
Protección solar
4 errores comunes a la hora de usar el protector solar en verano y cómo debes evitarlo
El protector solar diario es un pilar esencial para la salud dermatológica y la prevención de enfermedades cutáneas

La integración del protector solar en la rutina diaria ha trascendido el ámbito vacacional para erigirse como una medida de importante para la salud de nuestra piel.
Este hábito, que va más allá de evitar las quemaduras estivales, se revela como un escudo esencial contra el envejecimiento prematuro, la aparición de manchas y, sobre todo, la reducción del riesgo de cáncer de piel.
A pesar de esta importante consideración, su eficacia real depende en gran medida de una aplicación correcta. Numerosos estudios y dermatólogos advierten sobre los errores comunes que, sin que el usuario sea consciente, merman la protección que se busca, dejando la piel vulnerable ante la radiación ultravioleta.
Errores comunes y la forma correcta de protegerse
Uno de los fallos más frecuentes, según señalan desde Forbes, que se observa en entornos de playa es la aplicación de la crema justo antes de la exposición al sol o de sumergirse en el agua. Para que el producto ejerza su función protectora de forma óptima, los expertos recomiendan aplicarlo entre 20 y 30 minutos antes de la exposición solar. Este lapso permite que la piel absorba el filtro y desarrolle su resistencia al agua, un detalle que a menudo se pasa por alto.
Además del momento inicial, la reaplicación constante es otro pilar fundamental. Se aconseja repetir la aplicación cada dos horas, sin excepción, y de forma inmediata después de cada baño, tras haber sudado considerablemente o al secarse con una toalla. Ignorar esta pauta puede derivar en periodos de desprotección que comprometen la salud cutánea, incluso cuando se piensa que se está protegido.
Otro error extendido es el de utilizar una cantidad insuficiente de producto, especialmente en el rostro. Para asegurar una cobertura efectiva y el Factor de Protección Solar (FPS) indicado, se estima que la dosis adecuada para la cara es equivalente a una cucharadita de café, lo que se traduce en una línea de dos dedos de producto. Esta cantidad garantiza una barrera uniforme, cubriendo zonas a menudo olvidadas como las orejas, el cuello y la línea del cabello.
La elección del Factor de Protección Solar (FPS) adecuado también constituye un factor crucial. Con frecuencia, se opta por un FPS bajo con la creencia errónea de que así se acelera el bronceado, sin considerar el daño potencial. Para actividades prolongadas al aire libre o jornadas de playa, se recomienda un mínimo de FPS 30, capaz de bloquear aproximadamente el 97% de los rayos UVB. En casos de pieles claras, sensibles o exposiciones muy prolongadas, un FPS 50 proporciona una protección superior y es la opción preferente.
En definitiva, disfrutar del verano sin preocupaciones pasa por una correcta estrategia de cuidado de la piel. El protector solar debe ser un aliado constante, cuya aplicación precisa y elección adecuada pueden marcar una diferencia sustancial entre un bronceado saludable y un daño cutáneo de envergadura.
✕
Accede a tu cuenta para comentar