Cristiano Ronaldo

Cristiano, casi toda la verdad

Cristiano, casi toda la verdad
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El documental revela su condición de hijo no deseado, el alcoholismo de su padre y su hermano, pero no así quién es la madre de su hijo.

La vida no es fácil y la de Cristiano tampoco lo ha sido. Empezando porque podía no haber nacido. Tras tres hijos muy seguidos –Elma (1974), Hugo (1975) y Catia (1976)–, Dolores Aveiro volvió a quedarse embarazada casi nueve años después. «Era un hijo no deseado, pero me ha dado tantas alegrías y todo lo que tenemos es gracias a él. Pensé en abortar, aunque Dios no quiso que ocurriera», cuenta a corazón abierto la madre de «CR7» frente a las cámaras. El 5 de febrero de 1985 nacía Cristiano Ronaldo y ahora, 30 años después, cuando habla de ello con su madre lo hace entre risas.

«Ronaldo», el documental que se estrenará el próximo día 9 en «streaming» para los cines de todo el mundo desde la premiére de Londres, resulta una revelación del hombre. Se conoce al jugador, al personaje, pero no tanto a la persona, que es lo que han querido hacer los creadores de «Senna» (Ayrton) y «Amy» (Winehouse) tras catorce meses de grabación en los que Cristiano expone su vida, sus reflexiones y sólo se guarda un secreto: el nombre de la madre de su hijo.

Al portugués le da igual lo que digan al respecto, que si fue una madre de alquiler, una antigua novia... «No me molesta lo que comenten. Cuando Cristiano Jr. sea mayor, lo hablaré con él y seguro que lo entiende». Él quería ser padre joven, con 25 años, tras el Mundial de Brasil, y en la película demuestra que su vida gira en torno al fútbol y a su hijo, que es el que le hace desconectar. Todo un padrazo, como no lo fue el suyo.

«Estaba borracho casi todos los días, nunca le conocí bien. Hubiese querido que estuviera más presente», desvela el jugador en la cinta. Y su madre añade: «Aunque nunca maltrató a sus hijos, yo me convertí en su víctima». Dinis Aveiro falleció, a los 51 años, cirrótico, en 2005, cuando Cristiano tenía 20 años y ya vivía en Manchester.

ENTRE LÁGRIMAS

Las imágenes del padre, en las gradas de los dos primeros equipos locales en los que juega Cristiano, tienen cabida en el documental mientras Ronaldo es pequeño. A los 11 años ficha por el Sporting y se marcha solo a la capital, a Lisboa, donde reconoce que fue una etapa muy dura y lloraba casi todos los días por lo mucho que echaba de menos a la familia. «Tras eso, ya era mentalmente fuerte para afrontar todo», afirma.

La historia se repite con su hermano, Hugo, al que Cristiano saca del pozo; le fuerza a que lo deje y le promete que sí lo hace, él ganará la Décima. Es la primera persona a la que se acerca a abrazar tras el 4-1 al Atlético de Madrid, muy emotivamente, y lo baja al césped, en señal de tremendo orgullo. Hugo le saca diez años, vivió mucho más tiempo que él el Funchal natal humilde, cuando trabajaba de albañil. «Todos los que estamos en la obra terminamos bebiendo. Pero yo quería salir de eso. Tuve una recaída y Cristiano me ayudó», relata Hugo, quien en el documental está muy presente, junto a Dolores, Cristiano Jr, y también Jorge Mendes, su representante, gran amigo y también «un padre» para él. Alguien que tiene una confianza infinita en Ronaldo y cuyo lema es «todo es posible». Quienes no aparecen en el documental, lo que no deja de sorprender, son sus dos hermanas.

En la película también hay cabida para revelaciones deportivas. Confiesa Ronaldo que si volviera atrás en el tiempo, esta vez no jugaría el Mundial de Sudáfrica. Estaba lesionado con una tendinitis en la rodilla, de la que luego le costó mucho recuperarse. Reconoce también que gala tras gala del Balón de Oro en las que el vencedor era Messi, llegó a pensar: «No vengo más, ¿para qué voy a venir?». Pero llegaron los dos suyos consecutivos, el grito de rabia y las lágrimas. Quizá todas las que no se había permitido antes.