Elena Benarroch

La Navidad sefardí de Elena Benarroch

Almendras, dulces y uvas no faltan en la mesa navideña de la famosa peletera
Almendras, dulces y uvas no faltan en la mesa navideña de la famosa peleteralarazon

La peletera forma parte de esa comunidad, la judía, bastante desconocida para los españoles en el siglo XXI. Ella nos cuenta cómo vive su familia estos días.

El pasado mes de junio la madre de Elena Benarroch, Clara Israel, fallecía a los 92 años. El día 12 de ese mes, su cuerpo recibía sepultura en el panteón familiar del cementerio judío de Hoyo de Manzanares (Madrid). Una circunstancia que se debe a que la famosa diseñadora es judía sefardí, es decir, que su familia desciende de aquellos judíos que habitaban España en 1492, cuando los Reyes Católicos proclamaron el Edicto de Granada, obligando a su conversión al cristianismo o a su expulsión del territorio. Una comunidad bastante desconocida para los españoles en pleno siglo XXI, aunque la historia de nuestro país no se puede entender sin las raíces judías.

En plena Navidad, una de las fiestas más importantes para los cristianos y teniendo en cuenta que para los judíos Jesucristo era un profeta y que siguen esperando la llegada del Mesías, la famosa peletera explica cómo vive una familia sefardí estos días. «Principalmente trabajando. Abrimos todo el día y todos los días. Este año, además, hemos inaugurado un nuevo espacio, Black Room, un «concept store» en el que hemos querido reunir piezas inéditas y lo mejor de este año», explica. Claro que ese nivel de exigencia laboral no impide la permanencia de la fiesta en su casa: «Adornamos normalmente más la mesa que la casa en sí misma. Es una mesa en la que no faltan las monedas de chocolate, las galletas en forma de Estrella de David, las gominolas y los diminutos dreidel (una peonza de cuatro caras, cada una de ellas con una letra en hebreo), a las que acompañan el Sidur o libro de rezos; el puntero de plata en forma de mano para seguir la lectura, las copas de vino dulce para hacer el kitzur (el rezo), el shofar o instrumento de los profetas, y unas kipás para los hombres», cuenta la empresaria.

Para una fecha tan señalada como es Nochebuena, los Benarroch siempre han celebrado «Papá Noel con regalos y una gran cena en familia». Para ellos «es una tradición» que llevan haciendo «desde hace muchos»: «Es una cena marcada por un ambiente alegre, en el que no faltan las velas», matiza. Claro que, además de velas, las Navidades son famosas por las copiosas cenas (y el posterior sentimiento de culpa frente al espejo). En su caso, la familia salpica la mesa en función de las circunstancias: «Si están los niños, se celebra más porque ellos también lo viven más y lo hacen más especial. Si no, lo celebramos con quien esté en Madrid y comemos lo que me apetezca cocinar». Bien es cierto que en casa de los Benarroch sí hay un plato estrella, «la pularda rellena», que la peletera consulta «en El libro “Dulce lo vivas”, de Ana Bensadón, gran especialista en cocina sefardí». Tampoco falta el cuscús, que esta creativa elabora a partir «de una receta que aprendí de mi abuela».

Janucá

En realidad, en diciembre lo que celebra el judaísmo es Janucá, que durante ocho días (este año se festejó entre los anocheceres del 6 y el 14 de diciembre) conmemora «la reconquista del Templo de Jerusalén y el triunfo de la luz sobre las sombras», en palabras de Benarroch. «Una celebración en la que no faltan el pastel de carne, almendras, uvas y dulces de canela y miel, los favoritos de mi madre», añade sin omitir los «coloridos regalos y las chuches» que reciben los más pequeños. Claro que la diseñadora no necesita renegar de una fiesta para celebrar otra. «Yo celebro todas las tradiciones: judías, católicas y hasta musulmanas cuando estoy en Tánger, que es donde nací», explica desenfadada. «No practico nada y celebro todo», asegura. Pero Benarroch echa de menos un mayor conocimiento de los judíos en España: «Me gustaría que tuvieran más relevancia, pero aquí hay mucha ignorancia con respecto a ese tema, a pesar de que casi todo el mundo es de origen judío», asevera. Es un tema en el que no varía su discurso, pues está convencida de que lo que reina es «la ignorancia total»: «Aquí nadie sabe nada del mundo judío».