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«Que venga lo que venga y como Dios quiera», dijo en su último concierto

Isabel Pantoja durante su actuación en Almería
Isabel Pantoja durante su actuación en Almeríalarazon

Tras los últimos reveses judiciales y sin haber abonado aún la multa, el viernes expira el plazo límite para su ingreso en la cárcel

Ha hecho de los escenarios su particular confesionario y, micrófono en mano, airea sus pecados e inquietudes buscando consuelo en el aplauso de sus incondicionales. Ellos, desde luego, no le impondrán penitencia, de eso ya se ha encargado la justicia: la vida en libertad de Isabel Pantoja podría tocar a su fin el próximo viernes, fecha en la que expira el plazo para su «ingreso voluntario» en prisión. Por eso su actuación del sábado por la noche en Huércal-Overa (Almería) fue particularmente emotiva para ella: quizá haya sido su último concierto antes de entrar en la cárcel.

Chabelita, una espectadora más

Los días se precipitan y los recursos de sus abogados no han prosperado: el pasado viernes se conocía que el Supremo ha rechazado el incidente de nulidad que planteó la defensa de la tonadillera contra la sentencia del mismo tribunal, que había confirmado la condena a dos años de prisión y al pago de una multa de 1.147.148 euros por un delito de blanqueo de capitales. Asimismo, aunque personas cercanas a la artista aseguran que no solicitará la suspensión de pena para evitar la cárcel hasta que no reúna el dinero de la sanción, la Fiscalía ya se ha opuesto a que se conceda esta posibilidad a Benjamín Martínez y Fernando Salinas, dos de los condenados en el mismo proceso en el que fue juzgada Isabel Pantoja.

Tras perder sus últimas bazas legales y con la presencia de su hija Chabelita y su nieto Alberto entre los espectadores, todo parecía magnificarse sobre el escenario almeriense y muchos creyeron comprender por qué ponía especial énfasis al cantar «por culpa de ese amor, que es mi condena» mientras interpretaba el tema «Voy a olvidarme de ti». Con cerca de 2.000 seguidores coreando sus canciones –el aforo casi se cubrió por completo–, el concierto arrancó con un vídeo homenaje a su trayectoria, en el que se mostraban sus actuaciones junto a artistas como Rocío Jurado, Lola Flores, José Luis Perales y Manolo Escobar. Tras la proyección, una Isabel Pantoja sobria y con expresión triste se apoyó sobre la melodía del piano para interpretar algunos clásicos como «Miedo», «Soledad», «A tu vera» y «Procuro olvidarte», cuyas letras hicieron que la artista no pudiese reprimir su llanto, aunque recibió el calor de un público entregado que repetía frases como «Isabel, estamos contigo» y le deseaban «suerte» con sus problemas judiciales. Los fans de la tonadillera ya le demostraron su apoyo iniciando una campaña de recolecta para ayudarle a reunir el dinero de la multa a tiempo, ya que, si no la abona, no sólo no podrá eludir la pena de cárcel, sino que aumentará seis meses más su condena por impago.

Con los ánimos enardecidos tras dos horas de actuación, la guinda llegó al final del espectáculo, cuando la intérprete de «Marinero de luces» pidió al público que se pusiera de pie para apoyarla a cantar la «Salve Rociera». Su súplica a la Virgen del Rocío fue clara: ¿Libertad? No. «Lo más importante que hay: salud», aseguró Pantoja, quien, lejos de calmar la inquietud de sus seguidores ante la posibilidad de que finalmente ingrese en prisión, les dejó un mensaje claro: «Por lo demás, que venga lo que venga y que sea como Dios quiera, pero será con las botas puestas, eso seguro». «Isabel, te queremos» y «Te apoyamos, artista» fueron algunos de los gritos que se pudieron escuchar tras sus declaraciones.

Un guiño a sus nietos

Tras su infructífero intento de retrasar la ejecución de la condena con el recurso de nulidad, Pantoja afronta una semana clave y todo lo que hace parece sonar a despedida. Por eso, no quiso olvidar hacer un guiño a sus nietos, en especial a Alberto, que se encontraba entre los asistentes, y al que dedicó la canción infantil «Cucú cantaba la rana». Pese a que podría ser su último concierto antes de entrar en prisión, la agenda de la artista no se detiene y a finales de noviembre tiene confirmadas dos actuaciones cuyas entradas ya están a la venta. Ni la acuciante posibilidad de pasar un tiempo a la sombra parece interrumpir su gira «Hasta que se apague el sol».