habla de manera inconsciente de las relaciones.

Bruno y Maialen abrazados en el sofá en 'OT 2020'
Bruno y Maialen abrazados en el sofá en 'OT 2020'larazonYoutube

Llegáis a casa tras un día duro de trabajo. Os espera un fin de semana de manta, peli y palomitas. ¿Cómo os sentáis? ¿Cada uno en una punta del sofá, acurrucados en una esquina…? Es interesante ver que algo tan simple como la forma en que nos relajamos puede revelar algo sobre nuestras relaciones.

Existe un estudio que revela que, por extraño que nos pueda parecer, el 60% de las parejas prefiere su propio espacio, y eso no significa que la relación con su compañero o compañera vaya por mal camino.

Estar sentado con las piernas de un compañero descansando en el otro ocupó el segundo lugar, y uno de cada cinco dijo que es su forma favorita de relajarse (20%), seguido de sentarse juntos, tocarse pero no abrazarse (18%).

Estas son las diferentes posiciones favoritas para sentarse en un sofá y cómo la comunicación no verbal puede hablar del estado de salud de una relación amorosa.

Sentarse en sofás distintos

Es una señal de que la pareja ha estado junta durante mucho tiempo y ambos están muy acostumbrados a la presencia del otro. La opción de no compartir sofá podría venir del simple deseo de estar cómodos Sin embargo, también puede significar que cada parte tiene su propia vida y que esta puede ser más importante que la vida de pareja. Hay que evaluar si existe cierta distancia emocional.

Tocarse sin abrazarse

Las personas que se sientan una al lado de la otra son felices, quizá no en la cima de la pasión, pero que se sienten cómodas y conectadas. Confían el uno en el otro, lo que les permite dejarse espacio. Es una combinación perfecta de libertad e intimidad. Sentados uno al lado del otro destacan un nivel de confianza que permite una cantidad de espacio saludable. Las piernas que se tocan o una mano apoyada en la otra, es gesto suficiente para recordar que están unidos.

Acostarse con las piernas sobre las del otro.

Esta posición sugiere una confianza casi total. Esta postura se puede ver como un modelo de pareja feliz y cómoda, pero también hay que saber que poner las piernas sobre los muslos o la cabeza sobre las rodillas del otro es una señal de dominación y control.

Sentados en ambos extremos del sofá

La pareja se sienta así cuando existe un distanciamiento, especialmente si los dos estaban acostumbrados a sentarse uno al lado del otro antes. Es un indicador de que pueden existir problemas en la pareja. Esta posición sugiere el claro deseo de no compartir el espacio del sofá. Esta posición es la habitual si habéis discutido, pero en ausencia de conflicto, esta postura podría sugerir que la pareja se está distanciando. Atención a las piernas: si además de estar separados cruzáis las piernas apuntando uno contra el otro o las dobláis lejos de vuestra pareja, la relación podría encontrarse en un momento crítico.

Abrazados en el medio del sofá

Esta posición implica una fuerte conexión amorosa entre ambos miembros de la pareja. La pasión es fuerte y la igualdad de espacios también. Es más fácil encontrarlo en nuevas parejas cuando la pasión y el romance aún están en su apogeo. Y si además las cabezas se tocan entre sí, es señal de conexión física y emocional.

Abrazados en un extremo del sofá

Esta posición sugiere cercanía física. La pasión y la complicidad siguen ahí, pero al parecer no hay un equilibrio perfecto. La persona que ocupa mayor espacio es la dominante en la relación y quizá es la que se siente más insegura de las dos partes. El que está en la esquina puede encontrar en su hombro todo el peso de apoyar la relación y darle estabilidad.

Juntos en una esquina con las piernas dobladas

Al igual que en la anterior posición, la persona que dobla las piernas en posición fetal generalmente no confía del todo en su compañero. Esta posición se ve, a veces, cuando uno es inseguro en una asociación, ya que en cierta manera está adoptando una posición de bebé (consuelo y protección). La persona de la esquina suele ser la más fuerte de la relación y la que encoge las piernas la más sumisa.