Lifestyle

La venganza de Patricia: enfrenta a Preysler a la sociedad peruana

El divorcio del Nobel es oficial en España, pero no en Perú. La guerra entre Patricia y Mario continúa en privado: la sociedad limeña la respalda a ella, mientras que al escritor lo considera un traidor. De hecho, su círculo íntimo le ha dado la espalda y, por eso, el escritor no ha presentado a su nueva pareja a sus amigos

La venganza de Patricia: enfrenta a Preysler a la sociedad peruana
La venganza de Patricia: enfrenta a Preysler a la sociedad peruanalarazon

El divorcio del Nobel es oficial en España, pero no en Perú. La guerra entre Patricia y Mario continúa en privado: la sociedad limeña la respalda a ella, mientras que al escritor lo considera un traidor

Patricia Llosa pasa cortas temporadas en Madrid. Hasta ahora venía, principalmente, para reunirse con su abogada, Elena Zarraluqui, que le ha representado en su proceso de divorcio de Mario Vargas Llosa. Pero, de ahora en adelante, su vida se desarrollará casi por completo en su lujosa casa de Lima (Perú), la que durante años fue el hogar familiar con su ya ex marido. Y es que, en el reparto de bienes, Patricia ha salido beneficiada. No dudó en dejar claro que no renunciaría al amplio inmueble del malecón Paul Harris limeño, en el lujoso barrio de Barranco. Allí, además, ha tenido que afrontar la pérdida de su anciana madre, Olga Urquidi, hermana mayor de la tía Julia (primera esposa del escritor) y, por tanto, suegra y tía del escritor. El Nobel aceptó sus condiciones porque su prioridad ahora es casarse con Isabel Preysler. Una fuente cercana a Llosa asegura que dijo a sus amigas que si su ex quería contraer matrimonio de nuevo, no le facilitaría conseguir el divorcio. Confiesa que se siente traicionada por la filipina y que no le perdonará jamás que le haya «robado» el marido. Quizá no se acuerda Patricia de que ella también se entrometió en el matrimonio de su tía Julia con el literato.

Víctima y traidor

La vida actual de la peruana es mucho más tranquila que la que disfrutaba junto al escritor. Era ella quien se encargaba de su agenda y quien fijaba las citas, la que contrataba conferencias y se ocupaba de las ofertas de trabajo. Ahora, en cambio, tiene todo el tiempo del mundo para disfrutar de su patrimonio y de sus aficiones, como pasear, salir a comer, cenar con amigos y ver obras de teatro.

Aparte de la casa limeña, Patricia se ha quedado con el piso de Nueva York, valorado en más de un millón de euros, así como con la biblioteca de treinta mil volúmenes del escritor. Él, en cambio, se ha conformado con la casa de Madrid y un piso en París. Se cree que venderá el inmueble madrileño, teniendo en cuenta que no lo habita al compartir con Preysler su chalet en Puerta de Hierro.

Según ha podido saber LA RAZÓN, «Patricia ha conseguido que los amigos comunes que tienen en Perú se decanten a su favor. La alta sociedad limeña es muy conservadora. A ella la consideran una víctima, y, a él, un traidor. Y a Isabel no quieren ni verla. De ahí que Mario no la haya presentado a sus amigos más íntimos, ya que la relación con ellos es muy tensa». Ni siquiera Mona Jiménez, la peruana famosa por organizar, hace décadas, reuniones en torno a un plato de lentejas quiere saber nada de su antiguo amigo. Ella fue, además, quien presentó a Preysler y Miguel Boyer. El rechazo de la «vieja guardia peruana» es total. La Prensa del país ya ha alertado de que la visita de Preysler a aquellas tierras no sería bien acogida. Incluso la han apodado «la robamaridos». Según amigos de la pareja «en Lima, están todos del lado de Patricia. Mario perdió mucha popularidad en su incursión política optando a la presidencia del país. Además, su ex mujer no ha tenido ningún prejuicio a la hora de contar exhaustivamente cómo se ha desarrollado el proceso de divorcio. Y él no ha quedado bien parado. Pero, en cualquier caso, me resulta gracioso que esta mujer se presente como ‘‘víctima’’, cuando ella sabía que su matrimonio llevaba roto desde hacía tiempo». «Personalmente, veo a Vargas Llosa como el gran triunfador de toda esta historia. Ha conseguido lo que quería: la libertad para casarse con Preysler. Isabel no es mujer de novios, sino de maridos», afirma la misma fuente consultada. En España el divorcio está firmado y ya es oficial, pero en Perú siguen casados. Deberán iniciar nuevos trámites para que allí se les considere legalmente separados. Habrá que ver cómo reciben al Nobel en su tierra, pero parece que no será con vítores y cohetes.

Calculadora y fría

Patricia ha encontrado en dos de sus tres hijos, Morgana y Álvaro, los mayores apoyos. Morgana la acompaña siempre en sus viajes y se ha mostrado muy crítica con la nueva pareja de su padre. Tiene claro que no acudirá a la boda que, según los últimos rumores, podría celebrarse a finales de verano en Madrid. Gonzalo, el mayor, es el que mejor relación mantiene con su progenitor.

Los que conocen bien a la ex mujer de Vargas Llosa la califican de mujer calculadora y fría, con un fuerte carácter. Y aseguran que si algún día contara las intimidades de su matrimonio, se organizaría un buen escándalo.

Una fuente cercana asegura que «no todo han sido vino y rosas en la vida de los Vargas Llosa». Tras llegar al acuerdo de divorcio, lo primero que hizo Patricia fue recorrer las distintas propiedades de Madrid, París y Nueva York para recoger sus efectos personales y llevarlos a Lima. No quiere dejar ni un solo recuerdo suyo, y, menos, darle la satisfacción a Preysler de deshacerse de objetos de gran valor sentimental. La procesión va por dentro, y aunque tras su separación dijo a la Prensa que todo le parecía estupendo, su círculo más íntimo asegura que «odia a Isabel profundamente». Le ha costado mucho entender que su matrimonio estaba acabado, y más aún que Preysler no era un simple capricho del Nobel, como parece ser que lo fueron otras. Pero en cuanto se sobrepuso al drama decidió sacar el mayor partido a un divorcio millonario. Nadie conoce mejor que Llosa el patrimonio familiar: las cuentas las llevaba ella y las libretas con todos los números las tiene a buen recaudo. Sólo los ingresos obtenidos desde mediados de 2015, cuando el escritor comenzó a gestionar sus cuentas, son ajenos a su ojo escrupuloso.