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Así se ha repartido la herencia de la condesa de Romanones
Uno de los nietos de Aline Griffith explica a LA RAZÓN que, en contra de lo que se ha publicado, «no han sido sólo 100.000 euros»
Bastante más de 100.000 euros en dos cuentas bancarias, a repartir entre 21 familiares de la aristócrata, tres hijos, 13 nietos y cinco bisnietos.
Bastante más de 100.000 euros en dos cuentas bancarias, a repartir entre 21 familiares de la aristócrata, tres hijos, 13 nietos y cinco bisnietos. Los herederos de Alinne Griffith, condesa viuda de Romanones, fallecida en el hospital madrileño de San Francisco de Asís, cercano al que fuera su domicilio en la exclusiva Colonia de El Viso, el 11 de diciembre del 2017, están totalmente de acuerdo con el reparto estipulado por Griffith en sus últimas voluntades. Así nos lo confirma uno de sus nietos, que prefiere mantenerse en el anonimato: «No hay el menor problema entre los herederos, todos estamos de acuerdo con el testamento. Lo que es incierto es que, como se ha publicado, solo haya 102.000 euros en dos cuentas corrientes, la cantidad es superior, pero por respeto a mi familia no puedo facilitar la cifra exacta. Tampoco es cierto que seamos 17 herederos, somos 21, entre hijos, nietos y bisnietos. Mi abuela dejó todo muy claro en su testamento».
Alinne no era propietaria de la fabulosa mansión en la que residió hasta su muerte, un palacete en la calle Castellón de la Plana de 270 metros cuadrados distribuidos en tres plantas, sino que lo utilizaba en usufructo mientras viviera. La propiedad está puesta a la venta y se calcula un precio de mercado de cuatro millones de euros. Lo primero que hicieron los herederos fue «limpiarla» de cargas hipotecarias para venderla sin problemas. En cuanto a la importante colección de joyas de la condesa, parece ser que ya las repartió en vida entre sus futuros herederos. Aunque, antes, ya había subastado varias de ellas, con lo que consiguió, según algunas fuentes, más de un millón de euros. Otras elevan la cifra a 18, pero es escasamente probable que esta última cantidad fuera cierta. Pero también se especula con que parte de la herencia dejada por la noble haya sido utilizada para pagar antiguas deudas.
Demasiados herederos
E
n lo que se refiere a la extensa finca extremeña Pascualete (de más de 4.000 hectáreas), en la que Griffith pasó algunas de las etapas más felices de su vida y en la que actualmente se elaboran quesos de altísima calidad, no estaba puesta a su nombre y son sus tres hijos los administradores de la misma. Su nieto nos aclara que «en el registro consta que mi abuela solo tenía en usufructo el chalé de Castellón de la Plana, no en propiedad, y mi padre y mis tíos son los propietarios de la casa. Pascualete tampoco era de ella. Esto es lo que os puedo confirmar. Lo importante es que mi abuela dejó las cosas muy claras en su testamento y que todos sus herederos respetamos sus últimas voluntades». Una segunda fuente corrobora lo anterior: «No ha quedado mucho a repartir porque, además, somos muchos herederos. Aquí no caben especulaciones, hay lo que hay, nada más. No se puede sacar de donde no hay».
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