Diseñadores

320 horas para dos vestidos

Antonela Roccuzzo visitó varias veces junto a su madre y sus hermanas el taller de Rosa Clará en Barcelona, donde confeccionaron los modelos que lució en su noche más especial: el primero, con el que dio el «sí, quiero», les llevó 200 horas, y el que lució para el convite, alrededor de 120

320 horas para dos vestidos
320 horas para dos vestidoslarazon

Antonela Roccuzzo visitó varias veces junto a su madre y sus hermanas el taller de Rosa Clará en Barcelona, donde confeccionaron los modelos que lució en su noche más especial: el primero, con el que dio el «sí, quiero», les llevó 200 horas, y el que lució para el convite, alrededor de 120.

Cuando Antonela Roccuzzo encargó su vestido de novia a finales de enero de este año tenía varias cosas claras: cómo quería que fuese, quién quería que se lo diseñase, Rosa Clará; dónde se casaba, en Rosario, la ciudad natal de ambos, y cuándo iba a celebrarse el acontecimiento, en cuanto su novio acabase la temporada deportiva en julio. Lo encargó hace seis meses, con tiempo porque era una boda muy pensada y un diseño muy al estilo de Antonela, ajustado y sexy. Que fuera de Clará significaba jugar a caballo ganador porque desde que la argentina se instaló en Barcelona y acompañó a su pareja en 2013 a recoger un Balón de Oro, eligió a la diseñadora catalana para que cubriera su pequeño pero generoso cuerpo en muchos acontecimientos familiares y eventos públicos. El vestido de pedrería azul oscuro que escogió en 2013 fue el inicio para llegar a los dos que Rosa Clará le ha diseñado en exclusiva a la ya señora Messi. Antonela ha sido una imprescindible ocupante de la primera fila de todos los desfiles de ésta y en el último llamó la atención que hasta que la joven no hubo entrado, no comenzó el desfile. Y existía una explicación: Antonela había sido puntual, pero estuvo 35 minutos esperando a su amiga, Nuria Cunillera, la mujer de Xavi Hernández. Querían entrar juntas para así evitar que alguien le preguntase por su boda. Casualmente, Antonela estuvo siguiendo esa colección de trajes de novia, que vimos en la Barcelona Bridal el 25 de abril, con mucho interés y haciendo fotos. Tenía las claves de lo que iba a ser el suyo. Se trató posiblemente de la colección nupcial más sexy de Clará, con generosas aberturas y transparencias, que Antonela pudo conocer el pasado mes de enero y sobre lo que Clará le enseñó eligió un vestido del que tenía una idea muy clara en su cabeza.

Las pruebas

Doscientas horas se emplearon en confeccionar el primer vestido que lució para la ceremonia y unas 120 para el que se puso para la fiesta. Para las pruebas, Antonela se desplazaba con sus hermanas y su madre, que también fueron vestidas con diseños de Clará, hasta el cuartel general de la diseñadora, donde tiene su atelier del que salen todas las creaciones «urbi et orbi». Allí, en el Carrer dels Cuatre Camins, las mujeres Rocuzzo pasaban una media de dos horas eligiendo telas, probándose y disfrutando. Alguna vez coincidieron con una cuñada de Messi, la mujer de su hermano Rodrigo, que también prefirió un Rosa Clará para la boda, y con la esposa del jugador argentino De María. En las pruebas, Antonela no cambió nada, si acaso lo hizo Clará para mejorar algunas hechuras. Curiosamente, estos encuentros tenían lugar en horario escolar porque todo el mundo coincide en que Antonela es muy madraza, tanto es así que su agenda gira según las de sus dos hijos y en la carcasa del iPhone lleva impresa una foto de ellos.

A pesar de que algunas publicaciones argentinas afirmaban que el vestido nupcial lleva semanas en ese país y que llegó rodeado de fuertes medidas de seguridad, lo cierto es que los trajes que Antonela lució ayer los llevaron dos personas del taller de Clará el pasado martes en un avión de línea regular y como equipaje de mano. Evidentemente, por seguridad, no los facturaron porque ya se sabe que podían acabar en Bahamas en vez de en Rosario, Argentina.

En la ceremonia, escote de corazón

Es un diseño realizado por Clará con las ideas de Antonela Roccuzzo. Lleva un profundo escote en forma de corazón acompañado por delicados tirantes de encaje. En la espalda, las aplicaciones de guipur sobre una sutil gasa transparente consiguen el efecto tatuaje. Para el traje de color blanco natural se han empleado tejidos exquisitos, así como la superposición de encajes, entre los que destacan uno francés procedente de un telar del siglo XIX y las aplicaciones en guipur con pedrería y un tul de seda natural en la parte interior del vestido para proporcionarle una sensación de ligereza al conjunto y así suavizar las líneas. El traje terminaba en una cola de metro y medio en forma de onda.

De fiesta, ligera y sexy

Después de la ceremonia lució un segundo vestido más ligero y sexy, perfecto para la fiesta. Sobre una base de tul de seda en color blanco natural, el modelo se ha cuajado con bordados joya de pedrería aplicados a mano y formando dibujos geométricos, y llevaba un pronunciado escote en V por delante y en la espalda. La falda lucía una gran apertura y está acababa con una ligera cola con ondas de encaje.