Corea del Norte
Kim alardea del éxito de su primer satélite espía en órbita
Corea del Sur suspende el acuerdo de armisticio a raíz del lanzamiento del satélite militar
En una nueva exhibición de su obstinación por crear un sistema de vigilancia espacial, Corea del Norte lanzó el martes un cohete que transportaba un supuesto satélite de reconocimiento militar, lo que llevó a Seúl a suspender una parte clave de un pacto firmado en 2018 con Pyongyang para rebajar las tensiones en la península.
Tras dos fracasos anteriores de poner en órbita aparatos similares, este se produjo dos meses después de que Kim Jong Un se reuniera con el presidente ruso, Vladimir Putin, quien ofreció a su socio ayuda para fortificar su capacidad defensiva.
La espiral de tensión se desató con el anuncio de la Administración Nacional de Tecnología Aeroespacial, quien precisó que el satélite Malligyong-1 fue lanzado desde la instalación de lanzamiento de satélites de Sohae, el martes a las 22:42 (13:42 GMT), y entró en órbita a las 22:54 (13:54 GMT). De ser cierto, se habría convertido en el triunfo de uno de los objetivos de Kim de su programa quinquenal de desarrollo militar de enero de 2021.
A pesar de que las dudas internacionales sobre la capacidad del satélite son latentes, el acto ha provocado la condena de Washington y sus aliados como un acto hostil, debido a las prohibiciones de la ONU sobre este tipo de actividades.
Pero incluso si este no es lo suficientemente avanzado tecnológicamente como para llevar a cabo un reconocimiento militar, subraya la capacidad del país para eludir las sanciones contra sus programas de misiles balísticos y armas atómicas, quizás con la anunciada e inestimable complicidad de otro régimen aislado, el Kremlin.
Previamente, los norcoreanos notificaron a Tokio que planeaban el disparo entre el 22 de noviembre y el 1 de diciembre. Además de esta ventana, avisaron a Tokio de tres zonas en las que era probable que cayeran sus restos, dos en aguas al suroeste de Corea del Norte y una al este de Filipinas, en el Pacífico.
Por ello, el sistema japonés de alerta advirtió a los residentes de Okinawa que buscaran refugio. “Se trata de una situación grave que ha puesto en peligro la seguridad de nuestro pueblo", declaró el primer ministro Fumio Kishida.
"Ya hemos protestado enérgicamente y condenado el lanzamiento en los términos más enérgicos posibles", añadió.
Las autoridades surcoreanas y japonesas, señalaron que no podían verificar de inmediato si el satélite había sido puesto en órbita. "Hemos intensificado la vigilancia y estamos preparados para hacer frente a cualquier eventualidad, compartiendo estrechamente información con Estados Unidos", informaron.
Los militares surcoreanos, que desplegaron un destructor Aegis capaz de detectar y rastrear el lanzador norcoreano, tiene previsto llevar a cabo una operación para recuperar restos del cohete, lo que podría proporcionar ciertas pistas sobre la tecnología utilizada. Si bien algunos expertos consideran que el Malligyong-1 sólo es capaz de identificar objetivos de gran tamaño, como buques de guerra y aviones, el futuro uso de múltiples satélites mejoraría enormemente su capacidad para vigilar a distancia a las tropas estadounidenses, surcoreanas y japonesas.
Este satélite militar forma parte de las armas avanzadas que el Norte ha prometido desarrollar para reforzar su capacidad de vigilancia, que también incluyen misiles balísticos intercontinentales de combustible sólido y un submarino de propulsión nuclear.
A raíz del disparo, Seúl anunció que suspenderá partes del pacto con sus vecinos para frenar el riesgo de enfrentamientos involuntarios a lo largo de su frontera común. El llamado Acuerdo Militar Global (AMG), firmado entre las dos Coreas en 2018, fue fruto de meses de reuniones históricas entre Kim Jong Un y el entonces presidente surcoreano, Moon Jae In.
En virtud de dicho convenio, ambos países acordaron "poner fin por completo a todos los actos hostiles entre sí" fuente de tensiones y conflictos militares, mediante la aplicación de medidas militares de fomento de la confianza en los ámbitos aéreo, terrestre y marítimo.
Cabe destacar que este último despliegue constituiría el primero desde que en septiembre el líder norcoreano se reunió con Putin en el cosmódromo de Vostochny, durante una controvertida cumbre en la que el presidente ruso prometió a su homologo ayuda para desarrollar su capacidad para construir satélites.
Dada la similitud entre la tecnología de los satélites civiles y la de los misiles balísticos intercontinentales (ICBM), cabe temer que Rusia pueda proporcionar a su aliado tecnología punta para su programa de armas nucleares.
A largo plazo, incluso después de que concluya la guerra de Ucrania, Moscú podría utilizar a Corea del Norte como un agresivo peón nuclear en Asia Oriental para promover sus intereses estratégicos, de acuerdo con expertos. La invasión rusa de Ucrania ha provocado la formación de una coalición mundial antirrusa, que incluye una alianza ampliada de la OTAN y una coalición Japón-Corea del Sur-Estados Unidos.
Las autoridades surcoreanas han apuntado a que este último ensayo contó posiblemente con la asistencia técnica rusa, en el marco de una creciente colaboración que ha llevado a Corea del Norte a enviar millones de proyectiles de artillería a territorio ruso. Aunque los aliados han negado tales acuerdos armamentísticos, si han hecho pública su promesa de intensificar sus lazos.
Las potencias son socios desde hace décadas, y los últimos acontecimientos apuntan a una profundización de la cooperación militar, lo que puede prolongar la guerra en Ucrania y aumentar las provocaciones en la península coreana.
Según la agencia norcoreana de noticias KCNA, Pyongyang se ha visto obligada a acelerar el "desarrollo espacial para la autodefensa", incluido el uso de un satélite de reconocimiento militar, alegando la "temeraria militarización del espacio por parte de Estados Unidos y sus fuerzas vasallas"y la prevención de posibles ataques sorpresa.
El Reino Ermitaño afirma que tiene un "derecho soberano que nadie puede negar" a reforzar sus capacidades para hacer frente a la expansión de los sistemas de vigilancia espacial y defensa antimisiles liderados por Estados Unidos, que se están integrando en peligrosas fuerzas ofensivas, dijo KCNA citando a Ri Song Jin, investigador de la Administración Nacional de Tecnología Aeroespacial.
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