Alimentación
Infusiones frías, un complemento al agua con propiedades
Las que están elaboradas a base de cítricos o frutos rojos refrescan y potencian los beneficios antioxidantes de las plantas
En verano, casi tan importante como utilizar crema solar para protegerse de los efectos del sol es beber mucho líquido para, no sólo combatir las altas temperaturas, sino para evitar una deshidratación. Al margen del agua, el auge que ha experimentado el consumo de té en los últimos años ha propiciado la aparición de infusiones frías perfectas para combatir el calor. A diferencia de las tradicionales, es decir, las que se preparan con agua caliente, reside en que «los ingredientes han sido sometidos a un proceso especial que permite su preparación en agua fría. Aunque con todas las plantas pueden prepararse de las dos formas, nosotros hemos seleccionado aquellos ingredientes cuyo sabor se adapta mejor para que se tomen fríos» explican fuentes del departamento de Calidad de Hornimans.
Aunque la variedad de té cada vez es más amplia, según Victoria Fagúndez Rodríguez, dietista-nutricionista de iNutralia «las más comunes suelen ser verde, rojo o negro. Quizás las más consumidas en frío son las infusiones a base de té y frutas como cítricos, piña o frutos rojos que aportan un toque más refrescante. Además, al añadir cítricos a las infusiones, como zumo de limón, lima o naranja, u otras frutas como fresas, se potencian las propiedades antioxidantes de las plantas».
Varios usos
Esta misma opinión la comparte la doctora y especialista en Nutrición, María Teresa Barahona, quien añade que «hay tanta variedad que, según la que se elija, pueden tener efecto relajante, antioxidante, diurético, laxante, etc». De esta forma, prosigue Fagúndez, «pueden colaborar a mejorar el sistema circulatorio, como la vid roja (con sustancias vasoprotectoras que facilitan el retorno venoso) o con efecto diurético como ayuda en caso de retener líquidos, como la cola de caballo (rica en flavonoides y sales de potasio), el ortosifón (el famoso té de Java) o la vellosina (con flavonoides que favorecen la eliminación renal de agua)».
Frente a otro tipo de bebidas, las infusiones frías son una buena forma de asegurar una correcta ingesta de líquidos. Por ello, «son una buena elección para las personas a las que les cuesta beber agua, ya que al tener sabor pueden resultar más apetecibles. En caso de las sin teína, una buena opción es hacer una jarra grande y tenerla en la nevera siempre en frío, de tal forma que podamos tomar a lo largo del día, en vez de recurrir a otro tipo de bebidas refrescantes menos saludables», sugiere la experta de iNutralia. Asimismo, también son una alternativa, según Barahona, «para sustituir parcialmente al agua siempre que no contengan azúcar». Otro aspecto a tener en cuenta es la cantidad que hay que tomar. Según Barahona, «dependerá mucho del tipo de infusión que tomemos, ya que tenemos que considerar que las infusiones son una forma de fitoterapia y aunque si los márgenes de tolerancia son muy amplios, tienen diversos efectos sobre nuestro organismo. Salvo que hay una patología que lo contraindique, se pueden consumir dos o tres al día con teína». Desde Hornimans sugieren que «si bien un té o una infusión puede tomarse a cualquier hora del día, de forma general está más recomendado hacerlo en el desayuno o después de las comidas, especialmente el té». En el caso de las variedades sin teína o rooibós, «pueden tomarse a lo largo del día sin ningún problema», sostiene Fagúndez.
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