Gastronomía

María Luis Banzo: los buñelos adictivos de esta antigua diputada

La chef reinventa este postre tradicional, al que le incluye plátano en su relleno.

María Luisa Banzo / Foto: Gonzalo Pérez
María Luisa Banzo / Foto: Gonzalo Pérezlarazon

La chef reinventa este postre tradicional, al que le incluye plátano en su relleno.

Al diseñar este pequeño y elegante postre, María Luisa pretende unir en un solo bocado la tradición de los buñuelos, el mismo cariño que depositaba en ellos su madre al hacérselos y el sabor tan nuevo para esta elaboración como es el plátano. Al probarlo, la sorpresa es un ingrediente más, ya que estamos acostumbrados a comerlos con otro relleno. No es el típico buñuelo, no. Y lo cierto es que la fruta elegida es la idónea, ya que con el calor se queda blandito y sobre él vierte chocolate caliente, aunque también, lo aseguro, merece la pena probarlo con helado de yogurt o con miel.

Se trata de uno de los fin de fiesta clásicos de esta casa. Gusta tanto, porque es un manjar que para que quede redondo lo prepara según llega la comanda a la cocina para que pasen segundos desde que sale de la cocina hasta que el comensal lo disfruta caliente. Este es una de las elaboraciones diseñadas por alguien que se declara una apasionada de comer con las manos. Disfruta dejando los cubiertos de lado y mancharse los dedos con unas chuletitas de cordero. También, se rinde ante los caracoles e, incluso, las codornices y un muslo de pollo: «El hecho de comer con las manos es un acto primario y enternecedor», dice María Luisa, quien se preocupa en que sus comensales se sientan como en casa. Y es que recuerden que la suya, situada en el número xx de la calle Jorge Juan, es una de las mesas de negocios preferidas por los ejecutivos y directivos de la capital: «Son clientes disfrutones, ya que al pasar el día tan sumamente encorsetados en cuando pueden prefieren comer con los dedos. Para ellos, es un acto de libertad».

El suyo lo encuentra saboreando y cocinando los cangrejos de río. Y, cuidado, porque ante semejante manjar, todos queremos lejos los cubiertos: «Comerlos con los dedos no significa pringarse», dice. Es uno de los imprescindibles del verano, que prepara de una manera tradicional. Sin quitarla ojo, observamos que para bordar la receta hace un sofrito con tomate, cebolla muy pochada y una picada, donde coloca los cangrejos vivos muy bien lavados a fuego fuerte. Les aseguro que el cangrejo está rico, pero la salsa es de toma pan y moja. Tanto como la de los caracoles, porque, según nos cuenta, algo que ya sabíamos, «la salsa no es algo que adorne el plato, qué va. Es un elemento fundamental, ya que es donde se encuentra el jugo del producto protagonista».

Un consejo: compruébenlo en el platazo de las manitas de cerdo deshuesadas rellenas de carne y trufa. Comparte carta junto al atún, el bonito, los escabeches, las setas y la tuber estibium, la trufa de verano, reina de un carpaccio o la mejor compañera de unos huevos fritos.

Así se hace

Incorporar a la harina las yemas, el agua, el brandy, la sal y el azúcar. Mezclamos, añadimos las claras a punto de nieve y removemos hasta obtener la masa. Ponemos los trozos de plátano de 1 cm. en el centro de cada buñuelo. Calentamos aceite e incluimos cucharadas de la masa de forma redondeada y lo sacamos cuando esté dorado. Servir con chocolate caliente, miel o helado de yogurt.