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El artículo de Carmen Lomana: El detalle que te hace soñar

Junto a Maxim Huerta
Junto a Maxim Huertalarazon

Tenía en mis manos la última novela de Pérez-Reverte con esa emoción y prisa por meterme de lleno en ella. Un personaje inquietante en la portada... Falcó encendiendo un cigarrillo posiblemente sin filtro, gabardina y sombrero borsalino, típico aspecto de una época en la que los policías secretas, espías, y gángsters eran una fauna abundante. Mi imaginación me trasladó a los años 30 o 40. En la primera página me encuentro la figura de una mujer con una descripción minuciosa de su indumentaria: medias de seda con costura, vestido de Vionnet, sombrero y bolso. Cuando leo Vionnet la sitúo, la imagino en una época y un estatus social, a pesar de su físico «vagamente vulgar», como la define el autor. La importancia sociológica de la moda es enorme; define y sitúa en un momento, una época, un lugar e incluso la procedencia social. Por más indumentaria lujosa, por más joyas que una persona se coloque en su cuerpo, nunca camuflará su vulgaridad o falta de estilo, ni tampoco su inteligencia. Siempre he mantenido la teoría de que la ropa más que vestirte te desviste. Es tu carta de presentación. También es una forma de divertirte e inventarte, y cada uno juega con ella, situándonos en diferentes tribus urbanas. Y para tribu urbana nuestros políticos y todo el aquelarre que tienen organizado en el Congreso desde hace casi un año. No hablaré del aburrimiento y asqueo que tenemos la mayoría de los españoles por la falta de responsabilidad y conciencia política de toda esta gente que está jugando a buenos y malos sin importarles en absoluto la decisión mayoritaria en las urnas, por más que nos guste o no Rajoy.

La sesión del jueves nos dio momentos impagables, en los que Iglesias creyó que iba a consagrarse como líder de la oposición y la intelectualidad, nombrando a la Cruz de Borgoña e insultando a los gudaris y a la inteligencia, y diciendo que el PNV y la monarquía están unidos por este emblema, dándoselas de listillo y metiendo la pata ostensiblemente, ya que este símbolo, una variante de la Cruz de San Andrés, siempre fue usada por los Carlistas, que combatieron en el bando franquista contra los gudaris nacionalistas y la república. Iglesias pensó que había dado el gran golpe de efecto nombrando este símbolo de los Austrias en España y que trajo a nuestro país Felipe «el Hermoso», ostentándolo en los uniformes y banderas de su séquito, que pasó a ser el de la nueva nación por su matrimonio con Juana I de Castilla llamada «La Loca», y heredado y adoptado por su hijo, el emperador Carlos I. No hay nada más ridículo que soltar nombres sin sentido cuando eres un papanatas que acabas de despreciar al Congreso y llamar delincuentes a los diputados, cuando ellos se financian según hemos podido ver con dinero procedente de dictaduras.

Empecé esta crónica hablando de la importancia de la moda y la indumentaria y terminaré felicitando a la revista «ELLE» por la celebración de sus 30 años en España, porque es una guía de buen gusto y tendencia para muchas mujeres. Nos ofreció una fantástica fiesta al vestir de gala la sala de columnas del Bellas Artes y rememorando el famoso baile Black& White de Truman Capote en el Plaza de Nueva Yok, con máscara incluida. También a nuestro periódico, siempre a la vanguardia y organizado por Isabel Abdo, realizó un estupendo desfile con varios diseñadores españoles en la Real Fábrica de Tapices. Un éxito en el que se dieron cita muchas caras de la moda y la sociedad de Madrid y Valencia, ya que cerró el desfile con un modelazo de noche, rememorando los tiempos de Balenciaga una estupenda diseñadora valenciana, Amparo Chordá. Les dejo, porque estoy llegando a Barcelona, en este no parar en el que vivo últimamente.

La sesión del jueves nos dio momentos impagables, en los que Iglesias creyó que iba a consagrarse como líder de la oposición y la intelectualidad, nombrando a la Cruz de Borgoña e insultando a los gudaris y a la inteligencia, y diciendo que el PNV y la monarquía están unidos por este emblema, dándoselas de listillo y metiendo la pata ostensiblemente, ya que este símbolo, una variante de la Cruz de San Andrés, siempre fue usada por los Carlistas, que combatieron en el bando franquista contra los gudaris nacionalistas y la república. Iglesias pensó que había dado el gran golpe de efecto nombrando este símbolo de los Austrias en España y que trajo a nuestro país Felipe «el Hermoso», ostentándolo en los uniformes y banderas de su séquito, que pasó a ser el de la nueva nación por su matrimonio con Juana I de Castilla llamada «La Loca», y heredado y adoptado por su hijo, el emperador Carlos I. No hay nada más ridículo que soltar nombres sin sentido cuando eres un papanatas que acabas de despreciar al Congreso y llamar delincuentes a los diputados, cuando ellos se financian según hemos podido ver con dinero procedente de dictaduras.

Empecé esta crónica hablando de la importancia de la moda y la indumentaria y terminaré felicitando a la revista «ELLE» por la celebración de sus 30 años en España, porque es una guía de buen gusto y tendencia para muchas mujeres. Nos ofreció una fantástica fiesta al vestir de gala la sala de columnas del Bellas Artes y rememorando el famoso baile Black& White de Truman Capote en el Plaza de Nueva Yok, con máscara incluida. También a nuestro periódico, siempre a la vanguardia y organizado por Isabel Abdo, realizó un estupendo desfile con varios diseñadores españoles en la Real Fábrica de Tapices. Un éxito en el que se dieron cita muchas caras de la moda y la sociedad de Madrid y Valencia, ya que cerró el desfile con un modelazo de noche, rememorando los tiempos de Balenciaga una estupenda diseñadora valenciana, Amparo Chordá. Les dejo, porque estoy llegando a Barcelona, en este no parar en el que vivo últimamente.