Psicología
Nomofobia: cuando el móvil es el nuevo gato
Los teléfonos y los cargadores se han convertido en este último año en componentes básicos para nuestro bienestar. La nomofobia aumenta en tiempos de pandemia.
Hasta hace poco tiempo, se decía que algunas personas tenían gatos para no sentir tanto la soledad. Hoy en día, el uso del teléfono es el indicador de nuestro miedo a estar solo. Paradójicamente, parece que hay personas que dan más importancia a su mundo virtual que a las relaciones reales, por muy escasas que se hayan convertido en este tiempo de pandemia. Como resultado, el miedo a estar solos y aislados nos ha hecho más dependientes de nuestro teléfono móvil.
Es superfluo recordar como el 2020 nos ha trastornado a nivel social (y económico, y laboral…). Las restricciones nos obligaron a la movilidad reducida y al aislamiento en casa, y casi todos encontramos sustituto a la calidez de la gente a través de pantallas y dispositivos inteligentes.
En psicología existe el término nomofobia, que significa No-mobile-phone phobia, o lo que es lo mismo, la dependencia al teléfono llevada al extremo: es el miedo a estar sin el móvil cerca. Puede parecer una adicción sin más, pero muchas veces esconde un grave problema psicológico, y es que las fobias son una manifestación de nuestros conflictos internos expresados a través de algún tipo de miedo o angustia.
El encierro ha reforzado nuestra angustia a estar sin teléfono hasta tal punto que mucha gente siente vibrar su móvil o lo escucha sin ser cierto. El móvil y el cargador se han convertido en bienes tan preciados que según una encuesta de OnePlus más del 95% de los entrevistados duermen en la misma habitación que su dispositivo; en particular, casi ocho de cada diez personas lo tienen siempre a mano y el 77% lo revisa dentro de los quince minutos posteriores a la activación de la alarma. Según los resultados de la encuesta, los participantes británicos son los que más han desarrollado este miedo: un 30% de ellos admitió padecer nomofobia desde que comenzó la pandemia.
Más de siete de cada diez personas admitieron haberlo usado más cuando comenzaban los períodos de aislamiento. En particular, entre los jóvenes que admitieron pasar mucho más tiempo pegados a sus pantallas de lo habitual, Italia ocupa el primer lugar con el porcentaje del 56%, seguido de Francia (55%) y España (51%).
La nomofobia y el amor
Esta encuesta nos ha dejado datos que son realmente preocupantes; más del 14% de los británicos preferirían renunciar al sexo en lugar de los teléfonos inteligentes, más que cualquier otro país europeo. En Alemania, más de 70 encuestados estarían dispuestos a renunciar a un riñón que a su teléfono móvil, más que los resultados de Italia y Francia juntos.
En España, de momento, seguimos siendo más “románticos” y jamás cambiaríamos una cita real por seguir conectados virtualmente.
Aunque a priori puede parecer que las relaciones de pareja se han beneficiado gracias al teléfono, el hecho de mantener una relación a través de la pantalla hace, en algunos casos, que no seamos capaces de ser nosotros mismos cuando estamos cara a cara. Las personas inseguras sienten que refuerzan su personalidad a través de los whatsapp, pero pierden todo el aplomo cuando tienen que ver en directo a su posible pareja.
Perfil y síntomas de la nomofobia
La nomofobia suele darse mucho más en adolescentes, ya que los jóvenes están más familiarizados con las nuevas tecnologías y durante la pandemia han encontrado en el teléfono su manera de ser aceptados dentro del grupo. Por género, la necesidad afectiva de las mujeres hace que sean más propensas a desarrollar una adicción por su smarthphone.
Para los adictos, se crea una dependencia absoluta del móvil pues piensan que es su única manera de estar conectado con el mundo. No tener respuesta a un mensaje o a una llamada puede acentuar sus problemas de autoestima. De hecho, la inseguridad personal es el factor más común que causa la nomofobia.
Aparece también el miedo de decepcionar a los demás si no se contesta una llamada rápidamente, pues esta fobia es más frecuente en las personas perfeccionistas que necesitan hacer todo sin ningún fallo.
Empieza a pensar que sufres de nomofobia si ante la idea de salir de casa sin el teléfono (o no encontrar el cargador, por ejemplo) sientes dolor de estómago o de cabeza, taquicardias, miedo o sensación de ansiedad.
Muchas personas no pueden dormir bien por estar pendientes del teléfono o porque nunca lo apagan, así que el insomnio es otra de las consecuencias derivadas de esta afección.
Consejos para superar la nomofobia
El abuso del teléfono se produce a veces porque la persona se siente presionada ya sea a nivel laboral o personal. Deberíamos marcarnos límites y aprender a apagar el teléfono y poder disfrutar de un café o una película sin estar pendientes de la pantalla. (sí, hay gente que no aguanta la hora y media del cine sin revisar sus redes sociales).
Prueba a poner el móvil en silencio durante las reuniones o comidas como primer paso para controlar tu ansiedad, pero si ves que la situación te supera, lo más aconsejable es acudir a terapia con una persona especializada en adicciones y autoestima.
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