Ana Santamarina, experta en dermocosmética: "Bien formulado y bien usado, el retinol puede ser uno de tus mejores aliados en verano"

El retinol, conocido por sus potentes efectos en la renovación celular y la mejora de la textura de la piel, es un activo fundamental en muchas rutinas de cuidado facial. Sin embargo, su inclusión en el régimen de belleza durante los meses de verano ha sido tradicionalmente motivo de debate y cautela. La percepción general es que su uso podría aumentar la sensibilidad cutánea al sol, elevando el riesgo de irritaciones o pigmentación.

Esta preocupación lleva a muchos a suspender el retinol por completo una vez que llega el buen tiempo, privándose así de sus múltiples beneficios. La idea de que el sol y el retinol son incompatibles se ha arraigado, limitando su potencial como aliado antienvejecimiento y corrector.

Lejos de ser un ingrediente exclusivo para el invierno, el retinol puede seguir formando parte de nuestro arsenal de belleza estival si se aplican las estrategias y precauciones adecuadas. Es hora de desvelar cómo este versátil compuesto puede adaptarse a las condiciones de calor y alta exposición solar, garantizando una piel sana y protegida durante toda la temporada.

Retinol y sol: ¿enemigos o aliados inesperados?

La creencia extendida sobre la incompatibilidad del retinol con el sol en verano se basa en un malentendido. La experta en dermocosmética y formulación, Ana Santamarina, señala en MujerHoy que el retinol no es fotosensibilizante per se, sino que una piel irritada o sensibilizada por su uso incorrecto puede reaccionar de manera más adversa al sol. La tolerancia cutánea individual es, por tanto, fundamental.

Para iniciar o mantener el retinol en verano, es fundamental optar por fórmulas bien toleradas y, al comenzar, hacerlo con concentraciones bajas (0,1% o retinal), menos irritantes. La adaptación progresiva de la piel es importante para evitar sensibilización. El objetivo principal es no irritar la piel, sea la época que sea.

Más allá de la concentración, la hidratación es clave. Mantener la barrera cutánea fuerte y nutrida minimiza reacciones. Además, el uso diario y riguroso de un protector solar de amplio espectro con alto factor de protección es absolutamente imprescindible para salvaguardar la piel tratada con retinol de la radiación UV.

Utilizado correctamente, el retinol es seguro en verano y un potente aliado estival. Sus beneficios incluyen la reducción de arrugas y líneas de expresión, mejora de firmeza y elasticidad, y aceleración de la renovación celular para una piel más suave y luminosa. También regula el sebo, previniendo imperfecciones y unificando el tono.

Para alternativas o complementos, ingredientes como el bakuchiol ofrecen beneficios similares con menor irritación, ideal para pieles sensibles o como apoyo. La asesoría profesional personalizada es siempre recomendable para adaptar cualquier rutina de cuidado a las necesidades específicas de cada tipo de piel.