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La amarga cuenta atrás de Lourdes
A ocho días de dar a luz, la mujer de Francisco Rivera se enfrenta a la cornada más grave de la carrera del torero. La abogada viajó ayer por la mañana a Zaragoza para acompañar a su marido, como también lo hicieron Cayetano Rivera, José María García y José María Manzanares
A ocho días de dar a luz, la mujer de Francisco Rivera se enfrenta a la cornada más grave de la carrera del torero. La abogada viajó ayer por la mañana a Zaragoza para acompañar a su marido, como también lo hicieron Cayetano Rivera, José María García y José María Manzanares
Cinco centímetros separan la vida de la muerte. Si la cornada sufrida por Francisco Rivera «Paquirri» en la plaza de toros de Huesca hubiera desgarrado la aorta, hoy podríamos estar hablando de la muerte del torero. Juan José Padilla llamó inmediatamente a su esposa, Lourdes Montes, para contarle lo sucedido en la tarde del pasado lunes y para intentar por todos los medios que no se alarmara. Pero las primeras horas fueron de angustia e incertidumbre. Una amiga de la diseñadora sevillana nos revela que «Lourdes estaba nerviosísima, pendiente en todo momento del teléfono. Quería viajar rápidamente a Huesca para estar cerca de Francisco, pero le convencieron de que no lo hiciera hasta el día siguiente, porque era mejor para todos. Menos mal que esta desgracia no ha afectado a su embarazo... Lourdes lo pasa muy mal cuando su marido torea. Aún así, el domingo anterior a la corrida de Huesca, fue a ver torear a Francisco en la plaza de Marbella y la cara se le transformó en un rictus de dolor cuando un astado agarró a su esposo y le volteó. Ella fue testigo de todo desde la barreray hasta que no vio que Fran se levantaba lo pasó fatal. Porque el animal fue tres veces hacia él para cornearle. Menos mal que ella no se encontraba en la capital oscense, porque la situación fue mucho más trágica».
Hace unas semanas, en una charla con ella, nos aclaraba: «Yo le conocí como torero y respeto su decisión, nunca le pediría que dejara una profesión que forma parte de su vida. Si tiene ilusión y ganas, no se las voy a quitar yo». Aun así, dejaba entrever el miedo «que sentimos las mujeres de los toreros a que cualquier día les pueda ocurrir algo grave» y, aunque la cirugía y los cuidados médicos vayan bien y Fran pueda volver a torear en un mes, la situación en casa y las presiones de los amantes del toreo, que dicen que lleva tiempo sin estar en buena forma física, pueden alejar al matador de las plazas durante mucho tiempo.
Lourdes está embarazada de casi nueve meses y el próximo día 20 de agosto sale de cuentas. Por eso, se intentó por todos los medios que no hiciera el viaje hasta Huesca, pero ayer por la mañana, sin la vorágine del día anterior, la abogada se encaminó a la Clínica Quirón de Zaragoza desde la capital sevillana, a donde fue llevado el herido esa misma tarde en una UVI móvil para que le atendiese uno de los mejores cirujanos taurinos de España, el doctor Antonio Val-Carreres. Antes pudo hablar por teléfono con su marido, quien la tranquilizó y le dijo que estaba estable, sin ocultarle, no obstante, la gravedad de la cogida. Fue una conversación llena de cariño y de ánimos, igual que la que mantuvo Rivera con su hija Cayetana, a la que han aconsejado que no vaya a ver a su padre hasta que la situación esté más estable.
- Volcarse en su niña
El doctor Crespo, uno de los cirujanos que le operó en el Hospital San Jorge de Huesca asistido por profesionales de Cruz Roja, indicó en un portal taurino que estamos, afortunadamente, ante un «hombre muy fuerte». «Aún así, la herida es terrible, por lo que le ha hecho y aún le puede hacer. Tengo un gran disgusto, porque, cuando le abrimos la barriga a Francisco nos dimos cuenta de que el toro podría haberle matado en el ruedo», explicaba. Por ello, el especialista se muestra prudente y entiende que «no se pueden aventurar buenas noticias».
El torero adelantó a LA RAZÓN hace apenas unas semanas que quería estar presente en el parto: «Tengo que torear en agosto, pero, esté donde esté, viajaré para estar al lado de mi mujer en un día tan especial para los dos. No me gustaría perderme el nacimiento de nuestra hija en vivo y en directo». Es algo improbable a la vista de las circunstancias, pues le espera una larga recuperación y un reposo absoluto. Pero, dentro de lo malo, podrá cuidar y mimar todos los días a su recién nacida, algo que le habrían impedido los compromisos taurinos que tenía previstos. Su amigo íntimo y confidente desde hace décadas, el periodista Álvaro García Pelayo, cuenta que Francisco «es consciente de que la recuperación será lenta y seguro que cuando se empiece a encontrar mejor querrá salir del hospital, porque no le gustan nada».
«Es una basura»
Uno de los hermanos de Francisco Rivera Paquirri, Julián Contreras, salió ayer en defensa de su hermano después de los ataques y las bromas que algunos hicieron en Twitter sobre la cogida del diestro. Algunos «memes» le mostraban herido mientras unos toros se reían de su situación mientras otros le atacaban directamente. El colmo llegó cuando algunos le deseaban la muerte. Rápidamente, Julián Contreras les respondió: «De verdad os salen comentarios de alguien que está herido? Representáis lo más bajo que el ser humano puede aportar a este mundo. Basura». Durante todo el día de ayer, Contreras no dejó de polemizar y poner las cosas en su sitio: «Me plantearía, muy seriamente, si quiero pertenecer a un movimiento que celebra el dolor de una persona y pide su muerte. Anti-razón, sois». El hijo de Carmina Ordóñez y Julián Contreras no hizo más que pedir respeto para Paquirri como persona sin entrar en ninguna polémica sobre la Fiesta Nacional.
La preocupación de sus amigos
Juan José Padilla ha permanecido pendiente de Fran desde que le sacó en brazos de la plaza. Otros amigos del torero se dirigieron al Hospital San Jorge de Huesca a la mañana siguiente de la cogida, como José María Manzanares, uno de los primeros en llegar. La preocupación también se reflejaba en el rostro del periodista José María García, casi como un padre para el malherido torero, que llegó a tiempo para recibirle a su llegada a la Clínica Quirón de Zaragoza, tras el traslado. Cayetano Rivera también salió por la mañana rumbo al centro médico zaragozano. «Estoy más tranquilo que el lunes por la noche, porque me han dicho que el estado de Francisco ha pasado de ser muy grave a grave y eso nos hace concebir esperanzas de mejoría», confesó a un amigo antes de viajar. Más tarde, y una vez que había visto a su hermano («dolorido y cansado», aunque «bien», según reconoció) y hablado con el médico, compareció ante los medios con el gesto descompuesto: «Hemos pasado una noche muy mala. Ahora lo que nos preocupa es una posible infección». Tras las palabras del cirujano, la familia parece estar más tranquila.
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