Polvos de sol, un «must have»

Nunca me ha gustado la gente que va con la cara de un color y el cuello de otro. Para lograr un «look» bronceado natural hay dos maneras: con polvos de sol o con geles bronceadores (no confundir con autobronceadores). Si tenemos la piel sin imperfecciones, podemos usarlos directamente sobre ella, pero si no es así es mejor aplicarlos por encima del maquillaje. Un consejo: poner entre la base de maquillaje y los polvos de sol una fina capa de traslúcidos.

Los polvos bronceadores son uno de los productos de maquillaje más favorecedores que existen. Con solo una pasada, el rostro se ilumina y broncea al instante. Pero también son culpables de muchos desastres. Unos polvos aplicados en excesos o del color inadecuado suman años y dan un aspecto sucio al cutis. La elección del tono es, pues, imprescindible.

El color más perfecto que he visto nunca es un marrón que encaja perfectamente con las pieles de mi prototipo. Broncea sin añadidos ni adornos. Son los Hybrid de By Terry. También Tea To Tan, su versión líquida, si buscan un «look» más espectacular. Ambos aportan luz e hidratan en profundidad.

Si prefiere una opción económica, los mejores son los de Galenic. Los pigmentos de bri-
llo de estos polvos son muy suaves y tienen efecto mate. Clásicos son los Bronzing Pow-
der de Nars. Su textura fina y sus 3 tonos, sumado a un brillo casi imperceptible, lo hacen un imprescindible en todo neceser. Precio: 37€euros. Por último, los Diorskin Nude Tan Matte aportan un color bronceado con acabado mate en contraposición a las ediciones anteriores que aportaban brillo. Disponibles en dos tonos. Precio: 46,5 euros.