Manicura

6 trucos para recuperar la salud de tus uñas tras los estragos del verano

Tras el verano, con las uñas debilitadas por el cloro, la sal y el abuso de esmaltes, llega el momento de poner en marcha un plan de rescate para devolverles su fuerza y su salud natural

Mujer joven sentada en un sillón, limándose las uñas con una lima blanca
Dedicar unos minutos al cuidado de las uñas ayuda a romper el gesto automático y centrarse en algo positivo.Freepik

El final del verano trae consigo una estampa tan familiar como indeseada: unas uñas que han perdido por completo su brío. El cloro, la sal y el abuso de esmaltes de colores vibrantes dejan tras de sí una estela de fragilidad y sequedad. Es la inevitable factura de las vacaciones, un peaje que se manifiesta en forma de descamación y una debilidad que pide a gritos un plan de rescate inmediato para recuperar su aspecto saludable.

Sin embargo, sería un error culpar únicamente a los excesos estivales. La salud de nuestras uñas es un delicado equilibrio que puede verse alterado por muchos otros factores a lo largo del año. Una dieta pobre en nutrientes, el estrés acumulado o el simple hecho de fregar los platos sin guantes son enemigos silenciosos que contribuyen a su deterioro, convirtiéndolas en un fiel reflejo de nuestra salud general.

Por este motivo, antes de aplicar cualquier tratamiento o producto milagroso, el primer paso, y el más fundamental, es darles un respiro. Es imprescindible concederles una merecida tregua del esmaltado continuo y de las manicuras agresivas. Este periodo de descanso no es tiempo perdido, sino la base sobre la que se asienta toda recuperación posterior, permitiendo que la uña respire y se regenere de forma natural.

Un plan de choque en seis pasos para devolverles la vida

El primer movimiento de este plan consiste en dejar las uñas al natural durante, como mínimo, dos semanas. Este tiempo es fundamental para que recuperen su fuerza. Durante esta pausa, la clave es la hidratación intensiva, por lo que se debe aplicar un aceite específico para nutrirlas en profundidad a diario. Este gesto no solo mejora la flexibilidad de las cutículas, sino que también promueve un crecimiento mucho más sano desde la raíz. Este ritual de cuidado es también la oportunidad ideal para tratar la piel de alrededor, ya que existen cremas de farmacia muy eficaces para manos secas que complementan a la perfección la hidratación de las uñas.

Además, para consolidar los avances, es fundamental establecer una rutina de mantenimiento semanal. Esto incluye un limado suave, siempre en la misma dirección para no levantar las capas de la uña. Y, sobre todo, nunca se deben cortar las cutículas, una práctica que tal y como han publicado en Vanitatis, es contraproducente. Lo correcto es empujarlas con un palito de naranjo, pues actúan como una barrera natural contra las infecciones.

En este sentido, una vez superada la fase de recuperación, la elección de los productos que se utilicen marcará la diferencia. Es imperativo desterrar del botiquín cualquier quitaesmalte que contenga acetona, un compuesto químico que reseca enormemente la estructura ungueal. La mejor estrategia a largo plazo es optar por los esmaltes "clean", formulados con un alto porcentaje de ingredientes de origen natural y libres de componentes tóxicos. Una vez recuperadas y listas para volver a la acción, puedes encontrar inspiración en los diseños de uñas románticas que son tendencia para tu próxima manicura.

Finalmente, el fortalecimiento más duradero es el que empieza desde dentro. El proceso de recuperación puede recibir un impulso considerable con suplementos alimenticios específicos para cabello y uñas. Estos complementos aportan las vitaminas y minerales necesarios para que crezcan más fuertes y resistentes, funcionando como un valioso apoyo desde el interior que complementa siempre una dieta equilibrada.