Belleza
María Teresa Campos y su segunda juventud
La imagen de María Teresa Campos tiene una frescura y desenfado que son prueba evidente de una mujer satisfecha en una etapa de la vida en la que otras parecen cerrar puertas
La imagen de María Teresa Campos tiene una frescura y desenfado que son prueba evidente de una mujer satisfecha en una etapa de la vida en la que otras parecen cerrar puertas. La malagueña, cumplidos ya los 70 años, vive una segunda juventud. Jamás se ha hecho nada, ni cirugía, ni arreglos médico-estéticos. Nada. Tiene buena genética pero también se cuida. Está activa, se siente querida y, además, sus costumbres son sanas. Es el cóctel perfecto para ser el ejemplo de miles de mujeres. El pelo se lo arreglan en la cadena de televisión en la que trabaja. Se maquilla siempre con productos Chanel y para el cuello utiliza Shiseido. Le gustan mucho los perfumes, menos los dulces, cítricos o afrutados. Adora el olor a hierba, lluvia y mar. Practica natación y no perdona un masaje a la semana con su fisioterapeuta. Me confiesa que lo más importante es limpiarse la piel cada noche hasta que el algodón queda blanco. Jamás se ha ido a la cama sin desmaquillar. Por la mañana se aplica una hidratante (Estee Lauder, Guerlain o Chanel) y, por la noche, nada.
Meli Camacho, inseparable gurú de Campos, aconseja a su amiga «un análisis de epigenética. Un estudio a partir del escaner de un pelo que revela todo lo que te falta o sobra desde el punto de vista de la salud. Incluso las ondas eléctricas negativas emitidas por móviles, ordenadores, etc, y que pueden ser nocivas». En cuanto a cosméticos, le recomiendo un gel italiano, que yo llamo «efecto Cenicienta», que dura 12 horas y se vende en la Parafarmacia de Confianza. Tensa la piel y borra la flacidez, las arrugas, la papada y hasta las bolsas de los ojos. Tiene efecto acumulativo y estimula la producción de colágeno.
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