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Keira Knightley se carga a la «Cenicienta»

La actriz británica Keira Knighley interpreta al Hada de Azúcar en el filme de Disney «El Cascanueces y los Cuatro Reinos», que se estrena el miércoles que viene
La actriz británica Keira Knighley interpreta al Hada de Azúcar en el filme de Disney «El Cascanueces y los Cuatro Reinos», que se estrena el miércoles que vienelarazon

Desde luego nadie podrá decir en las oficinas de Disney, o fuera de ellas, que Keira Knightley es una «bienqueda». Todo lo contrario. Sea por candidez supina, honestidad insobornable o por uno de esos rarísismo (y maravillosos para el periodista) momentos de relajamiento en el que un entrevistado baja la guardia y dice ante el micro lo que realmente piensa, el caso es que la actriz británica le ha lanzado una andanada en la línea de flotación, más o menos en la parte que ya hacía aguas, al buque insignia de Disney: sus clásicos ¿imperecederos? Knightley, que ha ganado millones con la saga de «Piratas del Caribe» (¡Disney!) y promociona estos días «El Cascanueces y los Cuatro Reinos» (¡Disney!), confesó a la popular Ellen DeGeneres que a su hija de tres años y medio le tiene terminantemente prohibido títulos icónicos de la Factoría de los Sueños, como «Cenicienta» y «La sirenita». El motivo, como ya lo habrán imaginado, no es sino que el mensaje de estas películas con las que creció Knightley, sus padres, quizás sus abuelos, y por resumir todos nosotros, se compadece poco o nada con el credo feminista aireado en el último año y pico por el #MeToo. «''Cenicienta'' está prohibida. En ella se espera que llegue un tipo rico y la rescate. ¡No! Hazlo tú misma, obviamente. ''La Sirenita'' me encanta y las canciones son geniales, pero no renuncies a tu propia voz por un hombre», explica la intérprete. Por si no fuera suficiente, Knightley tuvo tiempo para extraer indicios de conducta criminal en «La bella durmiente»: «No está bien que un extraño te bese mientras duermes y sin tu consentimiento», aunque eso suponga liberarte de un hechizo maligno que te incapacita para dar tu consentimiento e incluso abrir los ojos. Los métodos educativos de la británica están lejos de ser una excentricidad: Penélope Cruz ya confesó hace meses que a su hija le lee versiones trastocadas de los clásicos de Andersen, Hoffman y los Grimm, maquillando aquello que pueda sonar a machismo y ranciedumbre. Por su parte, Knightley solo considera aptos para su hija productos más recientes de Disney, como «Vaiana», «Frozen» y «Del revés». No sabemos cómo habrán sentado estas palabras en un gigante de la animación que se ha embarcado en los últimos años en una cruzada de rescate de sus clásico, como «Cenicienta», reestrenada en versión de «carne y hueso» en 2015. Lo que sí sabemos, gracias a Knightley, es que las chicas del mañana ya no están autorizadas a esperar a sus príncipes azules ni nosotros, viles sapos, ese beso de mujer que nos redima.