Covid-19

¿Qué es la Fatiga del Covid?

Los estragos psicológicos del coronavirus empiezan a afectarnos a nivel psicológico; estos son los mejores consejos para combatirlos.

Sitges abre sus playas para pasear y hacer deporte
Una persona hace ejercicio en la playa de SitgesSusanna SáezEFE

Reconócelo: hablar del coronavirus empieza a cansarte. La situación que estamos viviendo desde que empezáramos a escuchar los riesgos de la Covid está teniendo cada vez más un efecto negativo en nuestro estado de ánimo. Y cuando parecía que en verano empezábamos a ver la luz se está transformando en más confinamientos, muertes y mutaciones de un virus que nos está afectando más de lo que nos queremos reconocer a nosotros mismos.

Y es que al final, todos sufriremos alguna reacción psicológica durante esta pandemia porque a todos nos va a costar volver a la realidad. Entre las manifestaciones que ya empezamos a vivir están los aumentos de fobia, la hipocondría y un alarmante número de TOC (trastorno obsesivo compulsivo).

Nos sentimos exhaustos, con incertidumbre, cansados y con miedo. Un cóctel peligroso de cara a un diciembre que se presenta como el más duro que habremos vivido muchos de nosotros. Hablar de celebrar las Navidades se presenta como un lujo superfluo cuando cada vez más familias están perdiendo sus ahorros y los chistes negros sobre la pandemia cada vez tienen menos gracia.

Cada vez más expertos hablan de la Covid Fatiga, el cansancio mental de una epidemia. Este estado mezclaría el agotamiento, la preocupación y la desconfianza ante una situación a la que no vemos final. Y es que los sacrificios que estamos haciendo en este nuevo semi confinamiento no nos está cogiendo con el mismo ánimo que en el pasado mes de marzo, cuando nos creíamos que “la cuarentena” sería eso, algo de días, temporal y cuando protestar por lo incómodo que era llevar mascarilla era el centro de todas nuestras conversaciones.

Hasta que hemos visto que el goteo de muertes no cesa y los abrazos, los aplausos en los balcones, las citas clandestinas y las sobremesas en aquel restaurante se han empezado a desdibujar como escenas apetecibles.

Hay niños en España que empiezan a olvidar lo que era tirarse de un tobogán.

A nivel individual, no solo debemos cuidar nuestra salud física sino también la psicológica, pues existen factores protectores que nos puedan aliviar esta Covid Fatiga. Cuidar nuestro sentido de autoeficacia, la capacidad de filtrar información y la autoestima son ahora, más que nunca, factores en alza para no caer en una desidia peligrosa.

Hay que desarrollar cierta resiliencia, y es que tenemos que luchar con distintos medios contra la ansiedad y el estrés que produce esta situación, porque es la sensación de frustración la que está haciendo que cada vez más personas se salten las reglas de salud impuestas. No hay que pensar en ninguna nueva normalidad que no sabemos a dónde nos va a llevar, sino aceptar que estamos viviendo un periodo de transición para salir de una situación que nadie controla en este mundo.

Estos son algunos consejos para sobrellevar la fatiga pandémica:

Vivir el día a día, sin pensar en hacer planes a largo plazo como hacíamos antes. Es mejor pensar en el presente y en solucionar los problemas urgentes o que la vida nos presenta, paso a paso.

No obsesionarse con datos y cifras. Es mejor ceñirse a datos oficiales sin estar obsesionado con comentarios y relatos diversos. También es recomendable que nos fijemos un horario para recibir este tipo de información.

Respetar las reglas del distanciamiento social. Cuanto antes interiorizemos que estas limitaciones son necesarias, antes podremos salir de la pandemia.

Ser útil. Ayudar a los demás puede brindarnos la seguridad y el estado de ánimo necesario para no sucumbir ante el desánimo.

Cuidar la alimentación. Comer de más no hará más que mermar nuestra autoestima. Es muy importante que nos hidratemos correctamente e intentemos mantener un horario de comidas. Beber alcohol tampoco es una solución, sino un hábito nocivo que a la larga nos va a traer consecuencias desagradables.

Tomar el sol unos minutos al día. Cuando tengamos la posibilidad de pasear, aunque no tengamos ganas, debemos abrigarnos bien y hacerlo. La luz solar aporta las cantidades necesarias de vitamina D que necesita nuestro cuerpo para un buen funcionamiento y levantar el ánimo.

Hagamos ejercicio. No es necesario machacarse con tablas de youtube. Cuando la desidia pugna por instalarse en nuestro interior, quizá ese paseo del que hablábamos antes será suficiente para sentirnos activos.

Hay que mantener una rutina del sueño. Cada vez hay un número mayor de la población que está sufriendo un trastorno transitorio del sueño, desde niños a los que les cuesta irse a dormir hasta a adultos que están sufriendo pesadillas. Hay que intentar que el descanso sea reparador. Leer o tomar infusiones relajantes pueden ser pasos para intentar una rutina estable.

Hay que identificar los pensamientos que nos puedan generar malestar y aceptarlos. Es normal que en estos momentos sintamos emociones negativas y que pasemos de la alegría a la rabia pasando por la tristeza. Pasará.

Cuidar nuestra salud emocional también requiere de tiempo, de un tiempo que nos tenemos que regalar a nosotros mismos. Necesitamos mantener la mente activa, bailar, reír y cantar. Sentirnos bien, en suma, genera endorfinas, sube el estado de ánimo y aumenta las defensas. Y ahora más que nunca necesitamos tener un sistema inmune fuerte.