La duquesa de Alba descansa en su casa acompañada de su marido y sus hijos

La duquesa de Alba fue trasladada anoche a su domicilio en el Palacio de Dueñas de Sevilla desde el hospital Quirón Sagrado Corazón, donde estaba ingresada.

La duquesa de Alba permanece en el Palacio de las Dueñas, su residencia sevillana, donde fue trasladada ayer desde el Hospital Quirón Sagrado Corazón, acompañada por su marido, Alfonso Díez, y por sus hijos Carlos, Alfonso, Fernando, Cayetano y Eugenia, dijeron a Efe fuentes cercana a la familia.

Su hijo Jacobo, que tiene su residencia habitual en Gerona, es el único de los seis hijos de la duquesa que aún no ha llegado al palacio sevillano, cuyos jardines ofrecen hoy el aspecto de todos los días, con un jardinero barriendo la hojarasca, y en el que se percibe la presencia de media docena de vehículos.

En la puerta principal del palacio hacen guardia desde primeras horas del día una treintena de periodistas, fotógrafos y cámaras de televisión, así como una patrulla de motoristas de la policía local.

Un camión municipal llegó poco antes de las 9:00 de mañana, entró en el palacio y depositó en los jardines un cargamento de vallas, probablemente para ordenar el espacio anterior a la fachada principal del palacio porque a medida que transcurra la jornada se congregarán más informadores y curiosos.

Traslado
La duquesa de Alba fue trasladada anoche a su domicilio en el Palacio de Dueñas de Sevilla desde el hospital Quirón Sagrado Corazón, donde estaba ingresada desde el pasado domingo. Según ha informado el hospital, el traslado se ha producido poco antes de las diez de la noche “por expreso deseo de la paciente y de sus familiares” para continuar en su casa el tratamiento. En un comunicado, el centro hospitalario indica que "el soporte en domicilio será dado por el equipo de profesionales que la ha atendido durante su permanencia en el Hospital Quirón Sagrado Corazón así como por el equipo de médicos y de enfermería que venían atendiéndola hasta su ingreso".

Fuentes del hospital indicaron que la duquesa ha sido trasladada en una UVI móvil acompañada de un médico. También señalaron que no se había producido ninguna novedad con respecto al estado de salud de la duquesa de Alba.

El último parte médico, de ayer por la mañana, señalaba que la duquesa de Alba permanecía estable hemodinámicamente y con respiración espontánea, aunque se mantenía la situación de insuficiencia respiratoria debida a su infección pulmonar y su pronóstico es reservado.

Durante la jornada de ayer, dos de los hijos de la duquesa, Carlos y Fernando, ya habían apuntado, en declaraciones a los periodistas en las puertas del hospital, la posibilidad de que su madre fuera trasladada al Palacio de Dueñas.

Tanto el esposo de la duquesa, Alfonso Díez, como sus hijos -todos excepto Alfonso y Jacobo, que no habían llegado a Sevilla- estuvieron ayer en el hospital.

El primogénito de la duquesa, Carlos Martínez de Irujo, declaraba esta tarde que su madre estaba "respondiendo al tratamiento"que le está aplicando el equipo médico que la atiende, aunque reconocía que su estado es "delicado". El hijo mayor de Cayetana de Alba llegó poco antes de las siete de la tarde al centro hospitalario acompañado por su hermano Fernando y por Alfonso Díez, quien declinó contestar a las preguntas de la prensa y solo comentó: "Déjenme que hable con ella".

Unos minutos antes fue la hija menor de la duquesa, Eugenia, la que llegaba en solitario a visitar a su madre, luciendo gafas de sol y con semblante muy serio, y se limitó a repetir, como ya dijo al abandonar la clínica por la mañana, que Cayetana se encuentra "regular".

Preguntado por el estado de salud de su madre, Fernando Martínez de Irujo afirmó por su parte que la duquesa "se había estabilizado un poquito" en las últimas horas y que "las noches a veces se pasan mejores y otras peores".

Cayetano Martínez de Irujo aseguraba ayer por la mañana que la situación de su madre, "tristemente, mejora muy poquito"y es "difícil". Con semblante muy serio y visiblemente afectado el quinto hijo de Cayetana Fitz-James Stuart respondió escuetamente a los periodistas en una de las puertas del centro hospitalario.