El sábado 7 de octubre, el primogénito de la infanta Elena, ejercerá de padrino de la corrida benéfica de su amigo, el matador Gonzalo Caballero.

Felipe Juan Froilán no ha ocultado nunca su afición por los toros, y en esta ocasión no iba a ser menos,así que no ha dudado en apoyar a su amigo que se dedica a la profesión que tanto admira, torero y de él ha sido la idea de crear una fila cero, dada su implicación con la Fiesta Nacional y con los que son sus amigos. Tanto es así, que este verano acompañó a su madre, Elena de Borbón, y a su hermana, Victoria Federica, a una corrida de toros que sabían que tendría la antesala de la polémica porque una manifestación de antitaurinos se situaron en la puerta del recinto. A sabiendas de que serían recibidos con pitadas a su llegada al coso de Palma de Mallorca, en la que sería la última corrida que se celebrase «al método tradicional» en esa plaza, aún así, parte de la familia del Rey decidió acudir a apoyar la considerada Fiesta Nacional.

«Doña Elena y sus hijos son buenos amigos. Don Felipe tiene una cultura tremenda. Compartimos la misma concepción de la vida. Persigue sus metas y eso nos une», contaba el torero Gonzalo Caballero a la revista «Vanity Fair» en una entrevista publicada el pasado mes de octubre. Al hijo de la infanta Elena y Jaime de Marichalar le une una buena amistad con Caballero. Prueba de ello es que desde que el matador madrileño tomó la alternativa el 3 de octubre de 2015, no es raro ver en un burladero a Froilán siguiendo las faenas del diestro e incluso, haciendo sus pinitos en su iniciación con la muleta a pie de albero. Quizá por esto no ha sido extraño que se haya unido a esta iniciativa con fin benéfico, apadrinándola y siendo el instigador de la fila cero. El primogénito de la infanta Elena se mantuvo al margen en lo que a declaraciones se refiere, y solo quiso estar ahí para apoyar el acto de presentación con su figura. Sin embargo, su amigo Caballero sí deseó resaltar su presencia contando cómo es Felipe, la amistad desinteresada que mantienen y resaltando su gran corazón.

El diestro explicó con detalle los motivos de la celebración de ese encierro con los seis morlacos: «Mi padre libró una lucha muy dura con su enfermedad, fueron siete meses en los que ví entrar a muchos niños con cáncer en el hospital y siempre tuve en mi mente torear seis toros en mi casa, en Torrejón. Sentí la llamada de mi padre porque fueron muchos meses muy duros». Gonzalo Caballero tiene un lema: «Escalón que se sube no se vuelve a bajar» y un hashtag que lidera esta corrida #jsi Juntos Somos Invencibles, de ahí que lleve un mes en conversaciones con el ayuntamiento de Torrejón de Ardoz con el fin de que le cedan gratis la Plaza de Toros, con sus 4.200 localidades –que tendrán un precio de entre 10 y 40 euros– y también harán una donación económica a la fila cero.

El 10 de abril fallecía Ricardo Caballero a los 52 años, padre de Gonzalo, quien ayer protagonizó en espíritu este acto. Toda su familia, con su hijo a la cabeza, están muy sensibilizados con esa enfermedad, de ahí que hayan elegido a la Fundación Aladina como destinataria de la recaudación que esperan obtener el próximo 7 de octubre, cuando este joven matador se encierre por primera vez en su corta vida, con seis astados que también serán cedidos por distintas ganaderías.

Felipe Juan Froilán apadrina la iniciativa, pero no es el único, junto a él, estarán Los Morancos –César y Jorge Cadaval–, Feliciano López, Arcángel, Morata e incluso, el jugador del Atlético de Madrid, Griezmann, que en el vídeo de presentación ayer en Torrelodones, en vez de «invencibles», aludiendo al hashtag de la corrida benéfica, nos sentía «invisibles». Fue la nota simpática de la presentación.

Froilán se sentó en primera fila siguiendo con atención las palabras que le dedicaba su amigo y compañero. Se situó al lado de la madre y hermano de Gonzalo Caballero y como el acto lo pedía, llevaba un abanico en rosa fucsia que simulaba un capote taurino. Al finalizar la rueda de Prensa se fundió en un fuerte abrazo con Caballero para después posar ante el cartel, sin declaraciones a los medios de comunicación.