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Fran Rivera: «Los antitaurinos nos han machacado, es indignante»
Tras comparecer ante la Fiscalía de Menores, el torero ha acusado al Defensor del Menor Andaluz de «querer ponerse una medalla».
Ayer por la mañana, Francisco Rivera Ordóñez se despachaba a gusto en Madrid a la salida de la Fiscalía de Menores, lanzando sus dardos envenenados porque no son comparables sus denuncias ante el Defensor del Menor sobre el derecho a la privacidad de su hija Cayetana con torear con su bebé en brazos. «El respeto al menor debe ser absoluto, pero yo soy su padre y puedo decidir dónde se ve a mi hija y dónde no. Lo que hace daño, en el caso de Cayetana, no es que se le vea la cara, sino las cosas que se dicen delante de ella», explica el torero. «Es llegar con mi hija a cualquier sitio y que escuche preguntas desagradables o que tengamos un coche persiguiéndonos. Se le hace un daño psicológico y siempre lo voy a denunciar», enfatiza, y dice que lo hace también «por todos los hijos de padres famosos».
Por la tarde, en Sevilla, en el acto de presentación de los combinados premium del whisky Dewar’s, el torero, más calmado, se mostraba agradecido al fiscal «porque no vio indicios de que la niña hubiese corrido riesgo y no ve motivos para ponerme una sanción». Enfatiza que, «con las cosas tan importantes que pasan en España, que me hayan cogido a mí los antitaurinos para meterse con el mundo del toreo es indignante. Esto es un ataque al toro y nos han machacado». Explicó cómo la polémica ha afectado a su familia: «Lo hemos pasado muy mal porque la acusación era grave».
Una tradición familiar
Puesto que la chispa que inició el fuego fue Twitter, Rivera comenta: «Quisiera, desde mi humilde posición, ayudar a que se haga una ley para regularizar las redes sociales». Al parecer, también tiene fotos toreando con su primogénita, pero como entonces no existían las redes sociales, la foto se quedó en el ámbito familiar. Es una costumbre en su familia: «Si llego a saber que se monta esta polémica, hasta los hebreos saben que no la hubiera subido a las redes sociales. Yo tengo fotos de mi abuelo con mi padre, de mi padre conmigo y de mi abuelo con mi madre. Es algo muy nuestro». Era la tercera vaquilla que toreaba ese día: «Llevo 1.500 corridas a mis espaldas, desde los 17 años estoy en los ruedos. Sólo los profesionales sabemos cuándo hay peligro, y esa vaquilla era un perro grande. Mi hija ha corrido riesgo cero». Le recuerdo que a Antonio Bienvenida lo mató una vaca: «Sí, pero también se caen los aviones, hay atropellos... y había que ver cómo era la vaquilla que mató a Bienvenida y qué carácter tenía».
Aprovechando que su hija Cayetana ya tiene 16 años, era el momento de saber si podrá llevar a cabo su deseo de vivir con su padre en vez de con su madre: «No puede elegir hasta los 18. Ella se había venido a vivir conmigo, pero la jueza fue una cobarde y no ha podido ser». Y sobre tener más descendencia, no lo descartan: «Practicamos todo lo que podemos», bromeó. Rivera reaparecerá el próximo 7 de febrero en la Monumental de México, de lo que opina que «es una responsabilidad y emoción tremenda. Lo haré con un traje de mi sastre Justo».
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