Navidad
El artículo de Lomana: Minar las tradiciones
Como cada 5 de enero, me lancé a la calle con la misma ilusión de un niño a cumplir mi ritual de ese día acompañada de Sandra. Primero, visita obligada y tradicional a Chanel para darme un homenaje el día de Reyes. Siempre pienso que sólo voy a mirar lo que tienen, pero es imposible resistirse a la belleza... Al menos, yo no sé resistirme y caigo ante la tentación de una chaqueta, bolso o collar de la firma. Por último, si mi presupuesto se dispara, me conformo con uno de sus estupendos perfumes de colección exclusiva. Disfruté mucho viendo las preciosas opciones que me ofrecían y decidí alegrarme la mañana del día 6 poniendo debajo de mi árbol dos bolsas de esta mítica firma. De ahí, paseo por Serrano, que estaba lleno de familias con escalera al hombro y niños con sus preciosas caritas de ilusión camino de la Cabalgata. Bajamos por Ayala a Embassy, el salón de té más antiguo de Madrid, fundado en 1931 por una inglesa llamada Margarita Kearney Taylor. Por lo visto, fue famoso por haber sido centro de espionaje internacional durante la Segunda Guerra Mundial y les aseguro que en la actualidad tiene los mejores sándwiches y pastelitos de limón de la ciudad, unido a un ambiente muy del barrio de Salamanca, donde siempre te encuentras a gente conocida y guapa.
Después salimos disparadas para tomar posición en el magnífico balcón de la casa de mi amiga Alicia Viladomat, en plena Castellana, donde podemos ver la cabalgata desde un lugar privilegiado. Y qué les voy a contar que ya no sepan de la mamarrachada de desfile que nos ofreció el Ayuntamiento. Los que lo estábamos contemplando no dábamos crédito. Deberíamos proponer todos los sufridos ciudadanos achicharrados a impuestos una insumisión fiscal en legítima defensa de tanto disparate que estamos teniendo que soportar. Porque detrás de esa cabalgata casposa e inverosímil subyace el querer destruir cualquier atisbo de religiosidad de lo que los Reyes Magos significan en el mundo cristiano. Utilizan fiestas religiosas que forman parte de nuestra cultura para denigrarlas y desvirtuarlas. Tres Reyes que parecían una copia del mago Merlín el encantador. Un desfile lleno de alusiones que nada tenían que ver con el sentido religioso de la fiesta y sí con ir minando todas nuestras tradiciones. Falta total de respeto a los niños y a las familias por parte de estos anti- sistema que intentan borrar las raíces cristianas de la Navidad.
El despertar del día 6 siempre es bonito, imaginando los miles de niños acudiendo a ver sus regalos. Yo recuerdo a mis hermanos y a mí con las caras pegadas al cristal de la puerta intentando ver lo que nos habían dejado, ya que nos despertábamos muy pronto y no podíamos esperar a que nuestros padres lo hiciesen, pero sabíamos que no debíamos entrar al salon sino acompañados por ellos. La emoción y nervios eran enormes. Los Reyes nos dejaban cartas muy cariñosas aconsejándonos lo que deberíamos cambiar en nuestro comportamiento y agradeciendo el turrón, vino dulce y galletas que les habíamos dejado. Me asombraba que pudiesen conocerme así de bien y mi emoción era tan grande que recuerdo que un año, al ver tanto juguete y cosas bonitas, me dio un patatús y me desmayé, así de emotiva y sensible era... Y esto nada ni nadie podrá arrebatárnoslo. Los Reyes Magos de Oriente son incomparables y nos encargaremos de transmitir estas emociones a nuestros pequeños para que nunca se pierda la magia de la noche del 5 de enero y nuestros Reyes entrando por la ventana.
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