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En forma: ¿Por qué comer alimentos fermentados?

En forma: ¿Por qué comer alimentos fermentados?
En forma: ¿Por qué comer alimentos fermentados?larazon

¿Te gusta el yogur? ¿Y el chucrut, el kimchi o el kéfir? Todos estos alimentos están en la dieta de la humanidad desde hace milenios y tienen algo en común: son fermentados.

¿Te gusta el yogur? ¿Y el chucrut, el kimchi o el kéfir? Todos estos alimentos están en la dieta de la humanidad desde hace milenios y tienen algo en común: son fermentados. Durante la fermentación los alimentos son colonizados por bacterias que se alimentan de los azúcares y los convierten en ácido láctico. Cuando comemos alimentos fermentados también nos comemos a estas bacterias vivas, que se incorporan a nuestra flora intestinal y tienen numerosos beneficios. Los alimentos fermentados son probióticos y los experimentos demuestran que funcionan mejor que los suplementos de farmacia. Entre otras cosas evitan la diarrea y el estreñimiento, reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares, los síntomas de las depresión y el estrés, refuerzan tu sistema inmunitario y protegen contra ciertas alergias. Ayudan, además, a la pérdida de grasa. La ventaja del kimchi o el chucrut es que, además de las bacterias, también contienen la fibra insoluble de la que se alimentan, los compuestos prebióticos. Cuidado con el chucrut pasteurizado, donde todas las bacterias, incluidas las buenas, han muerto, o los yogures sin frío, que no contienen fermentos. Estos alimentos no te proporcionarán ninguno de los beneficios anteriores.

► Evitan la diarrea y el estreñimiento y reducen el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

10.000 veces más bacterias hay en la dieta con alimentos fermentados

Saltar a la comba puede transformar tu físico radicalmente

Aunque los días de escuela y de saltar la cuerda queden lejanos, o sea de los que preferían el balón, nunca es tarde para recuperar un ejercicio que puede transformar tu físico radicalmente y si no que pregunten a Rocky Balboa. Para empezar, busca una comba de buena calidad, preferiblemente de cable de acero, que sea rígida y con peso, y que pueda girar libremente en las empuñaduras. Empieza poco a poco, intentando aumentar el tiempo que puedes saltar sin interrupciones. Saltar a la comba es algo que puedes hacer en cualquier lado, desde un parque hasta una habitación de hotel. Los saltos fortalecen tus piernas y articulaciones, lo que ayuda a prevenir las lesiones en otras actividades, como correr. Por supuesto mejora la coordinación y el equilibrio, pero estas dos habilidades también tienen su impacto en el resto de la actividad mental, ya que mejoran el resto de las funciones del cerebro, como la memoria. Empezar o terminar tus entrenamientos de cualquier tipo con una sesión de comba aumentará el consumo de oxígeno y por tanto la intensidad. Más intensidad en tu entrenamiento quiere decir que quemarás más grasa durante el resto del día, incluso mientras duermes.

► Empezar o terminar tus entrenamientos con una sesión aumentará el consumo de oxígeno.

1 minuto ininterrumpido es tu primer objetivo y poco a poco intenta aumentar el tiempo del ejercicio

Controlar el dolor con tu cabeza lo hace más llevadero

Cuando alguien está sufriendo dolor físico puede parecer superficial decirle que está todo en su cabeza, pero esto es cierto, al menos en parte. Varios experimentos han comprobado la manera en que haciendo pequeños cambios se puede modificar cómo el cerebro percibe el dolor y hacerlo más llevadero. Algo tan sencillo como distraerse pensando en otra cosa se ha podido verificar como un remedio efectivo. En el experimento se aplicaba a los sujetos calor en el brazo hasta el punto de ser doloroso, aunque sin producir quemaduras. Al mismo tiempo se medía su actividad en la parte del cerebro que percibe el dolor. Se pudo comprobar que las personas ocupadas haciendo otra cosa, como operaciones matemáticas, sentían menos dolor, y además se disparaba la producción de endorfinas, los opioides que produce el mismo cerebro. También se han comprobado las propiedades anestésicas de la meditación. El dolor prolongado viene acompañado de sentimientos de preocupación y ansiedad que empeoran la experiencia. Si se controla la respiración y te concentras en el presente (como en la meditación) los niveles de dolor bajan. También ayuda tener una actitud positiva, pensar en que es un proceso por el que el cuerpo se cura mitiga el sufrimiento.

► También se han comprobado las propiedades anestésicas de la meditación.

19 por ciento de reducción del dolor se logra haciendo otras tareas como operaciones matemáticas