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Chiquito de la Calzada: La cara triste del mayor cómico

El humorista permanece ingresado tras someterse a un cateterismo. La ausencia de su mujer pesa demasiado en el ánimo del artista

El fallecimiento de su esposa supuso un fuerte revés para la salud del humorista. En la imagen, durante el entierro de Pepa García
El fallecimiento de su esposa supuso un fuerte revés para la salud del humorista. En la imagen, durante el entierro de Pepa Garcíalarazon

El humorista permanece ingresado tras someterse a un cateterismo. La ausencia de su mujer pesa demasiado en el ánimo del artista.

El estado de salud de Gregorio Esteban Sánchez, conocido popularmente como Chiquito de la Calzada, preocupa seriamente a sus íntimos. El secretismo es total y la familia ha pedido a los médicos del Hospital Regional de Málaga, donde el humorista lleva ingresado desde el pasado 31 de octubre, que no hagan comunicados. La persona que ahora mismo mejor conoce la situación es su sobrina Loli y declina hacer declaraciones a la Prensa. Todo ello lleva a una cierta confusión y a pensar que el entrañable cómico podría estar pasando por un mal momento.

Chiquito sufrió una angina de pecho y le están sometiendo a toda una serie de pruebas, incluido un cateterismo cardiaco. Ahondando en el tema, una persona del hospital nos confirma que la situación es más grave de lo que hacen creer los allegados. «Gregorio Sánchez sufre un serio problema en la próstata que requiere un tratamiento adecuado. Desgraciadamente, no se le ha pillado a tiempo y, por su avanzada edad, necesita especial atención. También tiene problemas sanguíneos y cardiacos... Su estado es preocupante. Con un parte médico se aclararían todas las dudas y cesarían los rumores y algunos bulos. Tarde o temprano saltará la noticia y será peor. Deberían afrontar la realidad sin tabúes ni secretismos».

A la espera de las pruebas

Aun así, la misma Paz Padilla, amiga íntima del enfermo, manifiesta que «hay que estar tranquilos y esperar al resultado de las pruebas. El cateterismo es una muy sencilla que se hace con anestesia local y dentro de nada estará en casa. Ni está grave ni se esconde nada. Pero a su sobrina le asusta la presión mediática y prefiere no hablar con periodistas». Es su segundo ingreso en apenas dos semanas. El primero fue motivado por sufrir una caída en su domicilio que le obligó a permanecer hospitalizado durante tres días. Ese accidente doméstico tuvo lugar el 14 de octubre, cuando los familiares no pudieron acceder a la vivienda del humorista al tener las llaves puestas por dentro, por lo que los bomberos tuvieron que abrirla para entrar a la misma.

Le advirtieron que no debía vivir solo, que era aconsejable que se fuera con su familia o que contratara una persona que le cuidara por las noches. Hizo caso omiso a las recomendaciones y, como ha quedado demostrado, la soledad no es su mejor compañera de viaje a estas alturas de la vida. Uno de los mayores problemas de Gregorio es mental, y viene agudizado por la soledad más absoluta. Desde el fallecimiento de su esposa Pepita aquel doloroso 3 de marzo de 2012, le cuesta muchísimo salir a un escenario a contar chistes y ha tenido a veces que renunciar a sustanciosos contratos al no encontrarse con las facultades suficientes, con el ánimo para hacer reír a la gente cuando él por dentro vive el drama de separarsde de la mujer que le acompañó y le amó desde que se casaron en 1950. Uno de sus amigos de toda la vida, Pepe, nos dice que «es una pena, pero a Gregorio se le ha ido la alegría. Antes era el primero en contar chistes, en animar a todo el mundo, mientras que ahora aparece taciturno y con pocas ganas de hablar. La muerte de Pepita fue el golpe más duro de su vida. Es como si ya no tuviera ganas de vivir... Porque no para de decirnos que quiere reunirse con Pepita».

Le falta agilidad

Al igual que Pepe, uno de los parroquianos del restaurante malagueño al que el artista suele ir a comer varias veces por semana, Antonio, revela que «al quedarse solo, su familia le pidió que se fuera a vivir con ellos, creo que fue su sobrina Loli la que se lo pidió, pero Gregorio declinó ese ofrecimiento y prefirió quedarse en sus casa rodeado de todo lo que le recuerda a Pepita. No se da cuenta de que ya es un hombre mayor, que tiene 85 años y le falta la agilidad de antaño. Le cuesta hacerse a la idea de que ya no es el mismo. Y duele verle vagar por las calles cercanas a su domicilio con la mirada perdida y sin hablar con nadie».

Paz Padilla ha conseguido hablar con él en los últimos días. Chiquito manda mensajes positivos de esperanza e intenta quitarle importancia a su «delicado» estado de salud. No quiere alarmar a todos aquellos que le están enviando frases de inmenso cariño desde las redes sociales. Él es así de generoso. Siempre pensando en los demás antes que en sí mismo.

Extraña también que, si se le permite hablar por teléfono desde su habitación, no acudan visitas a la misma. Porque los «paparazzis» apostados en la puerta de entrada no han visto a ninguno de sus amigos famosos. Y tiene muchos. Lo que sí estamos en disposición de desmentir es lo publicado por algún medio, en el sentido de que Gregorio está ingresado en la UVI. No es verdad. Se encuentra en planta y muy controlado por los servicios sanitarios.

El periodista José Antonio León, que ha investigado el tema, lo corrobora: «No le están haciendo unas simples pruebas, me han dicho que la situación es más complicada, pero no quiero decir más. He puesto un mensaje a su sobrina Loli para que me aclare la situación, aunque no me ha respondido. El hermetismo es absoluto. Hay preocupación. Vamos a tener que estar muy pendientes en los próximos días sobre lo que pueda ocurrir con Chiquito. La persona que me cuenta esto es muy cercana y creíble».