Morgan Freeman
La nieta de Freeman, víctima de un exorcismo
El actor está reviviendo las pesadillas de su personaje en «Se7ven». El novio de Hines la acuchilló al grito de «¡Salid demonios!»
El actor está reviviendo las pesadillas de su personaje en «Se7ven». El novio de Hines la acuchilló al grito de «¡Salid demonios!»
Exorcismo. Vudú. Magia negra. Así hablan hoy los medios en EE UU de la muerte a manos de su novio de la nieta del actor Morgan Freeman, E’Dena Hines. Palabras explosivas para describir un crimen monstruoso, que sucedió durante la madrugada del domingo al lunes en la calle 162 West del barrio latino de Washington Hights, en Nueva York.
A las tres de la madrugada del lunes, la Policía de Nueva York recibió una llamada de auxilio. Alguien había encontrado en la calle el cuerpo de Hines, de 33 años. La joven recibió 16 puñaladas y fue inmediatamente conducida al el Hospital de Harlem, donde los facultativos nada pudieron hacer excepto certificar su muerte. Un testigo presencial, George Hudacko, explicó a la cadena de televisión «Fox News» que un hombre, al que los agentes detuvieron en el lugar del crimen frente al portal de Hines, había gritado enloquecido y de rodillas mientras acuchillaba a Hines: «¡Jesuscristo ha nacido! ¡Salid demonios! , ¡Os lo ordeno!».
El presunto homicída, Lamar Davenport, de 30 años, es el novio de E´Dena, con la que, dicen, habría discutido una hora antes del crimen. La Fiscalía de Nueva York ya ha presentado cargos por asesinato en segundo grado. Nietastra de Freeman, Hines era hija de su esposa Janette Adair Bradshaw, con la que estuvo casado entre 1967 y 1979. El astro siempre trató a la chica como una nieta. Abundan las fotos en las que ambos caminan sonrientes por las alfombras rojas de estrenos y festivales.
Davenport, con un pasado turbulento por abuso de sustancias narcóticas y episodios de inestabilidad mental, fue ingresado en el Hospital Presbiteriano de Columbia, cerca del puente de George Washington, para confirmar si sufría un brote psicótico. Su monstruoso crimen ha activado los motores de una prensa rosa que languidece durante el verano. El sensacionalismo ya florece con una panoplia de detalles ciertos o inventados. En apenas minutos las televisiones recibían un bombardeo de especulaciones, teorías ensayadas ante la cámara, falsos atestados, abogados que discuten muy serios con criminólogos a sueldo de una tertulia del corazón, supuestas filtraciones, declaraciones demenciales de testigos reales o imaginarios, impostados pucheros a cargo de las presentadoras y otras brillantes notas que rellenan la falta de glamour con la sangre de Hines y las andanzas y aventuras del presunto asesino.
Freeman, por su parte, ha agradecido en su Facebook las «tremendas muestras de amor y el apoyo que mi familia ha recibido en relación con la trágica, y sin razón, muerte de mi nieta E´Dena Hines. Gracias desde el fondo de mi corazón».
El actor, uno de los más respetados y queridos del país, al que toda una generación de niños estadounidenses lo asocia con el viaje épico de los pingüinos emperador en la Antártida, merced al multipremiado documental que narró en 2005, Freeman añadió en su comunicado que «el mundo nunca sabrá del arte y talento de E´Dene, y lo mucho que tenía que ofrecer. Sus amigos y familiares fueron lo suficientemente afortunados de haberla conocido. Su estrella continuará brillando reluciente en nuestros corazones, pensamientos y oraciones. Descansa en paz».
Otras trágicas pérdidas
Este verano ya ha visto fallecer a tres jóvenes relacionados con celebridades del mundo de la música y el cine. Primero, sorprendió la muerte del hijo del cantante australiano Nick Cave. El joven Arthur, de 15 años, se cayó el 14 de julio de un acantilado en Susexx, Reino Unido. No se ha podido esclarecer qué hacía el joven en un lugar tan peligroso, pero su muerte fue clasificada como un accidente. Apenas dos semanas después de este triste suceso, Bobbi Kristina, la hija de Whitney Houston, descansó finalmente después de pasar 6 meses en coma. Tenía 22 años y en enero la encontraron inconsciente en una bañera, tal como a su madre cuatro años antes en el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles.
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