Sociedad

Andrea Janeiro: ni la Guardia Civil ni la Policía median aún en el ciberacoso

Aunque la tertuliana amenace con acciones legales para frenar el «cyberbullying» hacia su hija, lo cierto es que la joven no ha presentado ninguna denuncia, pero en cuanto haya insultos punibles lo hará.

Andrea Janeiro: ni la Guardia Civil ni la Policía median aún en el ciberacoso
Andrea Janeiro: ni la Guardia Civil ni la Policía median aún en el ciberacosolarazon

Aunque la tertuliana amenace con acciones legales para frenar el «cyberbullying» hacia su hija, lo cierto es que la joven no ha presentado ninguna denuncia, pero en cuanto haya insultos punibles lo hará.

Nada más cumplir los 18 años, momento en el que se extingue la protección jurídica de la Fiscalía hacia los menores sin necesidad de que haya denuncia por los afectados, las redes sociales, en especial Twitter, fueron pasto de la crueldad hacia Andrea Janeiro, que se convirtió en «TrendingTopic» (TT) en contra y a favor del «cyberbullying» al que los anónimos usuarios estaban sometiendo a una chica de 18 años y unas horas que la única culpa que tiene es la de ser hija de sus famosos padres. Belén Esteban, que en todos los años de menor de su hija ha querido que se publique ninguna imagen de ella, afirmó en el programa «Socialité» que «la Policía está al tanto de todo lo que sucede, me ha pedido que no hable del tema. Cuidadito todo el mundo, que están localizando...», advirtió la madre a quienes pudieran estar atravesando la raya de la legalidad bajo el anonimato de las redes sociales.

A la responsabilidad social de los medios de comunicación se une la de una madre de proteger a su hija, sin embargo, ante la consulta de LA RAZÓN, este periódico ha podido saber que ni la Guardia Civil ni la Policia están mediando ni actuando en el ciber acoso contra Andrea Janeiro, pues no hay denuncia por parte de la afectada. Belén Esteban amenaza con acciones legales para intentar frenar y acabar con el «cyberbullying» del que está siendo víctima, pero lo cierto es que en cuanto haya insultos punibles los abogados de la madre, y ahora también de la hija, pondrá en marcha la pertinente denuncia con indemnización por la vía civil. «Es la única forma de que de los usuarios entiendan que no sale gratis insultar y el juez valorará si existe un daño a la intimidad, el honor o la dignidad, contra dos de dichos derechos o los tres. Me está dando miedo esta sociedad que se lanza como una jauría al linchamiento de una chica porque es hija de una persona. Me asusta esa cantidad de odio al amparo de una equivocada libertad de expresión y la cobarde sensación de impunidad», afirma el psicólogo Javier Urra.

Seguir siendo anónima

Una persona cercana a la familia comenta la situación de la adolescente con LA RAZÓN: «Andrea no se esperaba estos ataques. Está muy disgustada y con muchas ganas de irse fuera de España. No entiende los insultos porque ella es una chica que nunca se ha metido con nadie por su físico o sus ideas. Quiere seguir siendo anónima y está de acuerdo con su madre en que hay que dejar actuar a la Policía. Por eso, no va a responder a nadie». Con respecto a su madre, la misma fuente afirma que «Belén Esteban está super cabreada. Si fuera por ella pondría a todo el mundo en su sitio, pero le han recomendado sus abogados que no entre en discusiones y permanezca en silencio, pese a lo mal que lo está pasando y lo mucho que le duele el mal trato a su hija».

Por su parte, el psicólogo y pedagogo Valentín Martínez Otero abunda en el daño psicológico que esta situación puede acarrear a la adolescente: «Cuando hay un ciberacoso los daños pueden ser devastadores, entre otras cosas porque no concluye en un determinado momento sino que persigue a la persona, ya que se extiende a todo momento y en todo lugar. Se traducen en forma de depresión, trastornos de ansiedad, del sueño, de la alimentación, aislamiento de la persona y pérdida de la autoestima, entre otros. Lo que más me preocupa es que en el momento en el que a la chica se la pueda ya reconocer por la calle sufra ese acoso de forma directa. Con humillaciones, desprecios... Las consecuencias serían todavía más nefastas. Hay que perseguir estas acciones que lesionan a las personas».