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Alargamiento de pene: la verdad sobre el 'jelqing' y otros métodos virales que prometen resultados

Cada vez más hombres buscan métodos para el alargamiento de pene, y el "jelqing" se ha popularizado como una técnica manual.

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La visibilidad de comunidades en línea sobre alargamiento de pene pone de manifiesto una preocupación social subyacente por la imagen masculina. El "jelqing" destaca entre las técnicas: un método manual que consiste en aplicar presión al pene con pulgar e índice, de la base a la punta.

Este término, "jelqing", proviene del persa "jalq", que se traduce como masturbación, desmintiendo así las afirmaciones populares sobre un antiguo origen árabe o sudanés, sin respaldo en fuentes originales. Dicha práctica se inscribe en un espectro más amplio de soluciones autodidactas.

Asimismo, la variedad de métodos "no invasivos" que circulan en estas plataformas es considerable. Además del jelqing, los usuarios exploran estiramientos manuales, el uso de pesos, dispositivos extensores y bombas de vacío. Dichas comunidades muestran un gran escepticismo hacia las intervenciones médicas invasivas (infiltraciones, implantes o cirugías), considerándolas ineficaces y, en ocasiones, peligrosas. Esta desconfianza empuja a muchos a soluciones caseras, que no están exentas de riesgos. La Sociedad de Medicina Sexual de Norteamérica (SMSNA) y el Dr. Brandeis han señalado que la mayoría de los hombres que buscan un aumento de pene poseen dimensiones dentro de la normalidad, lo que sugiere un trasfondo psicológico o de autoimagen.

Los riesgos ignorados en la búsqueda del alargamiento de pene

Por otro lado, la Sociedad de Medicina Sexual de Norteamérica (SMSNA) advierte sobre posibles complicaciones de métodos invasivos, como disfunción eréctil, infecciones, alteraciones sensoriales, inestabilidad del pene y resultados cosméticos insatisfactorios. No obstante, la búsqueda de soluciones continúa, a menudo sin supervisión adecuada, según apuntan desde GQ.

Además, los riesgos no se limitan a las intervenciones quirúrgicas. Los métodos manuales y no invasivos, populares en las comunidades en línea, pueden acarrear consecuencias graves. Entre ellas, se incluye el síndrome de la flaccidez dura, la decoloración de la piel, como petequias o manchas de hemosiderina, el daño al nervio pudendo y, en casos de manipulación excesiva, la fractura de pene, una urgencia médica.

Sin embargo, ante la escasez de opciones seguras, un estudio en la revista Andrology sobre el programa P-Long del Dr. Brandeis reporta un aumento medio de 2 centímetros en longitud y 1,2 centímetros en grosor tras seis meses, bajo supervisión profesional. No obstante, los Institutos Nacionales de la Salud no destinan financiación a investigaciones sobre el alargamiento de pene, priorizando el cáncer y las cardiopatías, lo que genera un vacío de información y empuja a la autoexperimentación arriesgada.

En conclusión, la presión por una "perfección" masculina ha propiciado la proliferación de soluciones autodidactas en internet con graves riesgos para la salud. Es importante buscar consejo médico profesional ante cualquier inquietud, evitando prácticas no validadas o peligrosas, dado el vacío de investigación en este campo.